![#39 La revolución de la mantita](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202203/10/media/cerditook.jpg)
![#39 La revolución de la mantita](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202203/10/media/cerditook.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Martes, 15 de marzo 2022, 11:04
Hola capturadores
Bienvenidos a todos los nuevos que habéis llegado esta semana. Estáis en casa. Antes de nada, avisaros de que esta historia está basada en hechos reales, como las pelis del sábado por la tarde.
-------------------------------------------
Reconozco que la concentración de carritos que el lunes me encontré en el supermercado, en el pasillo de los aceites, a la altura del de girasol, mientras intentaba coger una botella de vinagre corriente para sumergir el kilo de boquerones que tengo en el congelador, no la vi venir. Y eso que trabajo en un periódico. Pero a veces aún creo que algunas cosas de las que publicamos los medios no pueden estar pasando en realidad. Que vivo en un 'Goodbye Lenin' en el que en Rusia sigue habiendo Coca-Cola, Netflix y Zara. Pero no, esta semana hemos vuelto a abrir la puerta de la que cuelga el letrero del pánico para sumergirnos de lleno en un nuevo apocalipsis. Porque mientras en Ucrania se libra una guerra con bombas, a nuestro alrededor ha comenzado otra en la que el chicle en el que ya se había convertido nuestro sueldo parece poder estirarse un poco más. Y es que los precios de la vida están por las nubes. Y ahora sí que la cosa va en serio. El «está la vida muy cara» que tanto le has escuchado a tu madre se ha hecho realidad. Ella, que con un billete de 10.000 pesetas (60 euros al cambio) se compraba pantalón, jersey y abrigo y ahora apenas llena una bolsa grande de Mercadona.
El lunes, como os decía, fui al supermercado a hacer una de esas compras de cosas embotelladas necesarias con las que una vez aterrizada en casa no puedes preparar ni una comida completa. Ya me entendéis, ese carro hasta los topes de agua, leche, productos de limpieza, yogures, pan bimbo, azúcar, orechiette y jamón cocido con la que le das lustre a la despensa, pero que no te resuelve ninguna papeleta. Ese fondo de armario que luego necesita de una visita a la carnicería, otra a la pescadería y otra a la frutería, porque has llegado a casa con el maletero lleno pero nada de comer. Pues bien, la broma nos salió por 112 euros. Y ahí, en medio de la caja, mientras pasaba la tarjeta de débito por el datáfono, me salió del alma un «¿qué hemos roto?» cuando el dependiente me cantó la cifra. Después de eso, rendida y desarmada, puse camino a la carnicería, donde solté otros 40 euros por la proteína para cuatro tuppers. Tengo una amiga que ha dejado de comprar las longanizas para la cena de sus hijos en la carnicería y se ha rendido a las bandejas de supermercado porque dice que sus vástagos comen como limas y la adolescencia la está esquilmando.
Pero yo, que no tengo hijos, aún compro los filetes al corte. Y no contenta con el desfalco en la carnicería, aún me atreví con la fruta. De temporada, eso sí. Nada de mangos de los que vienen en avión. Mandarina y fresa a cascoporro. Dos puerros aquí, un brócoli allá y....20 euros más. Despeluchada, me rendí y me fui a casa con todo lo necesario para comer y cenar (con postre) durante toda la semana laboral. Eso sí, antes pasé por la panadería, donde la dependienta ya nos avisó de que la barra va a subir diez céntimos en breve porque las cuentas ya no dan.
Así que de camino a casa, con el coche con provisiones para una semana, pitó el aviso de la gasolina y tuvimos que hacer escala en la gasolinera. Mientras Gorka hacía la cola para pagar los 80 euros que nos dejamos en llenar el depósito, yo hacía fotos a los precios de los combustibles, escandalizada por el robo a mano armada que nos iban a pegar por la gasolina. Y del interior de la tienda no paraba de salir gente con algo entre las manos. Con lo caro que es todo lo que venden dentro, pensé yo para mis adentros, cómo si no hubieran tenido bastante con el sablazo. Y en esas, salió mi marido con lo mismo entre las manos. Era un puñetero plato de Mickey Mouse, de una promoción ya caducada de la gasolinera que ahora han decidido usar como compensación por el robo de tener la gasolina a un euro con ochenta. Todos los que pasan por caja se llevan uno, como paliativo del dolor de cartera. La metáfora me pareció tremenda. Durante unos segundos quise estampar la loza contra el suelo, en la puerta de la gasolinera, pero luego pensé que con la subida del gas, la cerámica también se va a poner por las nubes y mejor tener un plato de sobra por si se rompe alguno en casa.
Y claro, con estos días grises que hemos tenido en Valencia últimamente, llegar al fin a casa me parecía un alivio. Primero, por dejar de gastar, y segundo, por estar a resguardo. Pero, por el pasillo de mi casa, aislada regular (como todas las de Valencia) y ya entrada la noche, me pareció ver un pingüino hacerme un gesto con el dedo corazón en alto. Y entonces le dije a Gorka que pusiera la calefacción, que el termostato marcaba 15 grados y hacía frío en casa. Y me dijo que no. Primero, porque va con luz y la electricidad está en máximos históricos. Y segundo, porque dice que Borrell, el comisario europeo de asuntos exteriores ha dicho que si queremos pararle los pies a Rusia, menos calefacción y ducha calentita, y más mantita y forro polar para estar en casa, que esto es cosa de movilizar espíritus. Pero, yo a estas alturas de la película estoy ya hasta el mismo moño, aunque a veces cambio la m por una c. Y le di al botón del aire y encendí el horno para asar unas berenjenas.
