Los vecinos de plaza de Honduras y Ciudad Jardín alertan del aumento de peleas junto a las zonas de ocio

Cansados, desanimados y sin poder dormir. Así se encuentran de ánimo de los vecinos de la barriada de Ciudad Jardín y también del entorno de plaza de Honduras y Blasco Ibáñez.

La cuestión no es para menos y es que denuncian que al problema del ruido, por la concentración de gente en las terrazas y en las calles hasta altas horas de la madrugada, se unen ahora las peleas, los gritos y el vandalismo callejero.

Aseguran que estas peleas o enfrentamientos se están empezando ya a producir de forma habitual «y el tema se está yendo de madre», explica Javier Soler, presidente de la asociación de vecinos Plaza de Honduras y Adyacentes.

Ese mismo problema se está registrando en Ciudad Jardín, como indica Xelo Frigols, portavoz vecinal. «Salen de los garitos y van por las calles a torta limpia. Se pelean y los vecinos no podemos aguantar más la situación».

De hecho, Frigols argumenta que «el pasado viernes por la noche fue horrible. Estaban pegándose a las cinco de la madrugada y toda la noche tuvimos que soportar los gritos». Por eso, al final, son muchos los vecinos que prefieren ausentarse del barrio el fin de semana para no sufrir estas actitudes incívicas y violentas.

Desde la entidad de Plaza de Honduras afirman que «por un lado, tenemos la circunstancia de que han vuelto los estudiantes y el ruido en las terrazas, en un barrio donde hay una oferta de 70 locales y más de 600 mesas en la calle» y añaden que, por otro lado, «se suma el nuevo perfil de gente que se pelea. Beben más de la cuenta, se calientan y empiezan las riñas».

A la hora de hacer balance, respecto a otros años, Soler afirma que «por un lado, seguimos igual, es decir sin poder dormir. Y por otro lado, estamos peor porque ahora encima tenemos peleas y vandalismo».

Como ejemplo explica que «el otro día se armó una pelea en Blasco Ibáñez, junto a la antigua sucursal de un banco, y había un individuo que quería pegar a otro con un palo». Y en el barrio son frecuentes «los actos vandálicos y aparecen rotos retrovisores de coches».

En Ciudad Jardín explican que «ya no es que se trate de estudiantes, es que se agreden entre bandas determinadas. Da miedo salir a la calle por las noches».

A ello hay que añadir que en alguno de los locales de la zona «se junta gente a cantar flamenquito hasta las tantas y cualquier día de la semana. Incluso plantaban cara a los agentes el otro día».

Precisamente el miércoles previsiblemente se reunirán con mandos de la Policía Nacional y la Policía Local para hacerles llegar la preocupación por estos actos violentos que se están registrando en la zona «porque no se pueden cronificar estas actitudes», indican los residentes.

Además, afirman que «los vecinos necesitamos que el barrio esté tranquilo para garantizar el derecho al descanso y a la salud. Además, hay que atajar estos problemas porque se degradará el barrio, se dará mala fama de esta zona cuando es un barrio precioso».

En Ciudad Jardín también aseguran estar hartos de estas peleas y de los gritos. «Y luego, además, aunque al día siguiente hay limpieza de las calles, resulta que no se actúa en las zonas ajardinadas y está todo sucio, lleno de botes de cerveza vacíos, con colillas y con muy mal olor a orines humanos», comenta Frigols y es más que patente en las pequeñas zonas ajardinadas de la calle Impresor Lambert y en las canchas deportivas de dicha vía.

Por otro lado, también quieren hablar con responsables de residencias de estudiantes instaladas en la zona «porque siguen las novatadas en la calle y las juergas. La Universitat valló su zona, pero nosotros no podemos vallar el barrio, pero necesitamos que haya civismo», argumenta Soler.

En la asociación Plaza de Honduras tienen claro que, además, hay que hacer efectivo el control de la oferta de ocio. «Si reducimos la oferta, será menor el foco de atracción. Vendrá menos gente. A primeros de octubre nos han dicho que empezarán a señalizar la reducción de terrazas anunciada por el Ayuntamiento».

Precisamente las medidas de recorte de terrazas anunciadas por la concejala de Espacio Público, Lucía Beamud, se han encontrado con el rechazo del sector hostelero.

Tanto la coordinadora de Hostelería de los Barrios de Valencia como la asociación Por una Hostelería Responsable en Honduras-Blasco Ibáñez, han mostrado recientemente su malestar porque la edil Lucía Beamud no estuvo con ellos en la reunión técnica que tuvieron con el Consistorio.

De hecho, este lunes los hosteleros se reunirán para tomar decisiones «como respuesta a las arbitrarias actuaciones del Ayuntamiento».

Además, insisten en que «el plan de recortes de las terrazas sólo puede provocar el incremento del botellón, los lateros y las actividades ilegales en la zona, frente a la actividad reglada de las pymes hosteleras que generan riqueza y puestos de trabajo».

Incluso reclaman «el plan especial en el que se fundamentan todas las decisiones técnicas con el objetivo de iniciar el trámite de alegaciones contra la imposición de los recortes de las terrazas en la zona». Y concluyen que preparan un «primer acto de protesta ante la delegación de Espacio Público para forzar a una negociación política que permita replantear el plan de recortes anunciado y la puesta en marcha de una batería integral de actuaciones para luchar contra el ruido».

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