La policía busca a un sospechoso del incendio de la Malvarrosa

El incendio de la finca de la Malvarrosa en la que pereció un niño de 3 años es, a tenor de las investigaciones, un caso criminal. La Policía Nacional busca ya a un sospechoso, un hombre que según las pesquisas empleó un acelerante de la combustión para avivar el fuego tras prender en varios enseres apilados en el rellano. Esto desató la densa humareda que puso en jaque a todo el vecindario, acabó con la vida del pequeño y causó severas lesiones a su madre y a los dos hermanos de la víctima.

Las fuentes policiales consultadas por LAS PROVINCIAS no ahondaron más en la relación del incendiario con las víctimas o el resto de residentes del edificio de Valencia para no entorpecer la investigación en marcha. Los vecinos ya apuntaban la posibilidad de que el fuego fuera intencionado y el uso del combustible que ahora constatan las fuentes próximas a la investigación consultadas por este diario.

El incendio se originó en unos muebles que estaban situados en el rellano del cuarto piso y que eran propiedad de Antonio C., quien vivía anteriormente en la finca y que los dejó ahí para trasladarlos a su nueva vivienda otro día. «El Ayuntamiento nos dijo que no podíamos dejar en la calle más de cinco muebles, por lo que el resto los dejamos en el rellano. El dueño del piso nos dijo que teníamos hasta el lunes para entregarle las llaves», explica.

Entre los objetos había un sofá, una nevera, una lavadora, una mesa de plástico y una cocina de gas. Según testifican varios vecinos, todo apunta a que el fuego fue intencionado. Incluso uno de ellos asegura que la policía científica encontró un producto acelerante, información que ha sido confirmada por los agentes, que se encuentran en plena investigación. La madre del niño fallecido y sus otros dos hijos, de siete y nueve años, continúan ingresados en La Fe. Por lo que respecta al resto de residentes, algunos presentan quemaduras leves pero no lamentan lesiones graves.

En la Malvarrosa no se habla de otra cosa. En una pollería, en un bar, en una peluquería, en una tienda de ropa, en un supermercado... En los corrillos. Sin distancia de seguridad alguna porque el virus pasa a un segundo plano cuando un niño de tres años muere en un incendio. Lo sucedido en el 77 de la avenida de la Malvarrosa es el epicentro de todas las conversaciones. Los rumores se disparan mientras la Policía Nacional investiga lo sucedido: se busca ya a un sospechoso por el fuego.

En una peluquería situada en el mismo edificio donde ocurrió el trágico suceso explican que «hace un año» sí solía acudir la Policía Local ante llamadas por peleas y broncas en el cuarto piso, el inferior al de la familia afectada por el incendio. «Parece que un vecino pegaba a su mujer», comentan. Aseguran que la mujer ya no vive ahí, sino en la cercana calle Vicente de la Roda «en un bajo del que siempre sale música». «Pero dicen que el incendio lo provocó un borracho de la zona», apuntan.

Sin embargo en el bar, puerta con puerta con el 77, aseguran que no saben de antecedentes de violencia machista en el edificio. «Nunca hemos visto a la policía por aquí por esto», comenta la dueña, secundada por sus compañeros tras una barra inhabilitada por el virus.

En la avenida hay decenas de carteles que claman por una Malvarrosa digna y piden luchar contra el estigma social y la mala imagen que tiene la zona en el resto de la ciudad. El barrio intenta recuperar la normalidad de uno de sus episodios más negros mientras sus vecinos insisten en que la zona «es mucho más que los sucesos».