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Alejandra Ayala muestra una foto de su hija Nathaly, en su casa de Valencia. JESÚS SIGNES
«La justicia peruana se ríe de nosotros»

«La justicia peruana se ríe de nosotros»

Un tribunal rebaja a siete años de prisión la pena para los dos homicidas de la joven valenciana desaparecida en Perú y desoye la petición de la familia de agravar la condena

Jueves, 17 de diciembre 2020, 11:08

«No hay derecho. Siento que la justicia peruana se ríe de nosotros. Que rebajen la condena a estos criminales es como si nos clavaran un puñal. Nos quedamos sin justicia y sin el cuerpo de mi hija«. Estas son las primeras reacciones de Alejandra Ayala, la madre de la joven valenciana desaparecida en Perú, tras conocer que un tribunal peruano ha rebajado considerablemente la pena a los dos acusados de la muerte de Nathaly Salazar: de los 11 años e prisión que se les impuso inicialmente por homicidio culposo (imprudente), hurto agravado y encubrimiento a sólo 7 años y seis meses al quedar absueltos del último delito, según explica la afligida madre.

«Dicen que no hay delito por encubrimiento real. No sé en que se basa el juez. No lo puedo entender. Que al menos los obligue a decir a dónde ocultaron el cuerpo de mi hija«, clama la mujer, vecina del barrio valenciano de Patraix.

Nathaly Salazar tenía 25 años cuando su rastro se perdió para siempre. Fue el 2 de enero de 2018, en un viaje a Perú. Hoy, casi tres años después, la familia de la joven valenciana sigue sin poder enterrar a una hija cuyo paradero se desconoce.

El futuro de los dos jóvenes sospechosos de su muerte se decidía con una vista de apelación que comenzó hace algo más de una semana en Cuzco. Los jueces debían decidir si mantenían los 11 años de prisión que para ambos impuso un juzgado en primera instancia, elevaban la pena siguiendo la petición de la familia de la víctima o bien la rebajaban como reclamaban los dos homicidas.

Como reiteró Alejandra, «queríamos una condena ejemplar» para los dos homicidas, convencida ante las pruebas de que la muerte de su hija no fue un accidente, «sino un feminicidio, un crimen doloso».

Los dos sospechosos de la muerte de Nathaly, Jainor Hulica Huaman y Luzgardo Pillco Amau, fueron detenidos pocas semanas después de la desaparición de Nathaly. Según su versión, contactaron con ella porque quería practicar tirolina en el paraje de un pueblo andino y sufrió un accidente en el que se golpeó. Pero en lugar de pedir ayuda, dicen, se asustaron, la dieron por muerta y lanzaron su cuerpo a un río. Por estos hechos fueron condenados en primera instancia por homicidio culposo (imprudente), hurto y ocultación de pruebas.

La familia de Nathaly, a través de su abogado peruano, estima que la condena que se les impuso es «ridícula» y la que ahora se ha marcado «una ofensa que ahonda en nuestro sufrimiento». Los padres de la joven, personados en el procedimiento, reclamaban entre 20 y 25 años de prisión para cada uno por un homicidio doloso. Los abogados de los sospechosos buscaban una rebaja de su condena inicial a seis años de prisión. Finalmente pasarán siete años y medio en prisión.

A pesar del mazazo en su contra, Alejandra y la familia de Nathaly no tiran la toalla. Como anunció la madre, «todavía tenemos que encajar este varapalo pero no descartamos acudir al Tribunal Superior de Lima» para recurrir el fallo judicial.

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