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Conchi, la viuda negra de Alicante, junto a José Luis, víctima del crimen. Atlas

Una «loca perdida»: perfil de la viuda negra de Alicante, que esclavizaba a sus niños

Fría, obsesionada con el dinero, aficionada al bingo, relacionada con delincuentes, capaz de manipular para que maten a alguien... Así describen a Conchi

P. H. y AGENCIAS

Valencia

Viernes, 24 de agosto 2018

Manipuladora, totalmente inestable, loca perdida, una persona que esclavizaba a sus niños. Con estas palabras textuales describen a Conchi, personas que la han tratado. El perfil que le dibujan es de toda una mala de cuento. La 'viuda negra' de Alicante es, según los testimonios, la mala malísima de un película de terror. La acusada de matar a su cuarto marido con un destornillador, junto a su amante y 'cuidador', arrastra un amplio historial de mentiras.

Así lo han relatado Carlos, su segundo exmarido; Héctor, amigo de José Luis (la víctima mortal del crimen) y testigo de la boda de hace apenas dos semanas; Abel, un hermanastro, y dos mujeres que la han acompañado en los calabozos de la comisaría de Alicante. Carlos ha contado en el programa 'Espejo Público' de Antena 3, sin mostrar su rostro, que Conchi es una perfecta «manipuladora». Ha desmenuzado 12 años de matrimonio con ella, entre 2000 y 2012.

El segundo marido admite que le tenía miedo. «Llegué a temer por mi vida», porque, entre otros motivos, «se relacionaba con gente problemática» (delincuentes) y sólo se movía «por dinero». A Carlos lo acusó varias veces de malos tratos. Según su relato, esta mujer Onil presentaba denuncias falsas cada vez que él no accedía a sus deseos. Tras pasar seis meses en prisión por violencia de género, Carlos llevó una «pulsera telemática» durante tres años. «Los dos últimos, por voluntad propia, para protegerme de ella», sostiene. «Para que no se acercara a mí». Porque, lamenta, «ella es capaz de manipular a alguien para que te mate».

Los bienes, a nombre de la viuda negra de Alicante

Según Carlos, Conchi le obligó a poner a su nombre una vivienda, una caravana y dos motos. Y trataba a sus hijos, un niño con 9 y una niña de 11 años, «como esclavos». Les obligaba a hacer en casa trabajos para industrias de Onil, en la conocida zona del sector juguetero. Afortunadamente, continúa el segundo marido, el padre del hijo menor logró la custodia tres años después, cuando el pequeño tenía 12. Por otro lado, Abel, un hermanastro de Conchi, intentó que la hija saliera del entorno de la 'viuda negra'.

Es cierto que Conchi, que ha negado a sus compañeras de calabozo ser una viuda negra, «sufrió un accidente de tráfico en 2009» y tuvo que ser operada en Valencia de las vértebras cervicales C-4 y C-5. Pero, tal y como agrega Carlos, «sí que caminaba». En ese siniestro podría estar el origen de los problemas que la acusada estaría usando para presentarse como incapacitada y cobrar una indemnización y una pensión. Ahí, habría ideado el plan de fingir que necesita una silla de ruedas, «para sacar más al seguro».

Carlos ha relatado otro turbio episodio relacionado con su tercer marido. Este esposo fue degollado en 2016 por un familiar que ha sido condenado (al parecer, un hermano) a causa de una disputa por una herencia. «Cuatro años después de separarnos, la Guardia Civil me detuvo porque ella me acusó», a raíz de ese crimen.

Antes de aquello, el tercer esposo -también muerto de forma violenta- mandó a Carlos una carta «dictada por Conchi», según Carlos, en las que le insultaba, le amenazaba y se mofaba de él. En dos páginas a mano se le llama «imbécil», «capullo» en varias ocasiones. Y «pipiolo», mientras el tercer marido se vanagloriaba de que él sí sabía cómo tratar y conquistar a una mujer como Conchi.

«Le gusta mucho el bingo» y «cuando desea dar pena, da mucha pena»

El poder de Conchi, subraya Carlos, es que era y es «una mujer muy atractiva» y que «cuando desea dar pena» consigue «dar mucha pena». Así lograba engañar a la gente. Mentía diciendo que su familia quería encerrarla.

A la viuda negra de Alicante «le gusta mucho el bingo y ese es un capricho caro», concluye Carlos. El dinero aparece como posible móvil del crimen cometido con José Luis, santanderino de 58 años.

Conchi, impaciente por adelantar la boda con la víctima

Héctor, amigo de José Luis y testigo en la boda (en la ceremonia del sábado 4 de agosto y en la civil del martes 7), destaca: «En dos semanas de matrimonio, el hombre (el fallecido) estaba harto ya». Además, insistió mucho para que se hiciera el enlace lo antes posible. Ella mostraba un «rollo celoso», le llamaba y le preguntaba: «¿Con quién estás? Seguro que estás con otra...». En la boda, Conchi «confesó que se podía levantar, pero que estaba esperando para cobrar una indemnización de un seguro».

Vecinos de Sax, donde la 'viuda negra' convivía con Paco, el presunto cómplice y autor material del crimen y amante de Conchi, han manifestado que la han visto ponerse de pie y andar. También lo hizo en comisaría. Se negó a hacerlo, cuando vio cámaras, a su llegada a los juzgados y tuvo que ser llevada en brazos por policías. «Mi hija le hizo una foto y nos obligó a borrarla», apunta Héctor.

Imagen. Paco, el presunto autor material del crimen de la 'viuda negra' de Alicante.

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Imagen. Paco, el presunto autor material del crimen de la 'viuda negra' de Alicante. Atlas

José Luis, la víctima del apuñalamiento mortal, contó a Héctor que Conchi le había citado para cenar la noche del crimen. «Le dijo que no se asustara si la veía con pantalón negro y gorra, porque iba de camuflaje. Porque quería poner flores en el sitio donde echaron las cenizas de una hija fallecida y, como habían construido, tenía que saltar una valla».

El falso cáncer terminal de Paco, presunto coautor

La relación entre Conchi y Paco, los dos en prisión provisional, era conocida en Sax. Ellos dos contaban en el pueblo, y también a José Luis, que Paco tendía un doble cáncer terminal, de colon y pulmón. Familiares del supuesto autor material de la muerte de José Luis (así lo afirma la policía que fue testigo accidental del crimen) han desmentido a 'Espejo Público' esta enfermedad.

El truculento relato de la azarosa vida de Conchi es resumido, de forma gráfica, por una joven que la conoció unas horas en los calabozos de la policía: «Es totalmente inestable. Está loca perdida. Y él (Paco) también». Y Carlos suscribe esas palabras: «Así es Conchi, al 100 %». De hecho, esta imagen de enferma mental podría ser una de sus bazas en el proceso judicial: su defensa ya ha pedido que la examinen.

Dos compañeras de calabozo, además, aderezan el perfil de Conchi con las cosas que ella decía en la celda. «Dice que ella no ha sido, pero que sabe quién ha sido. Que todo el mundo quiere sacarle dinero». Además, sostienen: «Le pinchamos los pies para ver si lo notaba». Y parece que sí lo notaba.

Abel, hermanastro de Conchi, confirma las palabras que describen a la acusada: fría, manipuladora y obsesionada con el dinero. Reitera que ella «sólo piensa en la peseta y en la peseta. Y si pueden ser dos, mejor que una». Además, fue amenazado por ella: «Me dijo que si le quitaba la patria potestad de su hija, que llevara cuidado por la espalda... Que algún día caería».

Vídeo. Abel, hermanastro de la viuda negra, revela amenazas. Atlas

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