«Lo tenía todo pensado», afirma Juan Salvador, el hijo de la mujer asesinada por su exmarido en Alzira. El joven de 27 años vivió ... el miércoles la situación más dramática de su vida cuando Bartolo Berenguer, su padrastro, le encañonó con una pistola tras una discusión familiar y le ordenó que saliera de la casa. Su madre y él estaban en peligro, pero el joven no podía hacer nada. Un policía jubilado le apuntaba con el arma a la cabeza. El dilema era si se enfrentaba a su padrastro o pedía auxilio a la Policía, que tardaría poco en llegar y seguramente actuaría con más eficacia para salvar la vida de Raquel Lorente, de 57 años.
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Pero «pasó todo en cuestión de segundos», recuerda Juan Salvador. Bartolo asesinó a tiros a su exmujer y luego se suicidó, aunque el crimen y los dos cadáveres no fueron descubiertos hasta siete horas después cuando entraron en la casa los primeros policías. Durante la espera angustiosa, Juan Salvador y su hermana hablaron con los policías para facilitarles cualquier dato que pudiera servir para una posible negociación. En ese momento aún tenían esperanza de que Raquel pudiera salir con vida de la vivienda.
La víctima creía que si acudía a la casa, acompañada de su hijo y una empleada de una inmobiliaria, Bartolo no se atrevería a hacerle daño. Cuando comenzó la discusión por la venta de la vivienda, un acuerdo de ambos tras su divorcio, Juan recriminó a su padrastro por su comportamiento y gritos, y en ese momento Bartolo encañonó al joven con una pistola, le obligó a salir y cerró la puerta del garaje para atrincherarse con Raquel dentro de la casa.
El hijo de la víctima y la empleada de la inmobiliaria, que logró escapar poco antes del violento incidente, llamaron a la Policía y pidieron ayuda a un vecino, que acudió al garaje e intentó abrir la puerta. Los tres testigos oyeron entonces los disparos que acabaron con la vida de Raquel. El policía jubilado se suicidó después con la misma pistola que utilizó para cometer el crimen. El arma fue hallada junto a su cadáver.
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Tras valorar la situación y sin saber que el asesino y su víctima ya habían muerto, la Policía avisó a un negociador experto en resolver incidentes críticos. También acudieron agentes del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) y del Grupo Operativo Especial de Seguridad de Valencia, dos unidades especializadas en la intervención en atracos con rehenes y asaltos a viviendas de delincuentes.
Los policías que rodearon la casa no sabían a lo que se enfrentaban hasta que llegara un dron con cámara térmica, que podría grabar imágenes de los cuerpos inertes o en movimiento de Raquel y Bartolo. Esto retrasó la entrada de los agentes en la vivienda, ya que no tenían la certeza de que su compañero jubilado se hubiera suicidado y cabía la posibilidad de que los recibiera a tiros en el caso de que estuviera vivo.
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Tras acudir a los actos de condena del asesinato de su madre, Juan Salvador manifestó a LAS PROVINCIAS que Bartolo era «una persona manipuladora, controladora y narcisista». Según el joven, el homicida «sabía en tiempo real» lo que sucedía en la casa, porque «tenía una cámara de vigilancia conectada a su móvil».
Con respecto al móvil del crimen, el joven afirmó: «Quería destrozarle la vida a mi madre por aprender a vivir sin él, y destrozar también a toda mi familia. Como él decía, casi a diario y delante de todo el mundo y con sus palabras textuales: 'tú morirás conmigo' en señal de posesión. Si no iba a ser suya no sería de nadie más».
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También señaló que Bartolo «siempre apuntó maneras» en referencia a su carácter posesivo. «Pero jamás llegamos a pensar que fuera capaz de asesinar a tiros a nuestra querida madre, querida por tanta gente», añadió el joven.
Las amigas de la víctima también piensan que el policía jubilado podría haber planeado el crimen. Creían que la vida de Raquel no corría peligro, pero le aconsejaban que siempre fuera acompañada por alguien cuando quedaba con su exmarido para tratar los asuntos del divorcio.
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Con respecto a la pistola utilizada en el crimen, la Policía trata de averiguar cómo llegó a las manos del asesino, ya que no tenía licencia de arma corta. El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Valencia asumió las investigaciones tras el hallazgo de los dos cadáveres.
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