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El asesino confeso del ingeniero Antonio Navarro inculpó ayer a su examante, Maje M. C., la joven encarcelada también como presunta coautora del crimen. Salva R., que lleva ya 10 meses en prisión, prestó declaración por petición propia ante el juez que instruye el caso y aportó nuevos datos sobre la presunta participación de la viuda en el asesinato de su marido.
La toma de manifestación se realizó en la Ciudad de la Justicia de Valencia después de que el acusado comunicara al magistrado su intención de colaborar con la justicia. Salva declaró que Maje le propuso cometer el crimen y luego entre los dos planificaron el acuchillamiento en el garaje del barrio de Patraix en Valencia.
Tras permanecer seis semanas en el programa de prevención de suicidios, Salva realiza labores de ordenanza en uno de los módulos más conflictivos. Su mujer se divorció de él y ahora solo recibe las visitas de su hija de 20 años, que está enfadada con su padre por el crimen que cometió y por sus primeras declaraciones en las que exculpaba a Maje.
También desmintió que el plan criminal fuera en un principio herir o dar un susto a Antonio, como había declarado Maje ante la policía, y precisó que siempre hablaron de acabar con la vida del ingeniero en los encuentros que tuvieron para preparar el acuchillamiento. «No quería que lo hiriera, quería que acabase con él», aseveró Salva sobre las presuntas intenciones criminales de su examante.
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La segunda declaración del acusado ante el juez duró poco más de una hora. Respecto a la conversación grabada por la policía en el centro comercial Las Américas en Torrent, el asesino confirmó lo que ya sospechaban los investigadores: Maje le facilitó la llave del garaje y habría elegido también el día para cometer el crimen. Primero planearon matar a Antonio en julio, pero tuvieron que retrasar su plan de asesinato hasta agosto. La víctima no aparcaba en el garaje el coche de empresa que usaba para desplazarse a Requena. Esto era un inconveniente y no querían fallar.
El 15 de agosto, Maje convenció a su marido para que estacionara el vehículo en el garaje, porque ya habían decidido que Salva mataría a Antonio a la mañana siguiente, según declaró ayer el acusado. Tras recriminarle que no era un buen marido, asestó ocho cuchilladas a la víctima y luego arrojó el arma a una fosa séptica. Poco después, Salva se reunió con Maje para decirle que ya había asesinado a Antonio. La viuda facilitó a la policía la misma versión tras reconocer que había participado en la planificación del crimen, aunque luego precisó que creía que Salva no era capaz de matar a Antonio, sino que le daría un susto. Dos días después, Maje declaró en el juzgado que no planeó con su amante el asesinato, y matizó que había reconocido su implicación en los hechos criminales, porque no había entendido la pregunta que le hizo la inspectora jefa del Grupo de Homicidios.
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Tras ser detenido por la policía el 10 de enero del año pasado, Salva confesó que concertó con Maje la muerte de Antonio, pero dos días después exculpó a su amante en su primera declaración en el juzgado. El asesino aseveró que decidió cometer el crimen cuando ella le dijo que Antonio le había amenazado con echarla de casa. «Lo decidí yo solo y lo ejecuté», contestó Salva cuando el juez le preguntó si había planificado el crimen con Maje.
Los dos detenidos por el crimen reconocieron que mantenían una gran amistad desde hace tres años, pero negaron que fueran amantes cuando fueron interrogados por el juez. Según la primera versión, Maje y Salva hablaban de cosas íntimas y ella le dijo que se quería divorciar porque discutía mucho con su marido, y entonces él contestó que acabaría con el problema.
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La viuda manifestó que su amigo la protegía e intercedía por ella en el hospital de Valencia donde ambos trabajaban en labores de atención de enfermos. Salva se habría dejado llevar por sus sentimientos obsesivos hacia Maje para asesinar a cuchilladas a Antonio el 16 de agosto de 2017, según la declaración de la viuda. Tras el asesinato, la pareja dejó de verse varias semanas por si la policía investigaba a la viuda y en octubre retomaron su relación. La detención de Maje y Salva como presuntos autores del crimen causó una gran conmoción en Novelda, localidad donde residen las familias de la víctima y de la viuda.
Hace varios meses, Salva mostró su molestar en la cárcel porque los funcionarios no le dejan hablar con Maje. El preso culpa al psicólogo de la prisión de que no le permitan tener un contacto personal con la que fue su amante, que se encuentra en la misma prisión. El recluso mantiene una buena relación con sus siete hermanos, aunque solo había recibido la visita de uno de ellos en la cárcel cuando habló con el psiquiatra en mayo de este año.
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