![Un bombero durante las tareas de extinción del incendio de Bejís, en una imagen de archivo.](https://s2.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202210/19/media/cortadas/bejis_20221019184010-RcDuWpKr6Mb47AQl0OXozVP-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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El informe definitivo que Emergencias (Conselleria de Justicia) ha encargado al Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón sobre el incidente del tren de Bejís atrapado entre las llamas del incendio forestal no describe ningún fallo o negligencia concreto. El análisis es meramente descripitivo ... y, a grandes rasgos, destaca que todo sucedió en un momento de extrema complicación, con la velocidad del fuego disparada y en pleno cambio de posición del Puesto de Mando Avanzado (PMA) ante la nefasta evolución del fuego.
En concreto, «se pasó de una evolución incendio de 44 hectáreas/hora a 951 hectáreas/hora en el periodo comprendido entre las 14.30 y las 18.30 horas». Según los bomberos de Castellón, «de forma repentina, y en torno a las 14.40 horas, se produjo una evolución explosiva del incendio, una tormenta de fuego con una velocidad de propagación extremadamente alta y con unas intensidades de viento altas y direcciones erráticas, que de forma automática superan la capacidad de extinción».
El informe, a solicitud de José María Ángel, no entra en valorar responsabilidades, sino que describe cómo el incendio se complicó a primera hora de la tarde de un modo desmedido y todas las decisiones que se tomaron en esos momentos de confusión. Y ninguna de ellas fue comunicarse con los organismos ferroviarios, como constata el análisis técnico de la situación.
Los bomberos hacen alusión, en primer lugar, a los constantes cambios en la previsión de vientos que obligaron a constantes variaciones en la estrategia de extinción en esa difícil jornada. Era el 15 de agosto y luchaban contra el incendio declarado en Bejís.
En un momento del informe, los bomberos refieren una «evolución explosiva» del incendio. Antes de eso, las tareas, discurrían frente a la «extrema complejidad» de la orografía». Y es en este contexto cuando sobrevino la situación más crítica.
«De forma repentina, en torno a las 14.40 horas, el fuego adquirió una velocidad de propagación extremadamente alta, con unas intensidades de viento altas y direcciones erráticas, que de forma automática superan la capacidad de extinción».
El fuego llegó a las montañas de Bejís a las 14.45 horas y el director del PMA ordenó al mando de la Guardia Civil evacuar la población. Al mismo tiempo, mandó al responsable de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que asumiera la defensa del pueblo y «proteger los bienes inmuebles en la medida de lo posible».
Tal es el avance del fuego, según los bomberos, que ni siquiera la ubicación del PMA era ya segura. De ahí que se decidiera desmantelarlo para reposicionarlo en otra población. En ese instante comenzó a organizarse el traslado mientras el fuego causaba estragos.
Así lo describe el informe: «Sin solución de continuidad, la propagación explosiva del incendio amenaza en su avance al pueblo de Torás». El director del PMA ordenó entonces al mando de la Guardia Civil, responsable de la Unidad Básica de Seguridad, la evacuación de esta población, en torno a las 15.30 horas. En este momento clave nadie parece reparar en que por este término municipal pasan trenes.
A pesar de que la situación se estaba complicando, en ningún momento se menciona un mandato concreto referido a la línea ferroviaria que, a través de los mapas, debían conocer que atravesaban la zona. Todas las instrucciones se centran en poner a salvo a las poblaciones residentes, pero nada se menciona respecto a las personas en tránsito a través de carreteras o vías.
Sin mencionarlo expresamente, los bomberos eluden cualquier responsabilidad entre las personas que intervinieron narrando un sinfín de complicaciones y dificultades. Hablan de una unidad móvil de coordinación en desmontaje y de los riesgos sobrevenidos ante la evacuación de Torás.
A las 16 horas, se enviaron bomberos de Segorbe a defender esta población del fuego. Poco más tarde, voluntarios de extinción de Onda. Pero sólo logran acceder allí los bomberos de Nules y los llegados de Castellón ciudad. Pero tanto los bomberos de Segorbe como los de Onda no logran estar operativos porque el fuego los asedió. Los primeros se vieron atrapados, con un camión calcinado y dos bomberos heridos con quemaduras. «Y los de Onda tuvieron que abandonar su posición y pasar a zona quemada para garantizar su supervivencia».
El tren salió de Valencia a las 16.23 horas y se detuvo en la zona crítica a las 17.54. Su tránsito por la zona peligrosa coincidió con el traslado del PMA que finalmente se fijó a las 17.30 horas en Jérica. Sobre las 18 horas, y mientras se está produciendo el relevo del director del PMA, el mando de la Guardia Civil informó de que el fuego también amenazaba Teresa y se ordenó la evacuación de esta población.
Más sobre el incendio de Bejís
El incidente del tren a su paso por Torás se produjo más de dos horas después de la orden de evacuación de esta población. Es más, el tren salió de Valencia casi una hora más tarde respecto a dicha instrucción del desalojo. Sigue la misma incógnita: ¿Si se ordena desalojar Torás por qué nadie repara en impedir el tráfico de trenes en dirección a Torás con una alerta a Renfe?
En este punto, dos son las opciones lógicas que el informe en ningún momento aborda. En primer lugar, un posible error humano en medio de la complicada situación que se estaba viviendo. En segundo, y si es que se reparó en el tránsito de trenes en el análisis del mapa, que no se contemplase la posibilidad de que las llamas afectaran a las vías. Ante la ausencia de valoraciones más profundas en el informe, este punto sólo podrá aclararse con los interrogatorios en el marco del proceso judicial abierto.
El incidente del tren se conoció ya a toro pasado, en una reunión de coordinación en Jérica para informar al presidente de la Generalitat, Ximo Puig. En el desarrollo de la reunión hizo acto de presencia el coronel de la Guardia Civil de la Comandancia de Castellón e informó de que el percance en el tren se había saldado con personas heridas por el incendio.
El informe de los bomberos ante Emergencias insiste de manera continua en la velocidad de propagación del fuego en el intervalo de tiempo en que sobrevino el incidente del tren. Menciona, por ejemplo, que a las 18.30 horas de ese día nefasto, el perímetro del fuego abarcaba ya una superficie aproximada de más de 3.800 hectáreas. Es decir, en cuatro horas ardieron 2.895. Si bien no se cita de una manera directa, se percibe entre líneas que los que allí luchaban en esas horas críticas tenían tantos frentes que cubrir, tantas decisiones simultáneas que tomar y tantas situaciones de riesgo al mismo tiempo que, sencillamente, perdieron la noción de por dónde circulaba el fuego. Da la sensación, a la luz del informe, que nadie previó sobre mapa que las llamas podían acabar en las vías a pesar de que se estaban evacuando pueblos muy próximos. ¿Negligencia de mandos o autoridades? Eso es algo que deberá decidir la investigación judicial abierta por un juzgado castellonense.
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