En sólo tres años, la moda íntima ha dado un giro de 180 grados. La pandemia (y el confinamiento) causaron efectos muy profundos que en algunos casos ha tenido que pasar un tiempo para confirmar que han llegado para quedarse. En el caso de la ... ropa interior así ha sucedido. Lo decía el CEO de Ysabel Mora, Enrique Aparicio, en una entrevista a LAS PROVINCIAS, cuando explicaba que quienes se dedican a la fabricación y venta de este tipo de moda ya no se limitan a las camisetas interiores, sujetadores y braguitas. Eso es lo de menos.
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En la jerga de los profesionales de la moda, existen conceptos que antes ni siquiera existían, como el 'loungewear', 'homewear' o 'comfy' que han pasado a ser un porcentaje muy importante del negocio de cualquier marca de moda íntima. El concepto de dentro y fuera de casa se ha difuminado, y después de estar tres meses saliendo a tirar la basura con un pantalón de chandal, sí, queremos seguir haciéndolo con comodidad, una premisa que no tiene por qué estar reñida con el estilo. Decía Aparicio que uno de los valores que esconden el secreto de su éxito ha sido la adaptación, porque quien no lo vio venir está sufriendo las consecuencias. Han entrado nuevos actores, otros han cambiado sus líneas de negocio y los que no lo han hecho lo están pasando mal.
Así, los gigantes conocidos del sector, por ejemplo Oysho, en el grupo Inditex, prácticamente ha dejado de lado la moda íntima, y ha enfocado su negocio al deporte. Los sujetadores deportivos son tops, o al revés, y de nuevo se difumina el concepto de dentro y fuera. Ocurre por ejemplo con las camisetas interiores de Ysabel Mora, que llevan encaje para poder lucirlas bajo un blazer. En su caso, Calzedonia, que comenzó su negocio con calcetines y medias y ropa de baño en verano, ha ido diversificando sus productos y ahora las mallas son uno de sus productos estrella. Victoria's Secret, una marca de lencería muy aspiracional gracias a sus 'ángeles' y que ha aterrizado en Valencia, decidió comprar una marca de ropa inclusiva, Adore Me, para reforzarse y ampliar su comunidad. Women's Secret, por su parte, ha incluido en su catálogo de productos prendas como vestidos o monos.
En el caso de los actores valencianos en el sector, Ysabel Mora también ha decidido diversificar y ampliar su rango de productos, con la ropa cómoda, la de deporte o las prendas térmicas. Así, no sólo se amplía en estilos, también en la tecnificación. Y, por supuesto, en la diversidad. En su caso, han apostado ahora por abrir su primera tienda propia, porque en este sentido es cierto que las tiendas monomarca en este sector están ganando terreno. También en ropa de baño, donde hay otro gran actor que sí tiene toda su producción en la Comunitat Valenciana: Dolores Cortés, que ha encontrado su nicho en un consumidor de un poder adquisitivo medio alto.
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Quien se ha apeado, al menos de momento y a la búsqueda de un inversor, es Marie Claire, que con su centro de producción en Vilafranca y con una plantilla que llegó a tener 700 empleados no ha podido soportar la feroz competencia y los altos costes de producir en España. En este sentido, el textil todavía lo tiene complicado para luchar en igualdad de condiciones con los gigantes del sector, y si lo hacen es en nichos muy concretos donde no haya que competir en precio.
Han entrado además nuevos actores, marcas dirigidas a gente joven y donde incluso se difuminan los productos dedicados a hombres y mujeres, como Les girls les boys.
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