![Inversiones en Valencia | Guerra en los barrios de Valencia por las inversiones participativas](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202211/27/media/cortadas/carril%20bici%20y%20bulevar%20sur%20y%20bache%20y%20signes-ReTAnWzaeDF6xaUKyMcwUrK-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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El dinero para los presupuestos participativos de Decidim València ya están repartidos. El Ayuntamiento ha dado a conocer los proyectos que han sido más votados, después de haber pasado un primer filtro de los técnicos municipales, que también han comprobado que los proyectos demandados por ... los residentes, colectivos o por el propio Consistorio, eran viables.
El problema es que este proceso ha traído mar de fondo, porque son decenas las asociaciones que han mostrado su enfado o bien por la manera de valorar qué ideas son factibles y cuáles no, o por el hecho de que algunos barrios han hecho pleno y se han llevado muchos proyectos, como en el caso de Patraix y otros no han recibido nada.
Y es que hasta 14 barrios se han quedado sin recibir una inversión, como en La Seu; La Petxina; El Calvari; Mestalla; Jaume Roig; Ciutat Universitaria; Tres Forques; La Llum; San Isidro; Vara de Quart; Hort de Senabre; Cruz Cubierta; La Punta y Beteró.
La primera asociación de vecinos en dar la voz de alarma y manifestar públicamente su enfado fue la de San Isidro, ya que lamentaron que sólo el barrio de Patraix haya acaparado la totalidad de la inversión, 693.635 euros. Opinaron que «este sistema de votación es insolidario entre vecinos no sólo del propio distrito, sino de toda la ciudad, generándose una competencia que nada tiene que ver con los valores de equidad entre vecinos».
No es la única asociación que afirma estar enfadada. Desde la Cruz Cubierta, el presidente Rodolfo Izquierdo, explica que «en la Federación de Vecinos de Valencia son más de 30 asociaciones las que se han quejado porque siempre se reparten entre los mismos barrios. Estamos decepcionados».
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En entidades como La Punta, Vicent Romeu, comenta que «estamos desmotivados. Nosotros ya ni presentamos ideas porque ya lo hicimos y no nos hacen caso. Nos tienen abandonados».
En distritos como Nou Moles, Benimaclet o Ciutat Vella también hay quejas. «No es normal que alguien 'cuele' 200.000 euros para el polideportivo de Nou Moles que se ha parado ya varias veces y que debe terminar la Generalitat y luego pagar las dotaciones el Ayuntamiento, Eso no es para ponerlo en estos presupuestos participativos y así ahorrarse la inversión», comenta Casilda Osa. Tanto Osa, como Toni Cassola, de Amics del Carmen, como Paco Guardeño, de Benimaclet, no entienden cómo dejan que pasen proyectos «que son dotaciones o mantenimientos que de por sí tenía que hacer el Ayuntamiento» y citan casos como el ordenador que se ha pedido para Arniches «cuando debería se ser Bienestar Social el que lo pague», o unos equipos digitales para la biblioteca Serrano Morales o la reparación de la piscina de Trafalgar, «cuando debería ser mantenimiento municipal», comenta José Tárrega de Penyarroja.
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La edil de Participación Ciudadana, Elisa Valía, explica que se había introducido un mecanismo de reequilibrio territorial para barrios con menos vecinos con un fondo de 3 millones de euros y en esa segunda 'repesca' han entrado otras zonas, como La Roqueta, entre otros. Y añade que cualquier queja «si viene acompañada de propuestas, se puede ver para próximas ediciones».
Por su parte, la presidenta de la Federación de Vecinos de Valencia, María José Broseta, reconoce que «mejor es tener presupuestos participativos donde la gente pueda decidir, que no tenerlos». Eso sí, matiza que «hay temas mejorables. Se tienen que revisar las normas de funcionamiento existentes. Que se vea si son idóneas o hay que modificarlas».
Rodolfo explica que en Cruz Cubierta «llevamos cuatro años sin recibir nada. Estamos decepcionados. Casi siempre llegan los fondos a los mismos barrios». Argumenta que habían pedido «repoblar alcorques, poner petancas en la plaza de Segovia y arreglar el carril bici del bulevar Sur y ninguna ha pasado el corte». En cambio, señala que en su distrito de Jesús «en La Raiosa, en 2020 ya salieron 104.000 euros para el parque de ta estacioneta del trenet y ahora salen 374.000 euros más» Y añade que «en la calle Costa de Marfil se aprobó en 2019 poner árboles y no se ha hecho».
