La Policía desaloja una finca okupada en Paterna

Caos en el carrer d'Alcant de Paterna. Efectivos de la Policía Nacional y de la Policía Local han logrado desalojar a una treintena de personas que ocuparon de manera ilegal una finca el pasado viernes. Fuentes del Ayuntamiento aseguraron que las viviendas estaban vendidas y la constructora tiene previsto entregar las llaves a los legítimos propietarios en octubre.

«No queremos que nuestro barrio se convierta en la Coma», comentaba uno de los vecinos, indignados. Avisaron a las autoridades en cuanto supieron que habían entrado a okupar el número 57 del carrer d'Alcant. Según contaba el hombre, en la noche de este lunes los residentes ilegales estaban en la acera, pegando voces. «Yo me he tenido que llevar a mi niña de mi casa para que no viviera esto», lamentaba el vecino.

En cuanto han llegado las primeras patrullas, los okupas han entrado en pánico. Han comenzado a chillar que les habían cortado el agua, la luz y el gas. «¡Tengo a mi hija de siete años un día sin comer!» Fuentes del Ayuntamiento desmintieron las acusaciones: se trata de una finca en obras. «Lo que querían era engancharse a las viviendas de al lado», se quejaban los vecinos.

«¡No tenemos dónde vivir! ¡Aquí hay menores y enfermos!», gritaban los okupas. Hasta el lugar se ha desplazado una ambulancia. Según afirmaba una de las familiares de los residentes ilegales, una mujer tiene cáncer de pulmón en estadio tres y otra, problemas de azúcar. «No nos dejan subirles la medicación», criticaban los residentes ilegales. Aunque ideaban sus fórmulas para darles suministros: desde el balcón bajaban bolsas de la compra atadas a una cuerda para que sus familiares las llenaran de comida, bebida y otro tipo de artículos y así poder cubrir sus necesidades sin tener que abandonar la finca.

Mientras los sanitarios subían la camilla para recoger a la paciente oncológica, el resto de los okupas chillaban: «¡Mantri, que no te lleven. Vas a ir detenida!» Los residentes ilegales saben perfectamente las reglas de la okupación. «Ya han pasado 48 horas, ya no los pueden tirar ni cortarles los suministros. ¡Esto son coacciones!», defendían. Pero erraron: pensaban que el edificio pertenecía a un fondo buitre y tenía propietarios. Una baza fundamental para poder desalojarlos.

Al final, los sanitarios trasladaron al hospital a la paciente: una mujer de avanzada edad que no llegará a pesar 40 kilos, con el rostro pálido y un gotero en el brazo. Los efectivos han cortado el carrer d'Alacant. «¡Os van a llevar en el furgón detenidos!», decían desesperados.

La Policía tiene una orden de desahucio del juzgado número 6 de Paterna. En la vivienda residían niños y también una menor de 15 años que está embarazada y necesita un aparato para tratar su asma. Los okupas han tratado de mantenerse firmes. Se han negado a marcharse del edificio por su cuenta. Hasta que cuatro furgones de la Policía Nacional han llegado al lugar y se han dado cuenta de que era mejor no prestar resistencia.

«¡Echaos al suelo y portaos bien que no queremos desgracias!», les chillaban desde bajo sus familiares. La batalla ya estaba perdida. La treintena de personas han abandonado la finca escoltados por la Policía. Pero el nerviosismo entre los residentes ilegales seguía presente. Una mujer aseguraba que a su marido lo detuvieron hace dos días por llevarles comida. «El abogado decía que lo van a juzgar como banda organizada, madre mía», comentaban entre ellos. Su lucha con la justicia todavía está pendiente.

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