El fiscal pide un careo entre la viuda de Patraix y su amante

Un jurado popular decidirá si la viuda de Patraix y su amante son culpables de asesinato después de que el Juzgado de Instrucción número 14 de Valencia transformara las diligencias previas en el correspondiente procedimiento de la Ley del Tribunal del Jurado. Tras comparecer hoy todas las partes en la Ciudad de la Justicia, el fiscal solicitó al magistrado instructor de la causa que ordene un careo entre las dos personas detenidas y encarceladas por el crimen, María Jesús M. C. y Salvador R. L., de 27 y 47 años, respectivamente, ante las contradicciones en las que incurrieron durante sus declaraciones ante la policía y el juzgado.

Como ya informó este periódico, la viuda confesó ante la policía que participó en la planificación del crimen, aunque luego precisó que creía que Salvador no era capaz de matar a Antonio, sino que le daría un susto. Dos días después, la joven aseveró al juez que no participó en el asesinato ni lo planificó, y matizó también que había reconocido su implicación en los hechos criminales, porque no había entendido la pregunta que le hizo la inspectora del Grupo de Homicidios.

En su declaración ante la policía, Salvador confesó el crimen y culpó también a Maje, como conocen a la viuda sus amigos y familiares, al reconocer que ambos habían acordado la muerte de Antonio y que ella le había preguntado detalles de cómo pensaba hacerlo. Sin embargo, cuando el juez le preguntó si había planificado el asesinato con Maje, el detenido contestó: «Lo decidí yo solo y lo ejecuté».

La viuda y su compañero de trabajo reconocieron que mantenían una gran amistad desde hace tres años, pero negaron que fueran amantes. Según la versión que Salvador dio al juez, algunas veces hablaban de cosas íntimas y ella le dijo que se quería divorciar porque discutía mucho con su marido, y entonces él le prometió que resolvería su problema. También manifestó que Maje le había dejado la llave del garaje para que él hiciera una copia, y que quedó con ella horas después del asesinato. «Ya está hecho», dijo Salvador en una corta conversación que mantuvo con la viuda antes de que un vecino encontrara el cadáver en la calle Calamocha.

En la comparecencia de la Ley del Tribunal del Jurado que se celebró esta mañana, el juez comunicó la imputación de asesinato a Maje y Salvador en presencia de sus abogados. Él permaneció cabizbajo la mayor parte del tiempo, mientras que ella mantenía la mirada cuando le hablaban los miembros de la comisión judicial. Era la primera vez que la pareja coincidía en una misma sala tras su encarcelamiento el pasado 12 de enero, aunque ambos ingresaron en la enfermería del centro penitenciario de Picassent tras ser incluidos en el programa de prevención de suicidios.

Además del careo entre la viuda y su amante, el fiscal solicitó otras diligencias de investigación, como los requerimientos a dos compañías de seguros para que remitan al juzgado copias de las pólizas que contrató la víctima con las cláusulas y beneficiarios de las mismas.

El ingeniero asesinado era titular de varios seguros de vida y accidentes cuyos cobros ya había comenzado a gestionar la viuda con la ayuda del autor confeso del crimen. Las cantidades de dinero correspondientes a estas pólizas que iba a percibir Maje, junto con la herencia y la pensión de viudedad son tres indicios que sustentan la hipótesis policial del móvil económico en el asesinato. Además, la joven ya disfrutaba del usufructo vitalicio de la vivienda que había comprado el matrimonio en el barrio de Patraix.

El abogado de la viuda solicitó la toma de declaración a dos testigos en el juzgado, aunque estas dos personas ya fueron interrogadas por la policía. Los abogados que ejercen la acusación particular se adhirieron a las peticiones del fiscal, y la letrada de Salvador no solicitó ninguna diligencia de investigación.