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El mayor arrepentimiento de las mujeres al final de la vida, según un estudio de Harvard

El mayor arrepentimiento de las mujeres al final de la vida, según un estudio de Harvard

Este comportamiento genera una desconexión con los propios deseos y puede limitar el desarrollo personal y emocional

Lunes, 21 de octubre 2024, 00:47

Un reciente estudio longitudinal de la Universidad de Harvard, que ha seguido durante 85 años a diferentes personas a lo largo de sus vidas, ha revelado un arrepentimiento común que muchas mujeres expresan al final de sus días: haber vivido bajo el peso de las expectativas ajenas, en lugar de ser fieles a sí mismas. Esta investigación, dirigida por el psiquiatra Robert Waldinger, ofrece una profunda reflexión sobre cómo la preocupación excesiva por lo que los demás piensan puede condicionar la vida de las personas, independientemente de cuál sea su sexo.

El estudio en cuestión recoge testimonios y experiencias de vida, y apunta a un patrón común: muchas mujeres sienten que, a lo largo de los años, dedicaron demasiada energía a satisfacer las expectativas de los demás, ya fuera en el ámbito familiar, social o profesional. Este comportamiento no solo genera una desconexión con los propios deseos y metas, sino que también puede limitar el desarrollo personal y emocional.

La presión de las expectativas ajenas

Vivir pendiente de lo que los demás esperan es una carga que, según el estudio, afecta a muchas mujeres a lo largo de sus vidas. La búsqueda de aprobación externa, ya sea en roles tradicionales de cuidado, en el ámbito laboral o incluso en la apariencia física, puede generar una sensación de que la vida no se ha vivido plenamente. Este fenómeno provoca conflictos internos relacionados con la identidad y el sentido de la vida, y, a medida que se acerca el final, esas decisiones guiadas por las opiniones ajenas se convierten en fuente de arrepentimiento.

Lo que este estudio de Harvard pone de relieve es que muchas de estas mujeres reconocen que, si pudieran volver atrás, habrían vivido de una manera más auténtica, tomando decisiones más alineadas con sus propios deseos y ambiciones.

En este contexto, lo que destaca es la importancia de vivir con autenticidad. Ser fiel a uno mismo no solo es crucial para la satisfacción personal, sino que también fortalece las relaciones interpersonales. Waldinger destaca que las conexiones genuinas y profundas con otras personas son fundamentales para tener una vida plena. Las relaciones basadas en la confianza y la honestidad permiten que las mujeres (y las personas en general) se sientan seguras y aceptadas, sin necesidad de ponerse máscaras o cumplir expectativas irreales.

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