A. Pedroche
Miércoles, 2 de agosto 2023, 00:27
En verano apetece bañarse en la piscina ya que ayuda a soportar el bochorno habitual de esta época del año. Sin embargo, tal y como refleja un informe de 'Dosfarma.com' y recoge la web de noticias 'SaberVivir', estos espacios públicos son caldo de cultuivo de diferentes enfermedades que se pueden contraer con facilidad si no se ponen los medios necesarios. Y es que no hay que olvidar que el calor y la humedad favorecen la creación de patógenos y si por algo destacan las piscinas es por su temperatura y humedad.
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Hay ciertos grupos como los niños, las mujeres embarazadas o las personas con enfermedades congénitas que son más vulnerables a contraer ciertas enfermedades. Sin embargo, no se puede bajar la guardia ya que todos los bañistas están expuestos a contraer algunas de las enfermedades más comunes en las piscinas
Gestos como utilizar chanclas al ir a bañarnos, no permanecer mucho tiempo con el bañador mojado o secar muy bien los oídos de los más pequeños pueden evitar una infección en verano. No acostumbran a ser infecciones graves, pero pueden llegar a ser muy molestas y siempre existe el riesgo de que se compliquen.
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Estas son las enfermedades que puedes contraer con más facilidad en las piscinas:
Aunque también puede ocurrir en hombres, esta infección es mucho más común en mujeres jóvenes debido a su anatomía. En verano los cambios bruscos de temperatura, la deshidratación o pasar tiempo con el bañador mojado aumentan el riesgo. Los síntomas que provoca son ganas constantes de orinar y dolor o escozor al hacerlo. También puede aparecer sangre en la orina y fiebre.
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Estos hongos están en la vagina de forma natural y ciertas bacterias los mantienen controlados, pero si se desequilibra la flora vaginal, las cándidas puede proliferar de forma excesiva. Esta enfermedad se puede contraer con cierta facilidad en las piscinas al pasar mucho tiempo con el bañador mojado.
Caminar descalzo por la piscina dispara las infecciones en los pies ya que la humedad y el calor generan un caldo de cultuivo perfecto para los hongos. El pie de atleta provoca picor, enrojecimiento y grietas en la piel. Si no se trata correctamente puede derivar en onicomicosis (infección de hongos que afecta a las uñas).
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Las piscinas están tratadas con cloro. Al ser un producto químico cuando hace contacto con nuestros ojos puede provocar una reacción y es ahí cuando aparece la conjuntivitis. Picor, sensación de arena en los ojos o lagrimeo son las señales habituales. Si es solo una irritación puede solucionarse con suero fisiológico, pero si hay infección hay que acudir al oftalmólogo para administrar el tratamiento adecuado.
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Es el tipo otitis más habitual a causa de los gérmenes del agua de las piscinas. Se trata de la inflamación del canal auditivo externo y está causada normalmente por un tipo de bacterias, las Pseudomonas. Es más frecuente que se desarrolle en los niños.
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