J. MARTÍNEZ
Jueves, 28 de octubre 2021, 00:57
Los especialistas de la Guardia Civil continuarán hoy la inspección de los dos coches de Miguel Ricart y Antonio Anglés, un Opel Corsa y un Seat Ronda, en el garaje del cuartel de Almussafes. Los agentes del Equipo Central de Inspecciones Oculares (ECIO) del Servicio ... de Criminalística de la Guardia Civil buscarán, por tercer día consecutivo, vestigios forenses que sitúen a las niñas en los vehículos que conducían los dos delincuentes en 1993.
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Según los hechos considerados probados en la sentencia del caso Alcàsser, las niñas subieron de forma voluntaria al Opel Corsa en una calle de Picassent situada muy cerca del cuartel de la Guardia Civil, donde Míriam, Toñi y Desirée estaban haciendo autostop mientras caminaban en dirección a la discoteca Coolor. Ricart conducía el coche y Anglés iba en el asiento del copiloto y le dijo que parase el vehículo cuando vio a las niñas.
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En su primera declaración ante los investigadores, el único condenado por el triple asesinato manifestó que no iban acompañados por ningún otro individuo, ni en el Opel Corsa ni en otro coche, cuando recogieron a las menores en Picassent.
También afirmó que Anglés se arrodilló en su asiento y golpeó con la culata de una pistola a Toñi, quien sufrió una herida sangrante en la boca, y propinó bofetadas a las otras dos niñas para que dejaran de protestar y gritar por no haberlas dejado en la puerta de la discoteca.
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Aunque las menores permanecieron cerca de una hora y media retenidas dentro del vehículo y una de ellas sufrió una herida sangrante, los guardias civiles que examinaron el Opel Corsa dos meses después del rapto no hallaron ninguna evidencia genética que sitúe a las niñas en el coche.
En aquella inspección realizada el 28 de enero de 1993, un día después del hallazgo de los cadáveres, dos agentes especialistas en dactiloscopia recogieron un centenar de pelos y ocho muestras en el maletero, asientos, palanca de freno, tapizado, bandejas de las puertas e incluso en los bajos del vehículo. Los especialistas utilizaron un reactivo químico denominado cianocrilato para revelar huellas, y también usaron un aspirador para buscar el mayor número posible de pelos, pero ninguno de los cabellos analizados era de Míriam, Toñi o Desirée.
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