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JAVIER MARTÍNEZ
VALENCIA.
Viernes, 3 de mayo 2019, 01:07
Y el patinete tomó la ciudad. Los dispositivos motorizados ligeros para el desplazamiento individual, como los define el Ayuntamiento de Valencia en la ordenanza que regula su circulación, llegaron a las calles para quedarse y sembrar la inseguridad vial en la jungla urbana. Prueba de ello son los 64 accidentes registrados entre el 1 de enero y el 31 de marzo en Valencia.
El siniestro más grave, como ya informó LAS PROVINCIAS, dejó en estado de muerte cerebral a un joven de 19 años de edad que circulaba con un patinete y fue arrollado por una moto, cuyo conductor dio positivo en el control de alcoholemia que le realizó la Policía Local. El trágico accidente tuvo lugar sobre las seis y media de la tarde del martes en la carretera que une Tavernes Blanques y la pedanía valenciana de Carpesa.
Según las primeras investigaciones, el motorista invadió el carril contrario cuando adelantaba a varios turismos y chocó contra el patinete a la salida de una curva. Tras ser asistidos los dos conductores por un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU), el joven ingresó en estado crítico en el Hospital Clínico y entró en estado de muerte cerebral. El motorista sufrió varias contusiones, tiene 38 años y fue trasladado a La Fe.
Antes de que fuera hospitalizado, la Policía Local le realizó una prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado de 0,62 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, y un agente también pidió a uno de los médicos que tomara una muestra de sangre para la correspondiente analítica. Aunque el motorista causó el terrible accidente al invadir el carril contrario cuando conducía en estado de embriaguez, el patinete no podía circular por la carretera de Carpesa, tal y como establece la ordenanza municipal.
Tampoco pueden utilizarse los modelos híbridos entre patinete y moto que proliferan por las calles de Valencia. La Policía Local impuso dos multas el pasado martes al conductor de uno de estos vehículos de gran potencia eléctrica y unos 80 kilos de peso tras pararlo en un control rutinario junto a la estación del Cabanyal. Los hechos ocurrieron sobre las once y media de la mañana cuando el hombre circulaba por uno de los carriles de la avenida de Blasco Ibáñez en dirección hacia el mar.
Tras comprobar la documentación, la anchura de las ruedas y las dimensiones del patinete de la marca Citycoco, los agentes sancionaron al hombre porque el vehículo que conducía no está homologado para circular por la vía pública y por carecer del seguro. El patinete interceptado, un híbrido entre una moto tradicional y un patinete eléctrico, tiene una potencia de 1.500 vatios, alcanza los 50 kilómetros por hora, pesa cerca de 80 kilogramos y cuesta unos 1.200 euros. Algunas motos eléctricas tienen menos potencia que este vehículo.
La ordenanza del Ayuntamiento de Valencia que regula la circulación de patinete lo define como un «dispositivo motorizado para desplazamiento individual con características claramente diferenciadas, tanto de las bicicletas como de las motocicletas y ciclomotores, por su diseño y características técnicas».
Cualquier persona mayor de 16 años puede circular con un patinete por las calles de Valencia, aunque también lo pueden conducir adolescentes y niños con menor edad «en espacios cerrados al tráfico, y acompañados y bajo la responsabilidad de los progenitores o tutores». El patinete no puede rebasar los 30 kilómetros por hora en la calles bici, y el uso del casco de protección será obligatorio para los conductores del vehículos de mayor tamaño (tipo B), así como timbre, freno, luces (delantera y trasera) y catadióptricos. El usuario también deberá llevar una prenda reflectante cuando circule por una vía interurbana.
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