¿Tener el segundo hijo enseguida o esperar? La edad recomendada para repetir

Bea tiene dos hijos de seis y veinticuatro meses. Es decir, se llevan dieciocho meses, y desde que nació el segundo la vida familiar se ha convertido en un caos: las cuatro manos adultas no llegan a todo. «Ya incluso en los últimos meses de embarazo Polo, el mayor, comenzó a intentar dar sus primeros pasos».

Algunos problemas durante la gestación le impedían acompañar a su hijo como en ese momento necesitaba. Es decir, agarrando los deditos de un niño que quiere conquistar uno de los hitos más importantes de su vida, aprender a caminar. «Todavía es un bebé que tiene unas necesidades muy grandes, y los dos necesitan atención constante», se queja Bea, que no ve el momento de que crezcan y sean algo más autónomos, liada ahora entre papillas, biberones, pañales de diferentes tamaños y horarios locos.

Poder disfrutar de los primeros meses de crianza de un bebé o pensar en que cuando sean un poco más mayores disfrutarán de juegos compartidos. Esos son los dos argumentos, uno a favor, otro en contra, de esperar unos años a tener el segundo, o tercer hijo. Hay otros condicionantes que pueden inclinar la balanza a uno y otro lado, sobre todo la edad de la madre, en una sociedad en que las mujeres esperan cada vez más a tener su primer hijo y las complicaciones son mayores conforme se van acercando a los cuarenta o incluso los sobrepasan.

Vanessa Ibáñez tiene dos hijas que se llevan dos años y medio, y recuerda los primeros años de crianza como muy estresantes, pero las niñas tienen ahora nueve y seis años y medio y está viviendo un momento muy dulce, con muchos juegos donde no necesitan a nadie más. Arantxa Urzainqui tiene cuatro hijos, y el mayor tenía cuatro años cuando nació la tercera. “La ventaja que yo he tenido es que sobre todo Diego, el mediano, dormía toda la noche desde los tres meses, comía muy bien y se distraía con cualquier cosa”, recuerda Arantxa, que tuvo otra hija, Lucía, cuando la tercera cumplió cinco años.

“Lo bueno es que he podido atenderla mucho más; a cambio ya no tiene un compañero de juegos como han tenido los mayores, y los horarios de casa no están adaptados a ella”. Arantxa cuenta que los tres primeros, ya adolescentes, se acuestan tarde y hay conversaciones en las que la pequeña no puede participar de la misma manera. Al mismo tiempo, “a Lucía me la he disfrutado muchísimo, y todavía hoy compartimos mucho tiempo solas”.

Esta madre cree que depende de las prioridades de cada uno, porque los tiempos de crianza se alargan al espaciar los nacimientos, y para quien disfruta de la época de bebés es muy gratificante. “Yo esperaría cuatro o cinco años”, dice. Eva Gimeno, por su parte, cree que son suficientes tres, para que no se lleven tantos años pero al menos el mayor ya no lleve pañal y ya entienda un poco mejor que ese niño que ahora llega será un compañero de juegos y no un rival que le quita la atención de sus padres.

Pero, ¿qué recomiendan los expertos? En realidad, primero tenemos que ver qué dice la biología, y es que mientras tenemos un bebé al que le damos lactancia materna suele haber una ausencia de menstruación (no siempre) que se convierte en el mejor anticonceptivo. El cuerpo de la mujer está entregado al cuidado de un niño que necesita de toda su atención y evita de esta forma quedarse embarazada de otro. Los despertares continuos durante la noche son una forma del bebé de asegurarse la supervivencia y también se convierten, y bien lo saben quienes han sido padres, en un anticonceptivo natural.

La Organización Mundial de la Salud ha hecho una recomendación en ese sentido, y cree que lo mejor es esperar un mínimo de dos años entre los embarazos. Se basa en que los intervalos de menos de 18 meses se asocian a un mayor riesgo para el bebé, como el parto prematuro, el bajo peso al nacer o las complicaciones pediátricas. Dicho esto, va a gustos, y la decisión depende de los padres. O de la biología, que no todos pueden tener hijos en ese mismo momento.

• Temas
• Educación infantil
• Anticonceptivos
• Paternidad
• Maternidad