Las inversiones de Ribó caen por debajo de la primera ola del Covid

En cifras, a 30 de abril se habían acabado obras por valor de 12,6 millones de euros. El balance corresponde a lo que se denominan obligaciones reconocidas, es decir, facturas que entregan las empresas y que son avaladas por el Consistorio para que sean pagadas. En el mismo periodo de 2020 se había llegado a 14,7 millones de euros.

Es más, en abril de 2019 se alcanzaron los 12,88 millones, lo que denota que ha tenido poco efecto la contratación de más personal en el Ayuntamiento y el llamado pacto por la reconstrucción, donde uno de los elementos principales para la salida de la crisis sanitaria y económica pasa por acelerar las obras públicas pendientes.

El balance alcanza el 6,5% del presupuesto de inversiones que tiene el Consistorio. Esto supone que hay decenas de proyectos incluidos en el presupuesto municipal que todavía no se han iniciado. La partida total este año es de 193,48 millones de euros, a la espera de posibles modificaciones de crédito para aumentarla.

De esta cantidad, las concejalías tienen ya autorización para «mover» 88,1 millones de euros. El pasado año fueron 85,6 millones en el mismo apartado, por lo que hay esperanzas de que en los próximos meses mejoren las inversiones acabadas.

Por el contrario, el presupuesto de ingresos va viento en popa, tanto en el cobro de tasas e impuestos como en las transferencias corrientes, es decir, el dinero que llega desde otras administraciones. La previsión este ejercicio es alcanzar los 448 millones, frente a los 438,9 de 2020. Del mismo modo, los primeros cuatro meses del año las arcas municipales han ingresado más fondos, 34,4 millones sólo en impuestos, mientras que el ejercicio anterior fueron 22,7.

La portavoz del grupo popular, María José Catalá, aseguró que es «muy preocupante» el nivel de ejecución de las inversiones en la ciudad, al recordar que en 2020 se situó en el 8%. Advirtió que el gobierno municipal de Compromís y el PSPV «siguen fallando, y de manera continuada, en la gestión pues en todos los ejercicios no han conseguido ejecutar ni la mitad de lo presupuestado, dejando a barrios y pedanías sin obras y dotaciones necesarias».

«Lo grave como venimos denunciando desde el PP es que se recauda más que se invierte en la ciudad. Sólo en plusvalías se han ingresado más de 11 millones de euros estos cuatro meses, casi lo mismo que se ha invertido en toda la ciudad», explicó.

Los ingresos se han disparado pese al aumento de las bonificaciones. El mayor grupo de la oposición sigue pidiendo una rebaja de impuestos. «Ya que no se ejecuta, deberían rebajar impuestos como el IBI, disparado con el mayor coeficiente de España», dijo. «Desde el año pasado que se aplicó el sablazo fiscal, los valencianos pagamos más de impuestos a pesar de la situación de crisis generada por la mala gestión del Covid-19», añadieron.

El porcentaje de inversión ejecutada en 2020 fue del 41,9%, aunque hubo otro ejercicio peor, el anterior, cuando se alcanzó el 40,5% al certificar obras y compra de bienes para nuevos equipamientos por valor de 71 millones, cuando el presupuesto final tras los modificados ascendía a 176. «Un total de 105 se quedaron en el cajón», explicó.

El portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, censuró por su parte que los «niveles de ejecución en los primeros cuatro meses son lamentablemente bajos». Explicó que el «crédito para inversiones ha aumentado en 99,8 millones de euros, por lo que consideramos que no tiene sentido para ejecutar sólo el 6,5%».

Hizo especial hincapié en que «no se ha gastado ni un euro en reconstrucción de jardines ni en la restauración de nuestro patrimonio, como en el puente de Serranos y el puente de la Trinidad. Tampoco ha ejecutado el gasto en bienes naturales, como es la Devesa-Albufera».