j. batista/m. garcía
Alzira
Lunes, 7 de septiembre 2020
Publicidad
La vuelta a las aulas nada tiene que ver con cualquier otro septiembre. La entrada en los colegios se desarrolló con paciencia, pues en algunos casos se demoró hasta media hora, y sin abrazos ni gestos afectuosos, sustituidos por los choques de codos y por las sonrisas intuidas bajo las mascarillas. Sin olvidar el llamativo ambiente de calma tensa, sin las habituales explosiones de ruido que inundan los patios los primeros días, pues por regla general permanecieron vacíos o semivacíos, fruto de la necesidad de habilitar accesos ordenados y escalonados. Tampoco se vieron los agobios de las prisas, pues la puntualidad era un requisito exigido por todos los centros para que el excepcional arranque funcionara bien.
Esta organización es la que provocó que los tiempos se espaciaran respecto a lo que era habitual. Todos los centros citaron a las familias en franjas horarias espaciadas en función del curso, que van desde los diez minutos hasta la media hora que transcurrieron desde la entrada de la primera clase hasta que la última.
Veinte minutos tardó el colegio Blasco Ibáñez de Benetússer en recibir al alumnado, teniendo en cuenta que la incorporación es progresiva en la mayoría de los centros y puede prolongarse hasta el viernes. Se utilizaron dos zonas de acceso, una cortada al tráfico para facilitar la espera de las familias. Los alumnos más mayores se organizaban en fila, respetando los 1,5 metros, entraban al patio y subían antes de que accediera el siguiente nivel.
Vuelta al cole en la Comunitat
Joaquín Batista
«Se ha levantado y ha empezado a decir: 'Al colegio, al colegio'». Marcos comenzó ayer quinto de Primaria en el colegio Gloria Fuertes de Alzira y ni pudo ni quiso ocultar sus ganas. Juanjo, su padre, quiso quitarle hierro a toda la expectación generada en torno a la jornada. «Tienen muchas de ganas de volver, son ya muchos meses. Aunque todos estamos un poco nerviosos, creo que todo saldrá bien«, comentó Juanjo bajo una fina e intermitente lluvia que acompaña la apertura de las puertas del centro. Ayer comenzaron los alumnos de quinto y sexto, los más mayores de este centro.
Publicidad
Una profesora accede a su puesto de trabajo con una camiseta en la que se puede leer en inglés 'Hoy va a ser mi día de suerte', como para reafirmarse de que todo irá bien. Otra comenta que aunque los nervios están repartidos a partes iguales entre padres, alumnos y profesores, habrá que dejar pasar algunos días «hasta que veamos que todo va con normalidad».
Es la propia directora del centro, Maribel Morte, quien recibe a los primeros alumnos y la que atiende las dudas de quienes llegan al centro. En varias ocasiones señala a un cartel donde se indican los horarios tanto de entrada como de salida. También realiza pequeñas correcciones a los padres para que traten de mantener la correspondiente distancia de seguridad.
Publicidad
Mientras, un padre ayuda a su hija a colocarse correctamente la mascarilla y le recuerda a su hermana pequeña, que les acompaña: «Ve mirándolo porque el miércoles te tocará a ti».
En los últimos días, desde el colegio se envió a los padres los que serán 'los diez mandamientos' a partir de ahora. Las reglas del juego o, como señalan desde el centro, los recordatorios para un buen inicio de curso. Las primeras dudas sobre la puerta que utilizar para acceder al colegio se disiparon en seguida.
Las ganas acumuladas, después de medio año sin entrar en el recinto, hicieron que no costara levantarse en un lunes primer día de curso como hubiese ocurrido sin Covid-19 de por medio.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.