«Cerramos porque está desierto»

¿Quién iba a pensar que un negocio de hostelería en la plaza de la Virgen tiene que cerrar en agosto porque no hay clientes? o ¿qué cocinero podría imaginar que tiene que quitar de la carta la paella porque no llegan turistas? Todas estas situaciones son las que están viviendo restauradores de Valencia, sobre todo de la zona centro, ya que la ciudad está desierta.

Aseguran que los tres problemas que se han presentado unidos son la pandemia, la falta de turistas y la ausencia de trabajadores de oficinas o funcionarios, ya que muchos siguen teletrabajando. Todo ello obligará a algunos a cerrar en agosto, a la espera de que se reactive la economía.

Una de las hosteleras que cerrará en agosto uno de sus locales, Aromas del Espresso de la plaza de la Virgen, es Fani Zhu. Por todos es sabido que los comerciantes de origen chino no suelen cerrar por vacaciones y son los que siempre están para atender al público, pero cuando se llega a ese límite, es porque algo no va bien. «En agosto cerraremos porque los ingresos son pocos y el esfuerzo no compensa». indica.

De momento, ya ha empezado a reducir los horarios. «Antes estábamos desde las 8 de la mañana y hasta las doce de la noche, pero ahora está abierto de 10 a 14 horas y de 18 a 00 horas porque se estaban sirviendo pocas comidas». Así pues, desmontará esta terraza y mantendrá otro local de la calle Navellos.

En la plaza de la Reina el panorama es dantesco. Muchos negocios todavía no han abierto y hay algunos que reabrieron, como La Abadía, pero que volverá a cerrar en verano. «No hay turistas, ni oficinistas, pero es que además a mi me denegaron la terraza que tenía ya 15 años el año pasado y todavía no me han contestado el recurso y he vuelto a presentar otro. Al estar cerca de la Catedral no me dejan. Así es que este verano, cuando sepa las vacaciones de mi mujer, cierro y veremos si me planteo luego jubilarme o no», indica Salva del Amo.

En la misma plaza, en la Taberna Vintara, Juan Tamarit detalla que «no cerramos porque es difícil volver a entrar en un ERTE, pero la facturación es sólo del 30% y me ha tocado quitar 20 productos de la carta. He hecho una nueva y he eliminado hasta la paella, porque no hay turistas. De carne sólo he dejado el entrecot y tapas, porque he llegado a tener que enviar la comida a un comedor social», argumenta.

Sara León, de La Taberna de la Reina, con sede en dicha plaza y en Convento Santa Clara, explica que «hemos tenido que tomar la determinación por primera vez de no abrir los domingos». En el caso del local de la plaza de la Reina incluso han tenido que tomar más medidas: «No se abre ni el domingo por la tarde ni lunes, ni martes ni miércoles. Y es lamentable que el Ayuntamiento tenga apagadas las luces de esta plaza por las noches». Añade que en el local de Convento Santa Clara «antes estábamos de 9 a 00 horas y ahora de 10 a 21 horas. Sólo el viernes y sábado aguantamos más por los cines». Como explica el cocinero, Adolfo García, «hemos tenido que reducir la carta y hasta los precios».

Raquel Rodríguez, de la creperie bretonne Annaick, junto al Miguelete, detalla que «por primera vez en quince años tendré que abrir parcialmente en agosto. Cerraré de día y abriré a partir de las 19 horas. Hace diez años que no cerraba al mediodía y he reducido carta de productos franceses». Tampoco abrirá en horario diurno en agosto Jesús Ortega de La Lola. «Hemos reducido carta y horarios y ahora lo que nos faltaba es las obras que van a hacer en la plaza de la Reina. En lugar de poner una alfombra roja a los turistas tendremos vallas y zanjas».