El fraude a la EMT desata una crisis de gobierno en el Ayuntamiento de Valencia entre PSPV y Compromís

La aparición por sorpresa de Sergi Campillo, vicealcalde de Valencia, por la sede de la EMT en la plaza Correo Viejo ya permitía atisbar que algo no iba bien en la segunda reunión de la comisión de investigación sobre el fraude que ha supuesto el robo de 4 millones de euros. Pero nada hacía presagiar que al filo de las 19 horas el vicealcalde iba a salir a proclamar que se sentía «decepcionado», que había «un antes y un después» en la relación entre Compromís y PSPV y que se abría «la mayor crisis de Gobierno» desde 2015. A su lado, Giuseppe Grezzi permanecía en silencio. Fue su negativa de Giuseppe Grezzi a abandonar la comisión de investigación cuando declaren trabajadores de la empresa, como pidieron tanto los socialistas como PP, Ciudadanos y Vox, lo que desencadenó una bronca de proporciones inéditas en el Consistorio.

El vicealcalde, visiblemente enfadado, dijo que lo que se vivió fue «un hecho lamentable»: «El PSPV se ha alineado con la oposición y ha provocado una crisis de gobierno sin precedentes porque es la primera vez que un partido vota en contra de otro». «Es una ruptura de la unidad de graves consecuencias», dijo el vicealcalde. Desde Compromís se deslizó que la decisión del PSPV suponía «desmarcarse del equipo de gobierno». Además, Campillo desveló que iba a convocar una reunión urgente de su grupo municipal para debatir la cuestión.

Y es que según Campillo, desde primera hora de la mañana había estado negociando con la concejala del PSPV Pilar Bernabé no sólo la lista de comparecientes sino también que cualquier miembro de la comisión se ausentaría si algún compareciente así lo pedía. Pero desde el PSPV dieron una versión distinta: «Se han mantenido diversos contactos entre los grupos de gobierno para intentar que sus compañeros de partido convencieran al presidente de la entidad para apoyar una propuesta que vela por los derechos de los trabajadores y por una máxima transparencia en la gestión de la crisis de la EMT».

Con esos mimbres, y dos posiciones distanciadas pese a que todo parece indicar que desde Compromís se creía que se había llegado a un acuerdo, dieron las 13.30 horas y comenzó la comisión de investigación. Tras un receso para comer, se entró a la lista de comparecientes. Y ahí estalló el conflicto. El PSPV propuso que Grezzi se ausentara de todas las comparecencias de trabajadores de la EMT para evitar que se sintieran coaccionados y pudieran «hablar libremente». La oposición, aun insistiendo en que era lo que ellos habían pedido la semana anterior, apoyó la propuesta.

Pero Grezzi se negó en redondo. Según fuentes presentes en la reunión, el concejal dijo que no estaba dispuesto a salir de la sala cuando hablaran trabajadores de la EMT lo que, en la práctica, le supondría perderse más de la mitad de la reuniones. Como no había unanimidad, se votó. Y en un Consistorio donde ha habido no pocos elementos de desacuerdo entre PSPV y Compromís, fue esta votación la que hizo que los nacionalistas votaran en contra de sus socios, que apoyaron la propuesta junto a PP, Cs y Vox. Se vivieron momentos de tensión en la sede de Correo Viejo mientras Campillo llegaba de forma sorprendente.

Pero no fue hasta que Compromís salió a hablar ante los medios que la cuestión terminó por explotar. Y eso que horas antes el PSPV se había mantenido fiel a sus socios en dos cuestiones que no son baladí: una era en el rechazo a que el alcalde de Valencia, Joan Ribó, compareciera en la comisión, al entender que el pleno que se celebrará hoy a las 9.45 horas dará la oportunidad al primer edil para explicarse. La otra era que en esa sesión votarán lo que diga el alcalde cuando la oposición pida una comparecencia en el próximo pleno ordinario.

Todo ello quedó en papel mojado cuando Campillo habló de crisis de gobierno y del intento del PSPV de «humillar» al concejal Grezzi. «Han puesto por delante sus intereses partidistas», denunció Campillo. Cabe recordar que la relación entre Grezzi y sus socios de gobierno no es la mejor: el pasado mandato hubo no pocos roces, siendo el más sonado el que el edil protagonizó con la Policía Local y que le valió incluso una circular interna en el Cuerpo contra las injerencias de concejales, donde sin nombrarle todo el mundo sabía a quién hacía referencia.

El PSPV fue mucho más cauto. El grupo municipal emitió un comunicado en el que hablaba de que no había «una crisis de Gobierno» sino una «crisis en la EMT». «Definitivamente lamentamos que esta propuesta del PSPV no haya contado con el apoyo de sus socios de gobierno en la comisión y hayan votado en contra de esta, pero continuaremos con la voluntad de trabajar conjuntamente para esclarecer los hechos y recuperar el dinero defraudado», indicaron desde el PSPV.

Con tal crisis, que la comisión decidiera que se reunirá de nuevo el día 30 y que en esa jornada declararán la directiva despedida, Grezzi y el gerente, Josep Enric García Alemany, pasó casi a un segundo plano. En posteriores reuniones de la comisión participarán María Rayón, las cinco personas de Caixabank que realizaron las transferencias o pidieron más documentación, otras dos directivas de la EMT (Virginia Álvarez y Esmeralda Aparisi) y la persona de Bankia que se opuso a la operación.

PP, Ciudadanos y Vox coincidieron en criticar la falta de documentación, aunque la comisión acordó ofrecerles nuevos informes cuanto antes, y los tres partidos insistieron en que ellos ya pidieron la semana pasada que Grezzi no estuviera presente en la comisión, algo a lo que el PSPV se negó hace siete días.

La comisión de investigación terminó con una bronca monumental, provocada por la decisión del PSPV de exigir la ausencia de Grezzi de las comparecencias de trabajadores de la EMT y la negativa del mismo a acatarla. Según explicaron fuentes conocedoras de lo ocurrido, fue al final de la tarde cuando la presidenta de la comisión, Elisa Valía, dijo que quería proponer esa cuestión. Grezzi se negó en redondo y hasta en dos ocasiones abandonó la sala mientras se debatía la cuestión, instantes antes de que el vicealcalde llegara.

Hablan de un concejal «fuera de control», muy nervioso y con mucha tensión. Pero fue la exconcejala y actual asesora y consejera en la EMT, Pilar Soriano, quien más evidenció el enfado de su grupo municipal, al llegar a decir a los socialistas que habían «roto la baraja», mientras la concejala Lucía Beamud se limitaba a negar con la cabeza. «Grezzi estaba blanco», aseguran las mismas fuentes, que señalan que no gritó ni cuando dijo que no iba a acatar la decisión de la comisión de investigación.

Fuentes socialistas quisieron insistir ayer en la necesidad de transparencia total en el seno de la mesa de trabajo y fueron críticos con la gestión que de la cuestión hizo Compromís. «Si no saben controlar a Grezzi es su problema», indicaron. Y es que durante todo el día se sucedieron los contactos entre ambas formaciones para que sus compañeros convencieran al edil de Movilidad de que acatara la propuesta del PSPV, aunque finalmente se llegó a la comisión sin un acuerdo cerrado.