![La víctima, Antonio Navarro, introducido en el furgón fúnebre tras el crimen en agosto de 2017.](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202010/13/media/cortadas/crimenmaje-RAWNIB156bA0z9eqAvIh9SK-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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Que dos enfermeros con buena educación, buen ambiente familiar, un nivel de vida medio y ningún pasado delictivo se confabulen para cometer un crimen brutal a cuchilladas es algo que a cualquiera le cuesta encajar. Se suma un componente de novela negra y un contexto sentimental (dos amantes ante el marido asesinado). Quizá todo ello explique, en parte, la tremenda expectación generada por el conocido como crimen de la viuda negra de Patraix o caso Maje.
María Jesús M. C., de 30 años, y Salva R. L., con 50 recién cumplidos, se sientan hoy en el banquillo de los acusados ante la mirada atenta de nueve miembros del tribunal popular y 40 periodistas de 28 medios acreditados. Es algo histórico e impropio para un caso criminal que sitúa ya este triángulo sangriento a niveles de expectación comparables al caso Alcàsser, el juicio al expresidente Francisco Camps, el del accidente del metro u otros de corrupción política como Emarsa o Terra Mítica.
Semejante volumen de portátiles, libretas y objetivos ha obligado al TSJCV a una organización especial del juicio, labor costosa con las cautelas propias de la pandemia. En la sala Tirant Lo Blanch, la más espaciosa de la Ciudad de la Justicia, estarán los acusados, sus abogados, el fiscal y la acusación particular que representa a la familia de la víctima. El resto de espacio será para la prensa, el público y el jurado que hoy se selecciona.
El tribunal popular estará formado por nueve titulares y dos suplentes. Ese grupo encargado de escuchar, juzgar y emitir veredicto proviene de una selección previa de 36 personas elegidas por sorteo. Ante ellos se desplegarán, en doce sesiones, los testimonios, pruebas y análisis policiales y forenses sobre lo acontecido antes y después del 16 de agosto de 2017. Fue el día en que el amante de Maje, Salva, clavó seis veces un cuchillo al marido de ésta en un garaje de la calle Calamocha de Valencia.
Para el fiscal Vicente Devesa ella merece más pena que Salva por el asesinato: 22 años de cárcel frente a los 18 que reclama para su amante y autor material confeso. Según Devesa, fue ella quien hizo creer a Salva que sufría supuestos maltratos por parte de su esposo y víctima, Antonio Navarro, para luego poner todos los medios y planificación posibles en el crimen. La acusación particular que representa a la familia de Antonio eleva la petición de cárcel a 25 años para ella y 20 para él.
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El abogado estrella está del lado de Maje. Es el catedrático de Derecho Penal Javier Boix, que defendió a Camps entre otras complejas batallas jurídicas. Junto a la letrada Alicia Andújar esgrimirá esta estrategia: Maje debe ser absuelta y declarada inocente porque no planeó el asesinato y creía que su amante «fantaseaba» al proponerle el homicidio. Si tras el crimen guardó silencio, sería, en todo caso, por un «temor que le impidió denunciarlo».
La letrada María Julita Martínez defiende a Salva, el autor material confeso. Lo presentará como víctima de un amor obsesivo y enfermizo hacia Maje que acabó sacando lo peor de él hasta convertirlo en homicida. En definitiva, que el amante era «una marioneta» de la amada. Y aquí una de las claves del caso: su estado mental cuando empuñó el cuchillo contra Antonio. Si bien el fiscal no aprecia atenuante o eximente de responsabilidad penal, la letrada cree que cabría un trastorno mental por la obsesión hacia Maje. El pueblo decidirá.
Más sobre el caso Maje
Arturo Checa Javier Martínez
Javier Martínez
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