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«Es mucho más rápido que nosotros y se acerca cada vez más. ¡Me voy para Valencia!». Esta frase forma parte ya de la historia de la ufología en España. La pronuncia el piloto Fernando Lerdo de Tejada, comandante de un vuelo entre Palma de Mallorca y Tenerife que en la noche del 11 al 12 de noviembre de 1979 tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Manises al ser seguido por unas luces rojas que le causaron auténtico pavor. Los trabajadores de Valencia también las vieron. Este es, a grandes rasgos, el resumen del expediente Manises, el caso OVNI más famoso de España y que ayer mismo cumplió 40 años.
Se da la circunstancia de que no hay una explicación racional para lo ocurrido aquella noche en el Mediterráneo. Nadie sabe qué eran aquellas luces que motivaron varias llamadas desde la cabina del Super Caravalle de la compañía TAE al centro de control de Barcelona, donde preguntaban si había algún 'tráfico', que es la jerga de pilotos para otros vuelos, en su ruta. Nadie sabe de dónde provenían esas luminarias rojas que hicieron que un piloto con más de 8.000 horas de vuelo decidiera aterrizar en Manises para escapar de ellas. Nadie sabe, en definitiva, qué estuvo persiguiendo el Mirage F-1 del Ejército del Aire que partió de Albacete en misión de reconocimiento ('scramble') durante casi dos horas y se desconoce por completo quién apuntó ('blocó' en terminología militar) al avión que pilotaba Fernando Cámara durante buena parte de su misión de reconocimiento.
Se cumplen 40 años del suceso y sigue sin haber respuesta a estas preguntas. El caso llegó al Congreso de los Diputados. Enrique Múgica, entonces diputado del PSOE, preguntó en septiembre de 1980 por el suceso. Defensa se limitó a asegurar en el informe que el tráfico desconocido era de procedencia indeterminada. Sí surgieron diversas explicaciones oficiosas que hablaban de la presencia de un portaaviones de la Armada estadounidense en el Mediterráneo y que alguno de sus cazas pudo perseguir al Caravalle hasta unas 30 millas de Valencia (aunque los trabajadores del aeropuerto aseguraron haber visto las luces, así como algunos taxistas presentes en la terminal como publicó la revista Enigmas). Otra teoría explicaba que lo que Lerdo de Tejada vio en el cielo no eran más que las llamas de la chimenea de una refinería en Escombreras, Murcia, que debido a unas determinadas condiciones meteorológicas muy concretas parecía que estuvieran en el cielo. Nada dice esa explicación que por qué el experimentado piloto dice en varias ocasiones que las luces están fijas o que suben o bajan dependiendo de los movimientos del avión.
El caso cumple, así, 40 años sin explicación. El reconocimiento por parte del Pentágono de la existencia de OVNI en los archivos del ejército estadounidense ha vuelto a poner en la palestra este tipo de encuentros en los cielos.
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