El ruido del tráfico, los constantes pitidos de los conductores que quedan atrapados en el único carril habilitado y el estridente sonido de las máquinas perforadoras han vuelto a la calle de la Paz.
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Esta vía tan bucólica por la perspectiva que forma con ... la torre de Santa Catalina está de nuevo en obras y suma ya dos años de molestias para los vecinos, comerciantes, viandantes y conductores.
Si nada más terminar las restricciones, a mediados de 2020, comenzaron con unos trabajos de cambio de canalizaciones de agua y ampliación de aceras, en el tramo de la calle Poeta Querol a la plaza de la Reina, que además sirvió para peatonalizar la zona (salvo los coches que van al parking de la plaza de la Reina o taxis), ahora el levantamiento de aceras y viales regresa hasta la plaza de Alfonso el Magnánimo.
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Entre los comerciantes que han manifestado estar hartos de la situación está Carmen Cuevas, de la tienda de artículos religiosos y artesanía Manantial. «Resulta que cuando dejamos de estar confinados, hace ya dos años, nada más abrir las tiendas, empezaron las primeras obras en el tramo próximo a la plaza de la Reina. Duraron lo suyo, hasta julio y ahora resulta, que volvemos de vacaciones de verano y empiezan otra vez a abrir las aceras».
Por eso, Carmen explica que «dicen que han modernizado la plaza de la Reina, pero que pregunten a los comercios la ruina que llevamos».
Desde el Ayuntamiento de Valencia han informado a los comerciantes que las obras que han empezado en septiembre se prolongarán hasta enero, «y nos han asegurado que en Navidades pararán», explican desde la asociación de Comerciantes del Centro Histórico.
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Primero han empezado por las aceras de la derecha y no se ha cortado la circulación, pero no hay más que pasarse una mañana por esta calle para ver cómo se ha congestionado. «Estas obras son las que nos faltaban. Todo el día con atascos, pitidos y no paran hasta las 18 horas las obras. Nos está afectando a los negocios», explica Javier Fernández, desde su local de hostelería.
Tanto Fernández como Carmen Cuevas afirman estar enfadados. «No entendemos cómo no han empezado en agosto, que hay menos gente en Valencia, y se ponen a trabajar ahora».
Con estas obras del Ciclo Integral del Agua el Ayuntamiento de Valencia va a cambiar la tubería de distribución de abastecimientos a las viviendas, desde Alfonso el Magnánimo hasta Ruiz de Lihory.
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Además, según informa el Consistorio a los comerciantes, se efectuarán los trabajos por manzanas y luego pasarán a la calzada, para renovar la canalización de la artería principal, pero eso sí, advierten que «se espera encontrar restos arqueológicos importantes del Convento de Santa Tecla a la altura del cruce con la calle Comedias lo que afectará indudablemente a la evolución de las obras».
Desde la asociación de Comerciantes del Centro Histórico explican que «son obras necesarias y hay que sufrirlas, no queda otra. Hemos pedido que conforme vayan avanzado obras, que quiten las vallas por tramos».
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Más allá de que las obras sean necesarias, en comercios como la firma de moda 'Sofía' explican que «cogimos el local en marzo y como la parte derecha de la acera está en obras, la gente evita pasar por aquí y eso ya se traduce en una bajada de las ventas. Todo el mundo va por la acera de enfrente», indica José Sales.
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Añade que «habíamos tenido un verano bueno y ahora otra vez de obras. No nos dejan recuperarnos». Indica que «entendemos que son obras necesarias, pero van a ser muchos meses».
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Hasta la gran vaca que se encuentra en la puerta de una conocida tienda ha quedado atrapada entre vallas y el acceso a los comercios de los números impares de la calle de la Paz no es fácil. «Como cuesta pasar y acceder, porque los puntos de acceso están muy separados, pues se ha notado que entran menos clientes», comenta una dependienta.
En Gemma Subastas explican que «a nosotros nos cortaron la acera hace ya una semana y todavía no han terminado este tramo. Tenían que haber aprovechado el mes de agosto para empezar y ahora nos preocupa porque hunden los negocios». Añaden que «nos han cortado prácticamente toda la acera y han puesto un puentecito que no es de muy fácil acceso. Antes, con las anteriores obras, tuvimos casetas delante del escaparate y encima ya no pasan casi autobuses por la calle de la Paz y la gente no viene».
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Además, se muestran muy preocupados por la campaña de Navidades. «Es la época en la que más vendemos, veremos cómo nos dejan la calle», comenta Carmen Cuevas, de Manantial. «Esto es lo que faltaba para dar 'alegría' al comercio del centro», ironizan desde Gemma Subastas.
Sofía Parra, de la firma de moda de hombre Ghamtton, opina que «ya dijimos al Ayuntamiento que era mejor que empezaran a mitad de julio y que aprovecharan la menor afluencia de agosto y se ponen ahora a trabajar».
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Parra asegura que «las pérdidas que estamos teniendo son brutales. El lunes me fui a casa con una caja de cero euros y en general estamos teniendo pérdidas del 50% o 60%». Argumenta que «la gente que se acerca de paso no entra porque la acera está impracticable y van por los números pares» y añade que «veremos cómo nos pilla la campaña de Navidades». También explica que «los proveedores tienen muy difícil llegar hasta aquí, porque hay zonas de carga y descarga anulados».
Rafa Celda, del establecimiento Dunkin reconoce que «el ruido es constante y molesto y los proveedores no pueden descargar, entre las vallas situadas a la derecha y los maceteros que nos han puesto agrupados justo delante de la tienda».
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José Dasí, responsable de uno de los dos estancos ubicados en la calle de la Paz, lamenta también el regreso de las obras. «Venimos de dos años de obras junto a la plaza de la Reina y el principio de la Paz y ahora vuelven los atascos, el ruido... Está claro que tendrán que hacer las obras, pero es que siempre padecemos los comerciantes».
Miguel Núñez, propietario del estanco más próximo a la plaza de Alfonso el Magnánimo, añade que «esto es el cuento de nunca acabar. En julio acabaron con unas obras y ahora sufrimos otras. Parece que se quieren cargar el centro».
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Desde la asociación de Vecinos y Comerciantes Ciutat Vella, Rafael Mampel, también critica que el Ayuntamiento se haya esperado a ahora para hacer las obras. «En ocho meses hay elecciones y por eso toca ahora hacer las obras a última hora. En lugar de distribuir estos trabajos en cuatro años lo hacen ahora para preparar la campaña». Y añade que «los comercios están hasta el gorro porque estas obras espantan a los clientes. Es lo que les faltaba para asfixiarlos».
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