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P. MORENO
VALENCIA.
Martes, 4 de febrero 2020, 01:07
«Te puedo asegurar que es un debate abierto en el seno del gobierno y yo a título personal lo contemplo seriamente». Ayer mismo fue la última vez que el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, opinaba en redes sociales sobre un plan urbanístico, en este caso la construcción o no de viviendas en el PAI de Benimaclet Este, junto a la ronda norte. Un ejemplo más de lo cómodo que se siente con asuntos que corresponden por delegación de competencias al grupo socialista.
La situación no es nueva y trasciende más allá de una mera opinión en redes sociales, algo perfectamente razonable si no se extendiera a su gestión en el Ayuntamiento. Pero la cuestión es que el edil de Compromís se ha acostumbrado a marcar la agenda y los tiempos de los proyectos urbanísticos en perjuicio de los socios socialistas.
¿Cómo lo hace? Uno de los ejemplos es a través de las plantas viarias de las zonas que se van a reformar por parte de Urbanismo, un documento hasta ahora rutinario, obligatorio como ocurre con los que se piden al resto de servicios municipales como el Ciclo Integral del Agua, Jardines o Dominio del Espacio Público. El último caso fue la presentación de la que corresponde a la calle San Vicente Mártir, la plaza de San Agustín y la avenida del Oeste.
«Desde octubre de 2018 estaba esperando Urbanismo esa planta viaria», indicaron fuentes municipales, quienes señalaron que la actual concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, quiere encargar ese proyecto a través de un concurso de ideas. «Puede que se cambie porque esa es la naturaleza de este tipo de iniciativas, dejar que cada profesional haga una propuesta. Si resulta adecuada, sería factible alguna modificación de esa planta viaria», añadieron a LAS PROVINCIAS. Por el contrario, Grezzi ya dijo el pasado 16 de enero que la zona peatonal se ampliará en 4.000 metros cuadrados, que se plantará una veintena de árboles o que la calle Huesca quedará prácticamente peatonal.
El mismo retraso en la entrega de la planta viaria ocurrió con la peatonalización de la calle Jorge Juan, donde la concejala socialista tuvo incluso que retirar el expediente del orden del día de una junta de gobierno porque faltaba el documento que debe hacer Movilidad. Todavía no se ha llevado para su aprobación de nuevo, debido a la adaptación que realizan los técnicos y además generó un conflicto con la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico y el Ensanche, debido a que la entidad reivindica que antes se haga la reurbanización de las calles Isabel la Católico y Grabador Esteve.
Más reciente es la votación en los presupuestos participativos de una propuesta con un título tan llamativo como «Peatonalizar calle Colón para siempre», que la concejalía de Movilidad declaró viable para que pasara a la segunda fase pese a su imposibilidad real a corto plazo. Aún así, salió adelante con una partida de 18.000 euros para estudiar la eliminación del tráfico y dejar sólo abierto el paso a la EMT, taxis, vecinos y autorizados. A partir de ahora, la reforma de la calle más comercial de la ciudad estará pilotada por el edil de Compromís.
Argumentos no faltan a esta formación para reducir las competencias del grupo socialista en materia de urbanismo. Ahora está en plena licitación la reforma de la plaza de la Reina, una inversión que rondará los 12 millones de euros entre la dirección de la obra y la ejecución del proyecto de los arquitectos José María Tomás y Antonio Escario.
Se trata de la principal obra de este mandato en materia urbanística, aunque todo se dirige desde Movilidad con el razonamiento de que el origen del proyecto es la reforma del aparcamiento subterráneo, gestionado por una empresa municipal después de que acabara la concesión a una empresa.
Al estar el proceso en plena licitación, es imposible dar un plazo para el inicio de las obras. Lo que está claro es que a partir del 20 de marzo, la plaza del Ayuntamiento se cerrará al tráfico, en un segundo intento por parte de Movilidad después de la férrea oposición del anterior concejal de Urbanismo, Vicent Sarrià, a que se realizara al margen de su delegación.
La bronca entre los dos grupos fue tan grave que llegó a trascender, básicamente porque los socialistas se enteraron de los planes de Grezzi poco antes. Tras ese enfrentamiento, el pacto fue que se cerrase al tráfico, pero que el concurso de ideas para la reforma de la propia plaza esté dirigido por Urbanismo.
Otra de las cuestiones a la que se ha adelantado Compromís al grupo socialista este mandato ha sido la reforma de la Alameda, también con un mandato de los presupuestos participativos que incluía más zonas peatonales, jardines y un carril bici. Esto último es lo que aprovechó Movilidad para arrancar la iniciativa, para después difundirse desde la alcaldía la celebración de un concurso de ideas asesorado por el Consell de Cultura y el Colegio de Arquitectos para regenerar uno de los espacios más singulares de Valencia.
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