A la hora de llevar una buena alimentación no hay que fijarse solo en las calorías que tienen los alimentos que consumimos o en cuántos gramos de cada uno echamos en nuestra receta. Prestar atención a los azúcares que contiene cada producto y cuál es su composición es esencial para mantener estables nuestros niveles de glucosa en sangre, que son mucho más importantes de lo que pensamos.
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Tener picos de azúcar en sangre implica que durante cierto tiempo hay una cantidad de glucosa elevada en nuestro torrente sanguíneo. Se trata de un tipo de azúcar que no tiene por qué venir únicamente de alimentos azucarados o con azúcar añadido, también puede ocasionarse por fuentes de carbohidratos de absorción rápida, esos alimentos con carbohidratos simples que conocemos como azúcares. Estos picos de glucosa no tienen por qué ser algo malo, nos aportan energía rápida y son normales también en personas con hábitos de vida saludables.
Tener subidas de azúcar, en personas sin patologías y con buenos hábitos como una alimentación equilibrada y deporte regular, no es algo preocupante para la salud ya que la insulina que segrega el páncreas mantiene los niveles de glucosa.
No obstante, cuando se abusan de productos azucarados y hábitos que pueden desencadenar picos constantes de glucosa, se corre el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina y que por tanto el organismo tenga dificultad para poder nivelar el azúcar en sangre. Además, consumir azúcar añadido aumenta la inflamación y te notarás mucho más pesado e hinchado que si optas por productos más saludables.
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Por eso, es clave incorporar ciertas pautas en la rutina que nos ayuden a evitar picos de glucosa, como no abusar del pan o de bebidas alcohólicas o acompañar con fibra y proteínas la ingesta de carbohidratos. De ahí que una buena forma de regular nuestro azúcar en sangre sea tomar alimentos que tengan una alta cantidad de fibra, como las almendras.
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Este fruto seco, además de ser muy rico en vitaminas y minerales, aporta proteínas, grasas saludables y fibra, por lo que son altamente saciantes y además de regular los niveles de glucosa ayudan a controlar el colesterol malo y los antojos durante el día.
Y es que además de ayudarnos a mantener el hambre a raya por la saciedad que generan las proteínas y la fibra, al controlar los picos de glucosa también se evitan los antojos que estos generan y por lo tanto evitará que te pases el día picoteando entre horas, ganando calorías y generando nuevos picos de azúcar en sangre.
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