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Edificio hotelero del Sidi Saler, tras el incendio en una habitación de la quinta planta. LP

Acció Ecologista-Agró acusa a las empresas propietarias del Sidi Saler de «tolerar la okupación»

Los ecologistas han presentado una denuncia ante el Ayuntamiento de Valencia y han solicitado la intervención de Servicios Sociales

Lola Soriano Pons

Valencia

Martes, 1 de octubre 2024, 11:31

Acció Ecologista-Agró considera que la existencia de okupas en el complejo hotelero del Sidi Saler, cerrado hace más de una década y que el ... sábado sufrió un incendio que calcinó una habitación y dejó afectadas otras tres, y las noticias reiteradas sobre estos, «no son casualidad, sino que responden a una estrategia premeditada con mucho tiempo de antelación por la propiedad del Hotel Sidi Saler». Incluso afirma que se trata de una «pésima táctica con la que se estaría intentando condicionar a la Justicia, al Ayuntamiento de Valencia y a la opinión pública para que se autorice la reapertura del hotel Sidi Saler».

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Los ecologistas informan que han presentado una denuncia ante el Ayuntamiento de Valencia por la actuación de las dos empresas propietarias. «El comportamiento de estas mercantiles, es malicioso, y está derivando en la expansión de discursos de odio, que sin duda, ponen en peligro a las personas que presuntamente okupan el edificio. Si un día sucede una desgracia, alguien debería responder por ella».

Además, desde Acció Ecologista-Agró afirman que han pedido la «intervención de los servicios sociales para atender la problemática de las personas que puedan pernoctar allí, y que se dé traslado a la policía local, para investigar los hechos y si pudiera existir algún tipo de infracción por parte de la propiedad del inmueble».

Los ecologistas argumentan que ya en 2019 la propiedad del hotel Sidi Saler, conocía y «advertía que un hotel abandonado, del que además se relaja o retira la vigilancia, puede llenarse de okupas«. Y en octubre de ese mismo año, afirman que una de las empresas dejaba constancia de tales afirmaciones por escrito, en el proyecto para la obtención de la licencia de obras de adecuación del Hotel Sidi Saler.

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Relatan que en el proyecto que presentaron para obtener la licencia «se decía literalmente que el abandonado por la actual propiedad el servicio de seguridad y de jardinería, se convertiría en un foco de problemas (vandalización y ocupación ilegal). Una 'tarjeta de presentación' en primera línea de playa no deseable».

Y los ecologistas añaden que en este escrito también aducían que «constituiría un peligro incluso para el propio parque: jardinería abandonada, materiales combustibles almacenados en los sótanos (pinturas y, posiblemente, combustibles) en un edificio «okupado», con riesgo para los okupas y personas que pudieran acercarse por los desprendimientos de revestimientos de fachadas y desprendimientos interiores, como consecuencia de la previsible vandalización».

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Desde Acció Ecologista-Agró añaden que las okupaciones actuales «se producen en el momento en que dos procedimientos están pendientes de dictar sentencia, desspués de cinco años de la advertencia y a pesar de que el hotel sí cuenta con vigilancia, han entrado okupas sin que se hayan puesto medidas para evitarlo».

Tapiado de puertas

Las ecologistas señalan que si se «hubiera querido impedir la entrada de okupas, se hubiera podido hacer de una manera fácil y económica, sin la necesidad siquiera de realizar obras. Simplemente habría bastado tapiar las puertas de las terrazas con planchas metálicas, evitando así su entrada. También se podría haber dificultado más el acceso, vallando las terrazas de los primeros pisos, que son los lugares por donde entran».

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Y, por eso, los ecologistas afirman que todo «este cúmulo de factores nos lleva a concluir que la propiedad, como mínimo, está tolerando o promoviendo el 'fake' de la okupación alimentado en los últimos años para condicionar a los poderes públicos y dar rienda suelta a los procesos especuladores de la vivienda y el suelo. Esta actuación es rechazable, tanto por lo que supone dicha presión o coacción, como por generar un clima de rechazo y desprecio hacia los okupas».

En cuanto a la idea de mantener o no el edificio. La propiedad en el proyecto que realizó para pedir licencia, recordó que la demolición podría costar 4 millones de euros y que tendría un alto coste medioambiental y apuntaron que generaría 32.000 toneladas de materiales que irían a vertederos.

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Por contra, desde Acció Ecologista-Agró recuerdan que el proyecto de rehabilitación del Sidi Saler «está diseñado para poder recibir hasta a 3.664 personas, de las cuales 824 serían huéspedes, incluyéndose el resto dentro de los tres salones de banquetes previstos, tres restaurantes y tantos otros bares y cafeterías. Por todo ello, la puesta en marcha del hotel supondría unas molestias acústicas, lumínicas y de tráfico que generarían un cambio sustancial para el parque natural y para los vecinos».

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