El pasado y presente de la plaza del Ayuntamiento en diez diferencias

El histórico hotel donde durmió la emperatriz Sissi, la casa del suegro de Sorolla y carteles emblemáticos se esconden en la Valencia que ya no existe

TAMARA VILLENA

Sábado, 8 de febrero 2020

Muchos de los elementos de la imagen siguen ahí, pero la atención siempre se dirige a aquellos que ya no están. A simple vista es sencillo identificar en qué lugar están tomadas las dos imágenes con casi un siglo de diferencia sobre la plaza del Ayuntamiento de Valencia.

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Algunos de los cambios en el entorno no son apreciables sin un buen tiempo de observación, pero todos reflejan el avance -y en ciertos casos el retroceso - de la ciudad desde 1945. Así era la plaza del Ayuntamiento que muchos no conocimos:

Vista de la plaza del Caudillo, actual plaza del Ayuntamiento, en 1945. LP

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    La gran diferencia

    El histórico hotel donde durmió la emperatriz Sissi

Lo más apreciable a golpe de vista es el único edificio de la imagen que ya no está y que pisó la mismísima emperatriz Sissi. El histórico Hotel y Fonda de España se ubicaba desde 1887 en lo que ahora son los dos inmuebles de oficinas que ocupan el número 19 y 20 de la plaza del Ayuntamiento. Fundado por Felipe Narbón, en las 75 habitaciones de sus dos pisos «se hospedaron diversas personalidades, entre ellas, en 1892, Elizabeth de Baviera, conocida como la emperatriz Sissi», relata Rafael Solaz, documentalista y apasionado de Valencia y su historia. «Era muy moderno para la época y en sus novedosas instalaciones disponía de un servicio telefónico, agua caliente y bañeras», detalla el divulgador. Fue derribado en 1962, tras décadas de esplendor en las que había llegado a convertirse en un auténtico emblema, especialmente en la época anterior a la guerra civil. Junto al hotel se encontraba «la casa del famoso fotógrafo Antonio García, suegro de Sorolla, que también fue demolida», según explica Daniel Benito Goerlich, catedrático de Historia del Arte y experto en patrimonio.

Los dos edificios acristalados ocupan su lugar desde la década de los sesenta del siglo XX, levantados a base de hormigón y acero con un diseño que nada tiene que ver con la tendencia arquitectónica del resto del conjunto. «Fueron una aberración porque rompieron con el carácter de los edificios de finales del siglo XIX y principios del XX que tanto caracterizan la plaza», señala Solaz. Su elevada altura también desentona del resto de construcciones de la plaza y prueba la finalidad comercial con la que fueron planteados, tanto que el inmueble del número 20 es conocido como el 'edificio Eurotodo', acorde al nombre de los grandes almacenes que albergaba décadas atrás.

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    El tranvía

Otro de los cambios más evidentes es el trazado del transporte urbano. Por los carriles que organizan el tráfico actualmente frente al Ayuntamiento circulaban hace décadas algo más que caballos y coches. Las vías del antiguo tranvía rodeaban la plaza y pasaban justo por delante del Consistorio, donde realizaba una de las paradas de su trayecto. A la derecha de la imagen se aprecia a un grupo de ciudadanos esperando la llegada de un 'pájaro azul', como se llamaba popularmente a este innovador modelo de tranvía que llegó a Valencia en 1943. Las vías desaparecieron de la plaza entre finales de los sesenta y principios de los setenta y por la zona circulan coches y autobuses.

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El tranvía circula por la plaza del Ayuntamiento, en 1950. Rafael Solaz
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    Los rótulos publicitarios

La cartelería y rótulos publicitarios son elementos que han ido desapareciendo sobre los edificios de la plaza. «Después de la guerra civil y especialmente a partir de los años 50 aparecieron en muchos comercios grandes carteles anunciadores» indica Solaz. Muestra de ello son los rótulos publicitarios que se aprecian en la imagen de 1945:

Uno de ellos es el 'Brandy Veterano' que se lee justo en la cúpula de la casa Ernesto Ferrer, edificio al que da nombre la mítica ferretería que se ubicaba en su bajo, en la esquina de la plaza con la calle de las Barcas. El cartel cubría la característica linterna ornamental del inmueble para promocionar esta clásica bebida. Las letras de 'La Equitativa' destacaban también sobre la casa Suay Bonora, ubicando la antigua ubicación de esta popular compañía de seguros. En 1928 la empresa abrió otra sede en el edificio La Equitativa, creado ex profeso para ello en el número 26 de la misma plaza. Pero habían muchos letreros más en el entorno. «Es el caso de 'Batería de Cocina' de Lucía y Carbonell, la casa de seguros 'Plus Ultra' en el mismo edificio donde se veía el cartel del Hotel Londres o Calzados 'La Imperial', al lado de la librería Maraguat. También el Banco de Aragón o el gran letrero de 'Casa Barrachina' que se veía junto al Ayuntamiento», señala el divulgador.