Llevo una semanita en la que parece que en vez de a Putin las sanciones me las hayan puesto a mí. Sólo me faltaba la payasada de Borrell para querer quedarme en la cama para siempre. A mí el sueldo no me va al mismo ritmo que va la montaña rusa de precios. Como seguro que os está pasando a vosotros. Y es que amigas, ahora parece que todo en la vida venía de Rusia y Ucrania.
Lo que está pasando en el este de Europa es una tragedia sin paliativos. Se llama guerra y sus efectos no tienen comparación con ninguna de nuestras desgracias. Nos las muestra la tele casi en tiempo real. Por eso la ola de solidaridad está siendo tan grande. Por eso todos queremos ayudar en este conflicto, aunque sea con los pocos euros que logramos rascar de nuestra maltrecha economía o poniendo a disposición nuestras casas. Pero a nuestro alrededor la guerra está siendo de precios de algunos de los suministros y productos más básicos. Así que no perdamos de vista la tragedia ucraniana, pero empecemos también a prestar algo de atención a nuestro vecino de al lado, que ya no puede pagar la luz o el gas para calentar su casa. O en el de enfrente, que ha comenzado a dejar de comprar fruta y verdura porque con un euro compra una hamburguesa barata sin encender la vitro.
Y por favor, haznos un favor a todos y deja de hacer el imbécil comprando aceite de girasol como si tuvieras un puesto clandestino de buñuelos en tu casa, por mucho que estemos en Fallas. Que ya nos diste bastante vergüenza con los 48 rollos de papel higiénico en la pandemia. A ver si voy a tener que ir con el plato de Mickey y no precisamente para llevarte unos churros fritos. En la air fryer, por supuesto, que no necesita aceite. Porque a este paso, no me da la vida. O hago como una de mis amigas y empiezo a jugar hasta a la quiniela de caballos.
Culturismo
Esta semana la palabra no aparece en la carta, pero ha sido muy importante para mi familia. Gracias fagocitos, que no son otra cosa que cada una de las células que se hallan en la sangre y en muchos tejidos animales, capaces de apoderarse, mediante la emisión de seudópodos, de bacterias, cadáveres celulares y, en general, de toda clase de partículas nocivas o inútiles para el organismo, incluyéndolas en su citoplasma y digiriéndolas después.
Pantallazos
Valencia ya está metida de lleno en la semana grande de Fallas, así que te traigo unas cuantas recomendaciones por si vienes de visita o si estás por aquí y quieres no perderte detalle.
-Visita guiada:Valencia Capital del diseño ha organizado, en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Valencia, una visita guiada a los principales momumentos (que es como tú llamas a las fallas). Para poder asistir a uno de los tres grupos de veinte personas hay que inscribirse aquí. Es gratis y tiene muy buena pinta.
-Nuestro llibret: Si no quieres perderte detalle de las fiestas ni de sus protagonistas, corre mañana al kiosko a comprar LAS PROVINCIAS, porque con el ejemplar del periódico te regalamos nuestro suplemento fallero. Cada año se supera. Yo los colecciono. No te quedes sin él, que vuelan.
-Quesos: Si eres de mi grupo y no puedes vivir sin queso, tengo una opción perfecta para que te des un capricho alguna semana. Bertrand, el propietario de No solo queso, una de las mejores paradas del Mercado de Ruzafa, crear cada semana una selección de tres quesos y un vino y te la hace llegar a casa. Esta semana tiene tres cortes de un queso de Girona, otro de Lleida y uno trufado de Albacete que tienen pintaza. Los combina con un Sauvignon Blanc de Châteu de Vallagon. El pedido lo puedes hacer por telegram, messenger o whatsapp. Su teléfono es el 622 418 620. La selección cuesta 39 euros y te arregla el fin de semana
Gat-checking: Periodismo de gatos
Ah, y recuerda una cosa. Esta carta sólo llega por correo, no la encontrarás en ningún sitio más. Comparte si quieres algo de esta newsletter en tus redes (si aún no te las has cerrado) y etiquétame o usa el hashtag #capturadepantalla para ayudarme a llegar también a tus amigos. Compartir es vivir. Y si eres nuevo aquí y quieres leer algunas de las últimas cartas de amor a las tonterías, puedes leerlas aquí abajo. Te dejo las cuatro anteriores.
36. Papel y boli
Esta semana quiero que me cuentes en qué te está afectando la subida de precios. Si has tenido ya que hacer algún ajuste en tu economía, si no lo has notado porque aún no has pasado por la gasolinera...Te leo en marta.hortelano@lasprovincias.es
Prometo no contar nada. O sí.
Como cortesía, y por haber llegado hasta el final, te dejo tres enlaces de cosas que sí o sí debes saber y que sí o sí no sabes.
Marta
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.