Varias jóvenes denuncian nuevos casos de pinchazos en el Medusa

Una de las denunciantes, Carla P. S., de 22 años, necesitó atención médica tras marearse pocos minutos después de sentir un pinchazo. La joven iba acompañada de dos amigas. «Acabábamos de entrar y fuimos a los servicios. Yo iba en medio de mis amigas y alguien me pinchó en el brazo por detrás. Me giré rápido pero había mucha gente y no vi quién lo hizo», afirma la víctima.

Tras ser atendida por dos vigilantes de seguridad, Carla se sentó en una escaleras mientras esperaban la llegada de un sanitario. «Me di cuenta que tenía una pequeña gota de sangre en mi brazo izquierdo, y a los pocos minutos, empecé a encontrarme mal. Noté un mareo intenso y dolor de cabeza, y también comencé a temblar», explica Carla.

«Un vigilante y el sanitario me ayudaron a llegar a la carpa donde estaban las camillas, porque apenas podía andar, y después decidieron trasladarme en una ambulancia al hospital de Alzira para que me hicieran análisis de orina y sangre», añade la joven.

Antes de subir al vehículo sanitario, un guardia civil se acercó a la joven para interesarse por su estado y le dijo que presentara una denuncia en el cuartel más cercano. «Me asusté porque no sé con qué me pincharon, y sigo preocupada hasta que no me digan los resultados de las analíticas», señala Alba.

Mientras la joven se encontraba en el hospital, una de sus amigas le informó del grave accidente ocurrido en el festival. Los primeros mensajes y vídeos difundidos en las redes sociales ya predecían las graves consecuencias del derrumbe de varias estructuras metálicas por el reventón térmico.

«En ese momento yo estaba preocupada por el pinchazo, pero luego me enteré de la muerte del chico. Los hierros cayeron justo en la zona donde había estado poco antes con mis amigas», asegura la joven.

Al día siguiente, Carla seguía encontrándose mal, por lo que sus padres la llevaron al hospital Francesc de Borja de Gandia, donde le realizaron más pruebas para detectar si le habían inoculado alguna sustancia. «En la analítica de orina no ha salido nada, pero falta conocer el resultado del análisis de sangre, y me tienen que hacer otras pruebas dentro de unos meses para descartar enfermedades infecciosas», explica la joven

Tras salir del hospital de Gandia, Carla acudió al cuartel de la Guardia Civil de Oliva, donde denunció los hechos, como le había pedido uno de los agentes que participaba en el dispositivo de seguridad del festival. Antes de notar el pinchazo, la joven sólo se había tomado una copa y no había consumido ninguna sustancia estupefaciente, según la denuncia. Sus amigas la acompañaron en todo momento tanto en el recinto del Medusa como luego en el hospital.

La misma noche se produjo otro incidente relacionado con la ola de pinchazos a jóvenes. Dos vigilantes del festival impidieron que un grupo de jóvenes linchara a un sospechoso de inocular una sustancia a una chica.

El personal de seguridad del Medusa protegió y retuvo al individuo para entregarlo después a la Guardia Civil, que lo identificó y cacheó. Además, varios jóvenes lanzaron piedras a los agentes cuando desalojaron una de las barras donde otro grupo apuraba sus copas y se negaba a salir del recinto.