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El interés por la salud intestinal crece cada vez más entre la población española, que progresivamente se va concienciando sobre la importancia de llevar unos hábitos de vida saludables, con una buena alimentación y deporte habitual. Además, ante el aumento en redes sociales de videos de personas no expertas diagnosticando supuestos síntomas de SIBO (Sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado) o causas por las que se puede padecer hinchazón abdominal, ha aumentado la inquietud de muchos usuarios por informarse seriamente sobre el tema y acudir a médicos y especialistas si es necesario.
Así que es probable que te hayas topado con multitud de temas sobre probióticos y prebióticos en redes sociales, alimentos o suplementos que tienen un importante efecto en la salud intestinal pero que suelen generar bastante confusión.
Sin embargo, y aunque su nombre sea similiar, no hay que confundirlos porque cumplen funciones distintas: mientras que los probióticos contienen microorganismos vivos que mantienen o incrementan las bacterias 'buenas' de la microbiota, los prebióticos son alimentos, que según detallan desde la clínica Mayo, suelen tener un alto contenido de fibra y que actúan como nutrientes para la microbiota y estimulan el crecimiento de las bacterias 'buenas'.
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Mantener en buen equilibrio la microbiota es fundamental para la salud intestinal, aunque no es tarea sencilla porque está compuesta por bacterias, hongos, protozoos y otros elementos que conviven para mejorar la digestión y el sistema inmunológico. Así que si necesitas mejorar la salud de tu microbiota y buscas incorporar a tu alimentación probióticos que te ayuden con ello, puedes optar por incorporar estos tres ingredientes a tu día a día:
- Kimchi: este plato coreano está realizado a base de col asiática con una fermentación láctica hecha sobre un sustrato vegetal y además de aportar probióticos destaca su vitamina C, calcio, carotenos y micronutrientes, todo ello con un reducido aporte calórico.
- Queso Cottage: este lácteo está producido con cuajada y es bajo en grasa y rico en proteína. Contiene probióticos, aunque según su variedad, por lo que es importante fijarse bien en la etiqueta nutricional para cerciorarse.
- Pepinillos: los encurtidos como los pepinillos son también buenos probióticos para incluir en la dieta. Se realizan mediante marinado, una técnica de sumersión en sal, y fermentan por sí solos o por otros microorganismos. Su tiempo de conservación es muy elevado y además de tener probióticos naturales aportan muy pocas calorías, por lo que son buenos para mantener la línea.
- Kéfir: este producto lácteo es parecido al yogur, pero con un proceso de fermentación más largo, lo cual repercute en su nivel de microorganismos en hasta tres veces más que un yogur normal, además de tener otros tipos de levaduras que resultan beneficiosas para la microbiota.
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