El camionero kamikaze de Valencia robó el vehículo en un taller al no querer entregárselo por ir ebrio y drogado

Ocurrió alrededor de las siete de la tarde. Cuando el hombre llegó al taller, los mecánicos se dieron cuenta del estado en el que se encontraba. Bajo evidentes síntomas de haber consumido algún tipo de sustancia. Los trabajadores se negaron a entregarle el camión y avisaron a la firma de transporte. Por teléfono, un responsable de la flota de ESP Solutions indicó a los encargados del taller que en ningún caso le dieran el vehículo. El peligro de ponerse al volante era evidente, como luego se acabó demostrando.

El conductor no se dio por vencido. Montó en colera y empujó a uno de los mecánicos, tirándolo al suelo. El hombre cogió las llaves y se subió al camión, dándose a la fuga de las instalaciones del taller Iveco en Ribarroja. El hombre condujo por la A-3 en dirección hacia Valencia. Fue en Quart de Poblet donde tuvo el primer accidente. Chocó contra otro camión, cuyos dos ocupantes resultaron heridos.

Empezó entonces un rosario de llamadas al 112, la de las propias víctimas de la colisión en Aldaia y de muchos otros conductores que fueron testigos de cómo el camionero (empleado de Autransa, una de las empresas de ESP Solutions) conducía haciendo eses y a gran velocidad. Según varios testigos, el hombre iba arrojando pertenencias por la ventanilla del vehículo mientras conducía. En la entrada a Valencia, en el puente de Xirivella, se estrelló contra otro coche. Dos mujeres sufrieron heridas leves.

Pero él no se detuvo. Siguió su caótica fuga hacia el centro, en dirección contraria por un tramo de la avenida del Cid. Seguido por varias patrullas de la Policía Nacional, Local y Guardia Civil, acabó deteniendo su marcha en la plaza de España. Con daños en la cabeza tractora del camión y sin una rueda del vehículo.

Al bajarse del camión se enfrentó a los agentes y trató de evitar su arresto. Con una brecha en la frente, el camionero rumano se negó a someterse inicialmente a la alcoholemia y a las pruebas de detección de drogas. Era evidente el trastornado estado en el que se hallaba. Los tests finalmente realizados acabaron arrojando su resultado. Iba ebrio y drogado. Según fuentes de la investigación, dio positivo a anfetaminas y una tasa de alcohol en sangre de 0,92. Eso supone seis veces más de lo permitido, pues la tasa máxima de alcoholemia para los camioneros está fijada en 0,15.

Desde la firma de transporte han querido lanzar un mensaje tras lo ocurrido: «La empresa ESP Solutions lamenta este hecho y traslada a los heridos su apoyo». El detenido sigue en dependencias de la Policía Nacional a la espera de pasar a disposición judicial por presuntos delitos contra la seguridad del tráfico y otro de resistencia a agentes de la autoridad.

De la investigación se ha hecho cargo la Guardia Civil de Tráfico, al producirse los daños y lesionados en la A-3, vía que es su demarcación. La Policía Local también investiga los hechos y aportará a la causa sus indagaciones tras determinar lo ocurrido en la avenida del Cid. Los agentes examinarán las cámaras para comprobar la conducción temeraria del chófer y a qué velocidad circulaba.

La Guardia Civil también está investigando otros elementos del vehículo como el tacógrafo. Además, los especialistas de Tráfico deberán determinar los daños y posibles responsabilidades penales que deberá afrontar el arrestado por las personas que resultaron lesionadas en su dañino periplo.

El arrestado pasó en la tarde de este jueves a disposición de un juez de Valencia, que determinó su puesta en libertad pero con causa abierta por un rosario de supuestos delitos: conducción temeraria, ir al volante bajo los efectos del alcohol y las drogas, lesiones por los cuatro heridos y atentado por resistirse al ser detenido. El juez le ha quitado el carné de conducir y le ha prohibido conducir vehículos a motor. La causa la seguirá instruyendo un juzgado de Quart de Poblet, al producirse los dos accidentes con víctimas en este término municipal.