El galimatías del carril bici de la avenida del Cid

Y no es para menos, en la acera de enfrente del edificio de Muebles la Fábrica, un carril bici incluye una pequeña curva donde ciclistas y conductores de patinetes tienen que hacer maravillas para no colisionar. Más de uno toma el camino más fácil: emplear el paso de cebra.

Un coche que circula por Pérez Galdós, dirección a Petxina, tiene que parar justo detrás de un carril bici que tiene en ese momento el semáforo en verde, pero la cola que se genera de coches por esta acción tapona la avenida del Cid y los conductores se impacientan porque no pueden pasar y hacer sonar el claxon.

En otro tramo del carril bici, unos conductores de patinete ralentizan la marcha porque están tratando de adivinar cuál es la orden que deben de cumplir, porque uno de los sentidos del carril bici se subdivide en dos, para los que van a girar a la derecha y los que giran a la izquierda, y al lado de un paso de peatones.

Uno de los conductores confusos, David Quirós, que circula en patinete, afirma que este cruce «con tantas señales y elementos pintados marea. Cuesta entender quién tiene preferencia. Falta una señalítica más clara».

Una vecina de la avenida de Pérez Galdós explica que se ha convertido en un cruce peligroso. «Esto es un puzle o el circuito del Jarama», confiesa Amparo Peris.

Añade que «esto es un galimatías. Nadie pasa por las aceras que han ampliado en la calzada porque hay gente con patinete que se cree que es para ellos y si vas andando por ahí, te la juegas». También argumenta que «los conductores de autobús tienen que hacer muchas maniobras porque han puesto los pivotes verdes muy ajustados».

Un joven ciclista, equipado con mallas, casco y gafas, Pedro Segrelles, afirma que le parece fatal cómo han hecho la obra. «Parece un Scalextric. Se podía haber hecho el carril bici más sencillo». Detalla que el Ayuntamiento «ha planteado el carril bici con muchas bifurcaciones, hacia Pérez Galdós, avenida del Cid y calle Onteniente, y es muy complicado». Añade que «en la avenida del Cid aún está más protegido, pero en Pérez Galdós te pasa el autobús casi rozando. No te sientes seguro y si vas por el centro de la calzada, te pitan».

El usuario de un patinete, Manuel Madrid, reconoce que estos días «me estoy aprendiendo el recorrido. Hay cruces de bicis con peatones y debería dejar más claro con señales pintadas en el suelo los ceda el paso y preferencias».

Rafa García, ciclista que circulaba por San José de Calasanz hacía la avenida del Cid, tiene preferencia, pero deja pasar al conductor de un coche que quería permitir el paso de ciclistas, pero que interrumpía la circulación en la avenida del Cid.

García explica que «han planteado esta intersección un poco complicada, hay muchos cruces y sobre todo para las bicis, ya que puedes seguir recto, girar a la derecha o izquierda y de frente también vienen bicis. Son demasiados estímulos visuales y no es fácil asimilarlo de forma rápida». A pesar de ello, reconoce que es «cuestión de actitud. Tener paciencia y sentido común».

Otra ciclista, Cruz Quilis, opina que «todo lo que se haga para poder ir en bici me parece bien. Es la primera vez que paso por y es cuestión de acostumbrarse».

Un peatón, María José Cortés, indica que «esto es impresentable. El alcalde está haciendo barbaridades y, además, se han gastado un dineral y en Pérez Galdós la obra es provisional». Una comerciante, Amparo Mercé, reconoce que «los conductores de bicis y patinetes van por donde quieren, hasta por el paso de cebra y si viene ambulancia, como sólo han dejado dos carriles, se arma mucho follón».

Profesionales del volante, como es el caso de los conductores de la las líneas de los autobuses de la EMT reconocen que la intersección de la avenida del Cid con Pérez Galdós es una «auténtica jungla».

El presidente del sindicato de los trabajadores de la EMT, Pedro Vizcaíno, explica que se genera «bastante lío en esta zona de Valencia porque, además, hay mucha gente que no respeta las preferencias y es una intersección con demasiados parámetros para tener en cuenta».

Añade que «no ocurren más cosas no sé por qué, ya que hay muchos elementos y en las horas punta la situación aún se complica más, ya que todos los conductores van con prisa y se generan roces y conflictos de forma continuada».

Argumenta que «hay varios puntos donde los coches tienen que parar para dejar pasar a ciclistas y peatones y al parar varios coches se generan tapones». Y añade que «imagina cuando pasa un autobús de 12 metros y te quedas cruzado en medio de la avenida del Cid y no pueden pasar los coches».

Además, indica que «muchos de los bolardos que se han puesto en la zona se quedan a muy poca distancia del paso de autobuses». E insiste en que «en horas punta aquello es la jungla». Y describe que uno de los puntos peligrosos se encuentra en el número 64 de Pérez Galdós «porque el carril bici se corta donde está la parada del autobús y luego sigue por delante de la parada y se cruza y hay que ir con mil ojos para ver al ciclista».