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    El histórico luminoso del Banco de Valencia y el del Banco Popular Español

Las entidades bancarias también han ido cambiando con el tiempo. En 1945 aún existía Banco Popular Español, como muestra el rótulo sobre su sede que se ve en la imagen. Fundado en Madrid de 1926, fue absorbido por Banco Santander tras su quiebra en 2017. Y aunque no se llega a apreciar en la fotografía, el icónico luminoso que adornaba la torre del antiguo Banco de Valencia tampoco sigue ahí. El emblemático rótulo de la entidad desapareció hace tres años (2017) y formaba parte del edificio desde su construcción en 1900 en la calle Pintor Sorolla. Cinco años después de que CaixaBank se hiciese con la entidad, en 2012, las letras blancas del distintivo cartel desaparecieron del skyline valenciano. En cambio, ahora y no muy lejos se pueden apreciar las siglas del BBVA desde las alturas.

Antiguo cartel del Banco de Valencia. J. Signes

La fisionomía actual de la plaza es heredada de la reforma ideada por Javier Goerlich en 1933, aunque «desde la total demolición de su intervención en 1961 no queda nada visible», señala Benito Goerlich, sobrino-nieto del que fuera arquitecto mayor del Ayuntamiento de Valencia hasta 1956.

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    Torre del edificio de Correos

No todo es lo que parece. Aunque luce exactamente igual que en 1945, «la torre metálica del edifico de Correos supone un poco de trampa», revela Benito Goerlich. «Ahora es una reproducción de la antigua, ya que la original fue demolida junto con parte de la decoración pétrea en las intervenciones 'brutalistas' de aquella época», explica el experto en patrimonio. La ornamentación complementaria del inmueble también fue retocada, así como el cercano Edificio Telefónica, en el que «se alteró la planta superior y se demolió el gran edículo que lo coronaba y se acrecentó la altura disponiendo más piso», indica el catedrático.

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    La 'tortada' y sus fuentes

Una de las principales diferencias entre las dos imágenes está marcada por la altura. Las escaleras de la imagen de 1945 son el resultado de los cuatro metros de plataforma sobre los que se elevó el centro de la plaza, conocida popularmente como la 'tortada' de Goerlich. Las escalinatas rodeaban todo este espacio triangular, que tenía una fuente en cada vértice para representar las tres provincias valencianas. Una de ellas se observa en la parte inferior de la fotografía, junto al tranvía. La reforma se eliminó por completo en 1961 y se cambió por la explanada actual donde se realizan las mascletàs.

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    El Mercado de Flores

Fue uno de los sellos más polémicos de Goerlich. El arquitecto trasladó los representativos puestos de flores de la plaza a un subterráneo circular creado en el centro, al que añadió una fuente para llevar agua potable directamente a los floristas. Los comerciantes se oponían a que sus clientes tuviesen que bajar a un sótano y las protestas acabaron con el desmontaje del Mercado de Flores en 1944. Las floristerías volvieron a la superficie de la plaza, donde se encuentran actualmente con estructuras reformadas.

El desmontaje de la «tortada», a pocos días de su inicio. | BIM. ARCHIVO MUNICIPAL / LP

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    Bancos y columnas

En la plaza antigua no había bancos ni lugares donde los ciudadanos pudieran sentarse a descansar, algo que contrasta con los bancos que tiene a día de hoy, coloreados según la bandera LGTBI. Lo que la zona actual no tiene son las columnas ideadas por Goerlich, que también desaparecieron a principios de los sesenta. «Desde su demolición algunos fragmentos como las columnas han sido aprovechados en otras partes de la ciudad», indica Benito Goerlich.

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    Emblemas del comercio local

Los años también se han llevado por delante gran parte de los históricos establecimientos del centro de Valencia. Las imágenes evidencian la caída libre que ha sufrido el comercio local, cuya tradición ha perdido terreno frente al auge de las franquicias, que han logrado apoderarse de los bajos comerciales de la plaza. «Han desaparecido muchos, demasiados. Donde hoy están esas tiendas antiguamente existieron negocios emblemáticos como la casa del fotógrafo Derrey, Calzados La Imperial, Librería Bello, la sastrería de Ibáñez, Establecimientos Barrachina o Casa Balanzá», enumera Solaz. «Lamentablemente han desaparecido también las consolidadas configuraciones de algunos negocios emblemáticos como la Casa Balanza y la Cafetería Lauria», añade Benito Goerlich, que ubica en los bajos del Hotel y Fonda de España otros locales históricos como « El Café As de Oros, los Billares Valencia o el Eden Concert».

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    El nombre

La última diferencia no se aprecia con la vista. La denominación de la plaza también ha variado desde 1945, cuando en vez de la plaza del Ayuntamiento era conocida como la plaza del Caudillo. Así lo fue al menos hasta 1979, cuando pasó a ser la plaza del País Valenciano, antes de volver a cambiar su nombre por el actual en 1981.

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Por delante queda la peatonalización de la plaza, que volverá a cambiar previsiblemente toda la fisionomía del conjunto.

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