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Se le podrá dar una vuelta, buscar algunas mejoras y aclarar la señalética, pero nada de nada se puede hacer para revertir la polémica supermanzana de la Pechina, el proyecto estrella del gobierno de Joan Ribó y Sandra Gómez que está complicando la vida a ... los vecinos y comerciantes, ya que no encuentran plazas de aparcamiento en el barrio desde que se creó este espacio peatonal en marzo de 2023.
La cuestión de fondo es que cuando se realiza un proyecto de estas características con el fin de ganar espacio para el peatón o para reducir la contaminación, uno de los requisitos que ponen en Europa es que no se puede desmantelar la obra en un periodo de cinco años.
En caso de hacerlo antes de ese tiempo establecido, de hecho, habría que devolver los fondos europeos, y eso ya ha dejado claro la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, que no lo van a hacer.
Cuando estaban en la oposición ya subrayaron una y otra vez que estaban en contra de esta iniciativa, que ellos no la hubieran impulsado, que no podían eliminarse sin más hasta 270 plazas de aparcamiento. Incluso cuando llegaron al gobierno municipal indicaron que se reunirían con vecinos y comerciantes de la zona para darle una 'pensaeta', palabra textual de la alcaldesa. Además, Catalá ya dijo desde el principio que no se iba a hacer ninguna supermanzana más de este estilo.
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De hecho, ahora mismo, en el gobierno municipal ya están estudiando qué mejoras se pueden hacer, ante el creciente malestar vecinal, pero el problema es que la normativa europea ata de pies y mano al equipo de Catalá porque no se puede hacer ningún gran cambio ni tampoco la eliminación directa de una obra que costó 815.132 euros, porque habría que reintegrar las ayudas recibidas a Europa.
En realidad son muchos los que opinan que la supermanzana ha sido un proyecto caro, ya que fue lo que el gobierno de Ribó denominaba 'urbanismo táctico'. Es decir, sin obra dura, con la colocación de maceteros por aquí y por allá, de bancos y dibujitos de colores (las cruces amarillas y naranjas) y mesas de ping-pong y de picnic para evitar el paso de vehículos en esos puntos y apostar por ganar espacio para el peatón.
Este mismo martes, la prensa ha preguntado al concejal de Movilidad, Jesús Carbonell, si apostaban por hacer la reversión de la supermanzana de Pechina y la contestación ha sido muy clara. Ha confirmado que claro que se la plantean, pero ha tenido que añadir que el problema con el que se han encontrado es que como el proyecto tiene financiación europea, no pueden tocarla, es decir que no se puede modificar el proyecto en cinco años.
Eso sí, ha añadido que otra cosa distinta es mejorar la supermanzana. Ahí es donde van a centrarse ahora, porque es lo único que pueden hacer, sin arriesgarse a tener que devolver el dinero a Europa.
Por eso, han anunciado que están haciendo un estudio para ver cómo poner la señalética para que se entiendan los puntos donde no se puede aparcar. Como también dijo la alcaldesa el lunes durante la visita a las obras del entorno del mercado de Torrefiel, quieren ver si es viable recuperar alguna zona de aparcamiento en la supermanzana, que sería en todo caso para pocos coches o para más zonas de carga y descarga, eso sí, siempre que sea compatible con lo que dicta la normativa europea. O apostar por poner más jardineras o bancos para evitar que los vecinos aparquen mal.
Por eso, el edil de Movilidad ha insistido este martes que primero quieren ver cómo funcionan las medidas que decidan aplicar. De hecho, ha opinado que todos «pueden tener claro que se quiere ganar espacio en la ciudad para los peatones, pero lo que está claro es que la actuación no responde a las necesidades de los vecinos, que es tener aparcamiento», por eso ha dicho que esta supermanzana es un «fiasco, es fea, porque envejece mal y ya se está estropeando el mobiliario y hay una mala señalética que nadie entiende».
A la pregunta de si una vez pasados los cinco años la revertirán, la respuesta es que primero hay que ver cómo funcionan las medidas de mejora que impulsen y si no funcionan, que esperarán que pase el tiempo y ya verán.
No hay que olvidar que la supermanzana se ha convertido en un motivo de disputa que enfrenta a Compromís-PSPV y al PP desde antes de terminarse la reforma de 'urbanismo táctico'. De hecho, en los últimos días el caballo de batalla del PSPV y Compromís es afirmar que el PP está consintiendo que los vecinos aparquen en la zona, mientras el PP lo desmiente y dice que sí se han puesto multas.
Este martes, además, la edil Sandra Gómez, ha argumentado que se han retirado maceteros para facilitar el aparcamiento y desde el PP se ha negado esta afirmación. Incluso han aportado como datos el hecho de que en la supermanzana se instalaron desde el principio 140 jardineras y en la inspección realizada esta semana se han confirmado que hay ubicados 139, puesto que una jardinera se encuentra en una zona vallada por la obra de un edificio en la calle Palleter con Literato Gabriel Miro.
También ha entrado al trapo la portavoz de Compromís, Papi Robles, que ha apuntado que cuando se hizo la superisla, durante el mandato de Ribó, «no había aparcamiento en la supermanzana a día de hoy sí están aparcando coches. Algo pasará». Incluso ha argumentado que se trata de una «acción premeditada del gobierno de Catalá consintiendo que este espacio esté ocupado por los coches. Con este nuevo gobierno lo que está pasando es que los coches están invadiendo estos nuevos espacios peatonalizados y libres de tráfico con un objetivo claro y es acabar revirtiendo estos proyectos«.
El folletín no ha acabado, porque desde el PSPV advierten de que van a presentar una moción para que se respete el proyecto original «que contemplaba también bajar las terrazas de los bares para conseguir un doble objetivo: liberar las aceras y bloquear el estacionamiento en el espacio ganado para los peatones».
También asegura que si es necesario denunciarán ante la comisión europea la modificación de proyectos que se haga en zonas que han recibido fondos europeos previstos para conseguir espacios saludables y amables.
Mientras unos y otros debaten y discuten, la realidad es que hay un problema en el barrio: la falta de aparcamiento y los vecinos se han visto obligados a pagar hasta 1.400 euros al año para costearse una plaza de aparcamiento. Cuando se hizo la supermanzana, cabe recordar que desde el PSPV se dijo que la pérdida de plazas se iba a compensar.
Dijeron que habían hablado con un parking de Santa María Micaela para pasar 105 plazas de rotación a alquiler para residentes, pero según vecinos consultados, eso no se ha producido. El concejal de Movilidad este martes ha indicado que no tiene constancia de que eso lo hiciera el gobierno anterior, «pero eso es vender humo porque es un parking privado». El anterior equipo también sumó que ganarían plazas con una nueva promoción de un PAI de Palleter donde se crearían 24 viviendas y se reservarían 140 plazas en el subsuelo para arrendar a otros vecinos, pero faltará ver si se ha cumplido.
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