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Recurrir al chicle durante cualquier momento del día es casi una costumbre para muchísima gente. Es muy habitual llevarlos en el bolso o tenerlos en casa para tirar de ellos cuando nos apetece tomar algo de un sabor diferente o simplemente cuando tenemos hambre pero no queremos comer. Muchos, de hecho, lo emplean como una técnica para evitar terminar picando entre horas y conseguir mantener la línea, aunque hay quien asegura que recurrir a ellos para bajar de peso es un error porque engordan.
Es el mito que envuelve siempre a este producto: ¿los chicles engordan o adelgazan? La realidad es que, aunque las calorías que aportan dependen de sus ingredientes y de si tiene azúcar o no y cada producto cuenta con una composición diferente, tomar chicles a diario no termina de ser un gran factor por el que alguien pueda engordar o aumentar de peso de forma notable.
Los chicles no son directamente dañinos para la salud si se consumen con precaución y moderación, pero es importante conocer cómo afectan a nuestra dieta. Estas gominolas masticables puede ayudar a engañar al cuerpo a creeer que está comiendo algo gracias a sus saborizantes y azúcar (si contiene), por lo que suelen ser es un recurso muy consumido para personas que están en dietas estrictas o tratando de reducir sus calorías ingeridas. No son un producto adelgazante por sí solos, como en ocasiones los venden las marcas, pero sí es cierto que pueden ser de ayuda para controlar el comer por ansiedad o aburrimiento.
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No obstante, el consumo habitual de chicles sí que puede afectar a la salud dental. Tomar chicles con azúcar en exceso puede suponer un riesgo para tus dientes, ya que al masticar se recubren de una capa de azúcar que favorece la aparición de caries y el proceso de descalcificación. Sin embargo, los chicles con xilitol ayudan a evitar que las bacterias fermenten en la boca, disminuyendo las posibilidades de desarrollar caries y ayudando a mantenerla limpia. A esto se suma que al tomar chicles de este tipo aumenta la producción de saliva y se regula la acidez de la boca, reduciendo el riesgo de desmineralizar los dientes.
En algunos casos, abusar de los chicles puede llegar a alterar los movimientos intestinales y producir incluso diarrea por los endulzantes artificiales que suelen contener. Lo más recomendable es mascarlos de 10 a 20 minutos, un tiempo suficiente para obtener sus beneficios, y no más de dos o tres veces al día.
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