Los superalimentos se han convertido en los grandes aliados de aquellas personas que buscan cuidar su alimentación y llevar un estilo de vida saludable. Estos son productos que destacan por su alto valor nutricional y sus múltiples beneficios para el organismo. De hecho, desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan incorporar algunos superalimentos a nuestra dieta, como el pescado azul, que se debe comer al menos dos veces por semana según este organismo internacional.
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Del mismo modo, también aconsejan el consumo de frutos secos como las nueces y las almendras, pues contienen grasas saludables; los frutos rojos como las fresas, las frambuesas o los arándanos; el aceite de oliva; el tomate, rico en vitamina A; el brócoli, considerado una gran fuente de vitamina C, y el cacao, rico en antioxidantes y micronutrientes como los polifenoles.
Estos son algunos de los más conocidos, pero también hay otros mucho menos populares que guardan numerosos beneficios para el organismo. En este grupo se encuentra el alforfón, también conocido como trigo sarraceno, de excepcional calidad nutricional. Destaca en primer lugar por su alto contenido en proteínas de muy buena calidad, ya que es uno de los raros alimentos vegetales que contiene todos los aminoácidos esenciales para la correcta asimilación de sus proteínas.
Su riqueza en glúcidos complejos de bajo índice glucémico y su alto contenido en fibras (solubles e insolubles) lo hacen muy saciante e interesante en el marco de una dieta de adelgazamiento. Además, el trigo sarraceno forma parte de los cereales sin gluten, por lo que está autorizado en caso de intolerancia o celiaquía.
En cuanto a micronutrientes, el trigo sarraceno es muy rico en minerales -sobre todo magnesio, cobre, hierro y manganeso-, así como en vitaminas del grupo B. Pero la particularidad del trigo sarraceno es su excelente contenido en antioxidantes (principalmente ácidos fenólicos y flavonoides). Su capacidad antioxidante es muy superior a la del trigo, la avena, la cebada y el centeno.
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El trigo sarraceno es muy rico en antioxidantes y contiene, entre otros, quercetina (presente en el ajo) y rutina (presente en el té verde), dos flavonoides con propiedades anticancerígenas. Sin embargo, además de estos antioxidantes, son las proteínas contenidas en el trigo sarraceno las que se cree que tienen un efecto sobre la carcinogénesis.
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Un alimento se considera prebiótico si favorece el crecimiento o la actividad de las bacterias intestinales buenas. Esto es precisamente lo que demostró un estudio realizado en 20065 en animales alimentados con alforfón, en los que aumentaron significativamente las bacterias lácticas y las bifidobacterias.
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El trigo sarraceno es rico en grasas saludables monoinsaturadas como el ácido palmítico, oleico y linoleico. Estos ácidos grasos ayudan a reducir el colesterol LDL, uno de los principales marcadores de riesgo cardiovascular. Además, revisiones llevadas a cabo sobre el trigo sarraceno han demostrado que su consumo está relacionado con la reducción de triglicéridos en sangre y glucosa, otros dos parámetros a salvaguardar para evitar futuras enfermedades cardiovasculares.
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El alforfón contiene una buena cantidad de vitaminas del grupo B y flavonoides con actividad antioxidante que reducen la cantidad de radicales libres, permitiendo que las células gocen de mayor longevidad y buena salud. Entre los componentes destacan dos flavonoides: rutina y quercetina. El primero, la rutina, es antioxidante y a su vez estimula el uso de la Vitamina C, lo que dobla el efecto protector.
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Este alimento ayuda a sentirnos saciados y a que los intestinos funcionen mejor. Además, contribuye a recoger las grasas ingeridas y facilita su expulsión, lo que lo hace ideal si quieres perder peso.
El trigo sarraceno es muy versátil gastronómicamente hablando, por lo que podemos encontrarlo en muchos formatos:
- En grano: Puedes prepararlo en forma de guisos y sopas, como si fuera arroz.
- En copos: Ideales para hacer papillas, desayunos y repostería. Puedes añadirlos a la leche, yogur o zumo del desayuno.
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- En harina: Es muy ligera y está especialmente indicada para elaborar crepes, galletas, pizzas o panes.
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Recuerda que esta es información general y bajo ningún concepto sustituye el consejo de un profesional.
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