Lola Soriano Pons
Valencia
Jueves, 6 de febrero 2025, 00:49
La constante alerta de vecinos del barrio del Cabanyal ha conseguido abortar la ocupación ilegal de un edificio de propiedad municipal en la calle Escalante.
Publicidad
Unos residentes de la zona, que prefieren mantener el anonimato por miedo a represalias, explican que la casa «siempre está cerrada porque la restauración de la propiedad todavía no se había terminado y justo el martes por la mañana nos dimos cuenta de que las ventanas estaban abiertas de par en par».
De inmediato dieron alerta a la Oficina del Plan Cabanyal-Canyamelar para que averiguaran si había alguien dentro y la propiedad del edificio. Se comprobó que era del Ayuntamiento de Valencia, y la misma noche del martes ya intervino la Policía Local de Valencia, con un operativo que permitió desalojar todo el edificio. «Vinieron cuatro patrullas de la Policía Local de Valencia y hasta los Bomberos», añade una vecina.
Otro vecino de la zona, que vio el operativo policial, explica que «las personas que habían entrado ilegalmente no se querían marchan y les tuvieron que advertir de que iban a venir los Bomberos. Al escuchar esto los okupas ya salieron» y se procedió al tapiado de la propiedad. Incluso se ha grabado en el cemento la fecha del desalojo: el 5 de febrero de 2025.
Publicidad
Los residentes detallan que la zona llevaba «relativamente cierto tiempo sin mucho lio de okupaciones, pero ahora nos toca estar otra vez encima del tema y cuando vemos algo damos aviso de inmediato porque al final en muchos casos lo usan para realquilarlo, una vez lo okupan, o lo que es peor, para hacer sus 'negocios' ilegales y no queremos que el barrio vuelva a ir a peor».
Otro vecino explica que en calles como «los Ángeles del Cabanyal también vemos últimamente a gente merodeando para ver si okupan y nos toca estar muy alerta». Además, algunos vecinos relatan que «en verano, además, hay gente que se dedica a hacer hogueras en solares para hacer sus 'torraetes' y sus juergas».
Publicidad
Cabe destacar que en el caso que han conseguido salvar de la okupación esta semana, se trata de dos edificios, que están comunicados por un patio interior, y que recaen tanto a la calle Escalante 196, como a la calle José Benlliure 163 y Amparo Guillem 3.
La propiedad municipal comenzó a restaurarse en junio de 2020 y llevaba paralizada desde 2022, durante el mandato del gobierno de Ribó, y ahora mismo se había retomado, con la contratación de un arquitecto para redactar el proyecto final de obras.
Publicidad
El inicio de obras de reforma comenzó en junio de 2020 y contaba con un presupuesto de 332.760 euros más IVA, pero por resolución de la Junta de Gobierno Local del 8 de julio de 2022 se decidió resolver el contrato, en primer lugar, por la demora en el cumplimiento de los plazos por parte del contratista y, en segundo lugar, por el incumplimiento de la obligación principal del contrato y se decidió incautar la garantía definitiva y comenzar el proceso de indemnización por daños y perjuicios causados.
Más tarde, en diciembre de 2022 el Servicio de Vivienda ordenó la elaboración de una adaptación del proyecto inicialmente redactado, que recogiera las obras pendientes de hacer y con los precios actualizados. Y, como detallan desde el Ayuntamieno, ha sido el gobierno de Catalá el que ha reactivado el proyecto.
Publicidad
Eso sí, la obra que inicialmente se pensó que costaría 332.760 euros más IVA pasará a costar 500.000 euros más IVA, 167.240 euros más por la actualización de precios.
Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.