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Dos señoras sentadas en el borde de una piscina EP

El truco para proteger la piel del cloro de las piscinas y evitar reacciones alérgicas

En muchas ocasiones los químicos utilizados para esterilizar las piscinas pueden provocar dermatitis o enrojecimiento de piel y ojos

DM

Martes, 25 de julio 2023, 00:55

La llegada del verano es sinónimo de calor, viajes y sobre todo chapuzones. Aquellas personas que viven en la costa pueden disfrutar de las playas para darse un baño y refrescarse, mientras que los ciudadanos que habitan en las zonas interiores de la península se ven resignados a utilizar las piscinas, ya sean privadas o municipales.

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El baño en las piscinas implica respetar una serie de normas para una correcta convivencia con otros usuarios que estén disfrutando de las instalaciones y sobre todo una correcta higiene para evitar coger infecciones. Uno de los problemas más habituales suele venir derivado de la presencia del cloro, una sustancia con un alto poder oxidante y utilizado por su capacidad para eliminar los microorganismos, lo que provoca la irritación de ojos y piel en muchas ocasiones.

Es muy habitual durante estas fechas que muchas personas acudan al centro de atención primaria de turno, especialmente niños, a que les revisen la piel por una dermatitis mal curada o ronchas en la piel pensando que han desarrollado una alergia a los productos químicos de la piscina.

Dichos productos se utilizan para evitar la proliferación de hongos y bacterias que podrían provocar infecciones. El potencial irritativo de estos productos sobre la piel depende principalmente de tres factores, la cantidad de sustancia, el tiempo de exposición y la propia sensibilidad de la piel.

En este sentido, los expertos indican que es normal que el cuerpo reaccione a ciertos productos que son ya de por sí irritantes y lo llegan a equiparar al efecto que puede provocar lavar los platos con jabón sin guantes.

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Para evitar que suceda esto, un truco muy socorrido es utilizar una crema hidratante o emoliente (con aceite). Lo que puede permitir nadar sin mayor problema a aquellas personas que sean alérgicas al cloro. El remedio consiste en cubrirse la piel con este material para aislarla del contacto directo con el agua durante el tiempo suficiente que dure el baño y así evitar las irritaciones.

Es algo que suelen hacer habitualmente, por ejemplo, los jugadores de waterpolo. Para ellos es como ponerse un guante químico que protege la piel, ya que de alguna forma actúa como repelente del agua.

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