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La calle Isabel la Católica perderá plazas de aparcamiento y un carril para el tráfico al ganar espacio en ambas aceras y un espacio ajardinado. Son las líneas maestras del proyecto para la vía que presentó ayer la concejala de Urbanismo, Sandra Gómez, junto a la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y del Ensanche. La reurbanización de la calle es un proyecto largamente reclamado por los trabajadores de la zona y que parte de los tiempos en que Vicent Sarrià era concejal de Urbanismo. Tendrá un coste de aproximadamente un millón de euros y se espera que esté terminado a comienzos de 2022.
La intención de la concejalía es de que el espacio peatonal se doble. «Las aceras se encuentran en mal estado y son estrechas y queremos que la gente se pueda parar en los escaparates para luego entrar a comprar«, indicó la también vicealcaldesa.
Aunque se perderá un carril de circulación en una de las dos calles que entran a Colón desde las grandes vías, los comerciantes recuerdan que hoy en día ya hay un sólo carril disponible. «Hay un grave problema de carga y descarga y esperamos que con este proyecto se solucione», solicitó Julia Martínez, gerente de los comerciantes, que pidió a Gómez el soterramiento de los contenedores, algo que depende de la concejalía de Residuos Urbanos.
La calle se tendrá que cortar en su totalidad porque las obras van desde la gran vía hasta Colón. También afectarán al chaflán con Cirilo Amorós. Se espera que empiecen en otoño de 2021, haya un parón en Navidad para no afectar a la campaña y se retomen en enero de 2022.
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Álex Serrano López
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