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Ha pasado ya un mes desde que las primeras alertas y denuncias por pinchazos a jóvenes en fiestas surgieron en los Sanfermines. Para luego extenderse como una lacra alimentada de imitación y, como es lógico, temor y preocupación. Son más de un centenar los ... casos notificados por vía policial o sanitaria en toda España y más de una veintena los registrados en la Comunitat, ya sea por de denuncia o asistencia sanitaria en hospitales. Respondemos a diez interrogantes esenciales para arrojar luz y coherencia en la deleznable práctica.
1 ¿Estamos ante un delito?
Sin duda. Pinchar a una persona, sea del modo que sea y al margen de los propósitos finales, es, cuanto menos, un delito de lesiones tipificado en el artículo 147 del Código Penal. «El que por cualquier medio o procedimiento cause a otro una lesión que menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental será castigado con pena de prisión de tres meses a tres años o multa de seis a doce meses». Por este motivo, tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil investigan todas y cada una de las denuncias de pinchazos interpuestas por jóvenes afectadas y buscan a los autores.
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2 ¿Cuántos casos ha habido?
Sólo a lo largo de esta semana, las fuerzas de seguridad han recibido 17 denuncias relacionadas con pinchazos. Pero antes ya se habían conocido otros casos por atenciones sanitarias a jóvenes por la misma práctica o alertas policiales que no se tradujeron en denuncia. Los primeros casos en la Comunitat se conocieron a principios de julio.
3 ¿Dónde se producen?
Siempre en espacios de ocio nocturno veraniego juvenil, ya sea en discotecas, festivales o verbenas de fiestas locales. El mapa de los casos notificados se extiende, de norte a sur, de este modo: Burriana, la Vall d'Uixó, Xàtiva, Gandia, Dénia, la Vila Joiosa y El Campello, entre otros municipios.
4 ¿Hay un delito sexual?
De momento, las fuerzas de seguridad no han encontrado indicios de forzamiento sexual en los casos investigados en víctimas que refieren pinchazos. Tampoco evidencias de drogas de sumisión en los análisis practicados. Es decir, todo apunta a que quienes pincharon a las chicas no estaban empleando ninguna sustancia. O, si lo hicieron y no se ha detectado tal droga, no consumaron el delito sexual.
5 ¿Existe sumisión química?
Sí. Por desgracia, es un mal que se ha extendido, pero con una práctica muy distinta a la de los pinchazos. Consiste en introducir droga en la bebida de la víctima con la intención del autor de aprovecharse sexualmente de ella cuando el estupefaciente haga efecto. Su conducta suele ser la de sugerir acompañarla a casa, si el intento se produce en un local público, o llevando a cabo la tentativa en espacios privados como un domicilio. Por eso es frecuente en la sumisión química que quien pretende el delito sexual sea conocido de la víctima, bien de tiempo atrás u ocasional de esa noche.
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6 ¿Cuáles son las drogas?
Según forenses consultados, las sustancias detectadas en casos judicializados en España por sumisión química son barbitúricos, ansiolíticos o mezclas de varios tóxicos. Los profesionales de Enfermería mencionan «éxtasis líquido, la ketamina o benzodiacepinas, que producen una reacción en la víctima de pérdida de control y facilitan el abuso por parte del agresor». Y hay un problema: «estas drogas permanecen poco tiempo en el organismo y detectarlas es complicado si no se actúa con rapidez».
7 ¿Hay vandalismo o imitación?
Fuentes policiales ven muy poco probable que jóvenes de toda España en puntos tan dispersos estén haciendo acopio de drogas de sumisión química para inyectarlas a jóvenes por toda la geografía. Y menos, con un sistema que no cuadra con el contexto y 'modus operandi' de los casos constatados de sumisión química. Creen que en muchos de los casos hay gamberrismo o imitación con el uso de simples objetos cotidianos punzantes. Pero esto, como se ha señalado, también es delictivo y perseguible. Y en ello están poniendo todo su empeño. No sólo por cada caso concreto, sino por el miedo colectivo que ello genera.
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SARA BONILLO NAVARRO
8 ¿Hay riesgo para la salud?
Sí lo hay. Más allá del obvio de la introducción de drogas (aún no constatado), los enfermeros temen el uso de agujas fuera del entorno sanitario. «Es posible que no estén desinfectadas o se hayan podido usar con otras personas. Así, dependiendo del estado del material que se está utilizando, la víctima podría llegar a estar expuesta a virus como el VIH o la hepatitis».
9 ¿Qué hago si me pinchan?
Los enfermeros aconsejan echar un vistazo a la parte del cuerpo donde se ha notado el pinchazo para detectar marcas. Picor, mareo, nauseas o visión borrosa son algunos de los primeros síntomas. Si aparecen es clave permanecer con una persona de confianza, acudir lo antes posible a un centro médico, avisar al personal de seguridad (si es un espacio público) y a la Policía e interponer una denuncia. La rapidez es clave para hallar pruebas.
10 ¿Hay protocolos?
La Conselleria de Sanidad cuenta con un protocolo de actuación ante sospechas de agresiones sexuales y casos de posible sumisión química. Ahora, se ultima otro más particular ante la oleada de denuncias de pinchazos.
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