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J. Martínez
Domingo, 20 de marzo 2022
Dos fiestas consecutivas en un edificio ocupado en el centro de Valencia se extendieron a la calle hasta altas horas de la madrugada del ... sábado y el domingo, con la música muy alta y el bullicio de cerca de 300 jóvenes, pese a las protestas de los vecinos por el ruido y los restos de botellón y orina que dejaron en la calzada, aceras y entradas de las fincas.
La primera fiesta al aire libre comenzó sobre las 15 horas del viernes en la calle Derechos y terminó a las seis de la madrugada del sábado. Un equipo de música con altavoces de gran potencia, que fueron conectados en el edificio ocupado de forma ilegal, amenizó las dos tardes y dos noches de fiesta mientras cientos de jóvenes bailaban en la calle y consumían bebidas alcohólicas en abundancia.
En la pasada madrugada, los vecinos llamaron varias veces al 092 para pedir a la Policía Local que desalojara la calle, pero los primeros agentes que acudieron al lugar se vieron desbordados por la multitud de jóvenes y no intervinieron para prevenir desórdenes públicos.
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«Como la Policía no venía, pasaban las horas y cada vez había más gente en la fiesta. No hemos podido dormir por el griterío», se queja un vecino de la calle Derechos. «Hemos llamado dos veces al 092 para pedir que enviaran patrullas y nos han dicho que tenían que atender otras reclamaciones más urgentes», añade el vecino.
La concentración de jóvenes en la calle Derechos obligó a cambiar el itinerario de una ambulancia sobre las siete de la tarde del sábado. «Llamaron al 112 porque una mujer necesitaba atención médica. Estaba semiinconsciente en el suelo. Cuando han visto que no podían pasar por aquí, una patrulla de la Policía Local ha tenido que abrir camino a la ambulancia por otras calles para entrar y salir del barrio», afirma el vecino.
Además de compartir las quejas vecinales por la suciedad y el ruido, los miembros de la falla Plaça Doctor Collado muestran también su indignación por la pasividad municipal. «Esto parecía una verbena sin permisos ni horarios ni limitador de decibelios. Las fallas tenemos y debemos cumplir las normas, y luego llegan cuatro okupas y montan una fiesta ilegal multitudinaria, molestan a los vecinos y no pasa nada», señala un fallero.
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