Romeu indica que, están tan desilusionados con este sistema de participación, «que desde 2018 no presentamos nada. Pedimos una vez que nos arreglaran las aceras y no hicieron caso. Ahora tenemos un agujero de cuatro dedos en el Camino del Caminot que acabará causando accidentes a coches y nos tienen olvidados. No nos toca nada de Decidim Valencia». Detalla que tienen «los caminos rurales, acequias y escorrentías con maleza y no lo solucionan. Pagamos los mismos impuestos que en Colón y no llega nada. Dónde está la solidaridad municipal», se pregunta.
Barchino opina que «el sistema de los presupuestos participativos es vergonzoso». Detalla que pidieron «arreglar una acera que está inclinada en la calle Poniente y por falta de 100 votos no ha salido, pero claro es un sistema donde la gente mayor del barrio no vota porque no están puestos al día con las nuevas tecnologías y al final acaban las inversiones en los mismos barrios». Añade que «como nunca nos toca nada, al final no se dinamiza o animar el barrio. La gente no se anima a participar o a asociarse porque está desanimada al ver que no llegan proyectos».
Pastor comenta que «habíamos pedido sólo un proyecto, que era reurbanizar los tres accesos al barrio, y lo han denegado porque han valorado que supera el presupuesto de todo el distrito». Señala que «encima, tenemos el barrio dividido entre el distrito de Patraix y Abastos y si votas en uno, no puedes votar en otro proyecto que recaiga en la otra parte y eso nos resta posibilidades. Lo hemos dicho en el Ayuntamiento «. Y añade que «compartimos el malestar manifestado por San Isidro. No tiene sentido que las inversiones vayan a un sólo barrio. No es proporcional».
Milla explica que las inversiones aprobadas en el presupuesto participativo para el distrito se han ido para un campo en el cauce del río y para un parque infantil y para perros en la plaza de la Legón Española, «pero a mi barrio, no ha llegado nada de nada». Añade que «al final ya ni pedimos. Lo único que se logró hace tres años es un parquecito en la calle Bélgica, al lado del colegio Guadalaviar». Y comenta que «habría que revisar este sistema de presupuestos participativos, no está bien planteado, porque al final crea malestar entre los distintos barrios».
Tárrega afirma que «estamos cabreados. No es normal que este sistema participativo elimine en la fase previa de los técnicos algunos proyectos sin dar posibilidad a subsanar o rehacer propuestas y en cambio, permitan que pase, por ejemplo, arreglar la piscina de Trafalgar, que se tendría que hacer de por sí por mantenimiento del Ayuntamiento». Comenta que lo único que ha llegado al barrio son «3.000 euros para unas casetas felinas que alguien habrá pedido, y eliminan ideas como tener policía de barrio, reponer árboles o soterrar las vías del tren».
Carrillo detalla que a «la Devesa le han aprobado pavimentar viales, pero al núcleo histórico de el pueblo de El Saler, no nos han aprobado nada de los presupuestos participativos». Comenta que habían pedido «arreglar la zona del Pouet para rehabilitarla, que se restaurara el banco de cerámica de la parada del autobús y adecentar un descampado del puerto de la Albufera y nada se ha aprobado». Detalla que «como núcleo histórico, con este sistema, no habrá suficientes votos nunca y como para ellos cuenta que si llega a la Devesa ya está, pues así seguiremos».
La directiva de la asociación de vecinos de San Isidro fue la primera en manifestar públicamente el malestar por la elección de los proyectos participativos, ya que dejaron claro que todos se habían quedado en Patraix y no había llegado nada a San Isidro en la presente edición. Desde la directiva de esta asociación explican que «no es normal que de los cinco barrios, todo se quede en uno porque consiguen más votos». Y afirman que si se mantiene este sistema «en realidad lo que se hace es convertirlo en una competición para ver quién consigue más dinero público».
Osa está enfadada. Asegura que «nos han 'colado' un proyecto de 200.000 euros para invertir en el polideportivo inacabado de Nou Moles porque 'alguien' lo habrá pedido, cuando es una inversión que de por sí tiene que hacer el Ayuntamiento cuando la Generalitat acabe la obra eternamente inacabada». Y, en cambio, «hemos pedido varias veces un solar de la calle Brasil para una residencia de mayores, un terreno donde la Policía quería poner al grupo Gama. Luego lo descartaron y está el solar sin uso y necesitamos este servicio para los mayores del barrio».
En el barrio de Benimaclet tampoco están muy contentos con el reparto de iniciativas de los presupuestos participativos. «Se han aprobado temas como dotar de libros una biblioteca, poner fuentes, repoblar árboles y ampliar aceras, cuando se supone que todo eso forma parte de la inversión y el mantenimiento que debería de realizar el Ayuntamiento de Valencia. No pensamos que los presupuestos sean para estos fines», opina Guardeño. Añade que la entidad había pedido «que dieran una solución al brazo del Alegret, de la acequia del Mestalla, y no ha salido».
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