
Con la llegada de la primavera, muchas personas sienten que la energía les abandona justo cuando la naturaleza florece. Es una contradicción que tiene nombre: astenia primaveral. Aunque no se trata de una enfermedad reconocida clínicamente, sí es un fenómeno real que afecta al bienestar físico y emocional de quienes lo padecen. Según datos de la firma 'noVadiet', especializada en salud natural, este trastorno afecta a seis de cada diez hombres y a cuatro de cada diez mujeres en España, en diferentes grados de intensidad.
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La astenia primaveral es, en esencia, una respuesta del organismo al cambio de estación. Pasar del invierno al buen tiempo conlleva una serie de ajustes fisiológicos que pueden generar sensación de agotamiento, alteraciones del ánimo o dificultad para concentrarse. El cuerpo necesita tiempo para adaptarse a más horas de luz, a temperaturas más suaves y a un entorno con mayor actividad. Y en ese proceso, no todo el mundo lo lleva igual de bien.
Aunque en la mayoría de los casos los síntomas son leves y tienden a remitir por sí solos en pocas semanas, existen formas naturales de reducir sus efectos y facilitar esa transición. Pero antes de actuar, conviene conocer cómo se manifiesta.
El síntoma más habitual es una fatiga persistente que no mejora con el descanso. Las personas que sufren astenia primaveral aseguran sentirse agotadas desde primera hora del día, sin una causa aparente. Junto a esa falta de energía, pueden aparecer otras molestias menos específicas pero igualmente incómodas:
-Letargo mental y desmotivación. Una especie de «niebla» dificulta empezar tareas o mantener el ritmo habitual.
-Falta de concentración. Lo que antes parecía sencillo se vuelve cuesta arriba: leer, trabajar o tomar decisiones requiere un esfuerzo mayor.
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-Problemas de sueño. Desde dificultades para dormir hasta despertares nocturnos que impiden un descanso reparador.
-Cambios en el estado de ánimo. Irritabilidad, tristeza o falta de interés en los planes cotidianos.
-Dolores corporales difusos. Algunas personas experimentan molestias leves como cefaleas o tensión muscular sin causa médica clara.
-Sensación de debilidad general. Aunque no haya enfermedad, se percibe un malestar físico generalizado.
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Los expertos apuntan a varias causas que se solapan. Por un lado, el aumento repentino de luz solar altera el ritmo circadiano, el reloj interno que regula el sueño y otras funciones corporales. Este desajuste afecta directamente a la producción de melatonina y serotonina, hormonas clave para el descanso y el bienestar emocional. Además, la primavera activa procesos metabólicos distintos a los del invierno, lo que exige más energía al cuerpo.
Otros factores como el estrés acumulado, los cambios bruscos de temperatura y el aumento de alérgenos en el ambiente pueden empeorar el cuadro. Todo suma en un organismo que intenta recuperar el equilibrio mientras el entorno cambia a toda velocidad.
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Para reducir el impacto de la astenia primaveral, noVadiet recomienda una serie de hábitos saludables que ayudan al cuerpo a adaptarse mejor a esta época del año. Son medidas sencillas, pero efectivas, que permiten recuperar la energía sin necesidad de recurrir a fármacos:
- Rutina diaria bien marcada. Levantarse, comer y acostarse siempre a la misma hora estabiliza el reloj biológico.
- Ejercicio moderado. Actividades como caminar, nadar o hacer yoga favorecen la liberación de endorfinas y reducen el estrés.
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- Alimentación equilibrada. Incluir frutas, verduras y cereales integrales proporciona nutrientes esenciales. Los alimentos ricos en antioxidantes ayudan a combatir el estrés oxidativo.
- Complementos nutricionales. La jalea real es uno de los aliados más utilizados para recuperar energía. También son útiles las vitaminas del grupo B y la vitamina D, especialmente en esta estación.
- Luz solar en dosis controladas. Exponerse al sol durante el día, aunque sea de forma gradual, mejora la regulación hormonal y el estado de ánimo.
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- Buena hidratación. Beber suficiente agua facilita el funcionamiento celular y ayuda a eliminar toxinas que pueden contribuir a la fatiga.
Según la doctora Sonia Clavería, médica de familia y miembro del Departamento Técnico de noVadiet, «la clave está en abordar la astenia primaveral desde una perspectiva integral. Escuchar al cuerpo, respetar los tiempos de adaptación y fomentar hábitos saludables es lo más efectivo para superarla sin renunciar al bienestar».
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