El peor año de Ribó en la gestión

Los datos son más que sorprendentes dado que en 2020, en plena paralización por la pandemia del Covid-19, se ejecutaron inversiones por 83,4 millones de los 198,6 que aparecían en las cuentas municipales. Así, el gobierno municipal alcanzó un aceptable 41,9% de obras y equipamientos públicos terminados, algo meritorio si se tiene en cuenta el confinamiento domiciliario y el teletrabajo masivo con el que se estrenaban muchos servicios.

Otro elemento relevante es comparar lo ocurrido el pasado ejercicio con 2016, el primero completo de Ribó. Entonces, el porcentaje de inversión ejecutada fue del 54%, con un total de 70 millones de euros, apenas uno menos que ahora, cuando resulta que seis años después, el total de funcionarios e interinos es mucho mayor, por lo que la gestión debería ser mucho más ágil.

La portavoz del grupo popular en el Consistorio, María José Catalá, señaló a la vista de estas cifras que la falta de gestión es dramática porque las inversiones «no llegan a los barrios ni a los vecinos. Valencia está cada vez más sucia e insegura y Ribó sólo sabe que recaudar impuestos porque es incapaz de ejecutar las inversiones previstas».

«Es verdaderamente preocupante. Con estas cifras ya sabemos que los presupuestos para 2022 no son más que papel mojado porque Ribó se pone la medalla de ser expansivos y superar los mil millones pero a la hora de la verdad no sabe ejecutar y no llega a cumplir ni un tercio de las inversiones previstas».

Por el contrario, el concejal de Hacienda, Borja Sanjuán, subrayó que las inversiones que se quedaron sin completar en 2021 «no se van a quedar fuera ni mucho menos, hace poco incorporamos 133 millones a las cuentas de este año y queda una pequeña cantidad para los mimos». Argumentó que la mayoría de iniciativas «pasan de un año a otro al ser plurianuales», en referencia a intrevenciones como la que se acomete en la plaza de la Reina.

Acerca de la demora en algunas inversiones, consideró que hay cuestiones externas al Ayuntamiento como la presentación de recursos en concursos por parte de empresas. «Es algo que pasa como en el Palau de la Música», mientras que en las causas propias de los servicios municipales, consideró que se debe a la «falta de personal, con unas tasas de reposición muy bajas».

Acerca de la creación de una segunda Mesa de Contratación, consideró que en una pasada jornada de trabajo de los dos partidos de gobierno se consideró esa opción. «Los técnicos indicaron que más importante que esa cuestión es que la documentación llegue más revisada a los concursos», explicó, con el fin de evitar demoras por rectificaciones o cambios en el procedimiento debido a errores.

El mejor porcentaje de ejecución de las inversiones fue 2016, cuando las concejalías alcanzaron un 54% del presupuesto, para después ir bajando hasta el «suelo» alcanzado el pasado ejercicio, al menos de momento. En el desglose de las obras pendientes, destacan por ejemplo una partida de 811.000 euros para la construcción de nuevos jardines, cuando resulta que sólo se gastaron 444.950 euros.

Otras en cambio están más adelantadas. Sirva como ejemplo la construcción de un jardín arqueológico en el barrio del Carmen, con un presupuesto de 1,6 millones del que ya se han ejecutado 1,2 millones de euros. El proyecto permitirá la apertura de una zona verde alrededor de unos restos arqueológicos que se investigan ahora, además de un centro de interpretación en una finca de nueva planta que recaerá a la plaza del Ángel.

También está el caso de unas obras de urbanización que se elevaron a 3,12 millones de las que sólo se han terminado por valor de 1,97 millones. Acerca del total, sorprende que el año de la reforma de la plaza de la Reina y la plaza Ciudad de Brujas, proyectos estrella del mandato y que tienen un coste conjunto de 18,5 millones, no se hayan notado en un empujón definitivo para mejorar las cifras de inversiones.

En cuanto a los datos de recaudación, en todos los conceptos ha aumentado salvo en el Impuesto de Plusvalías, debido a los cambios normativos tras una sentencia que afecta a los ingresos municipales. El Impuesto de Bienes Inmuebles, el de Vehículos o el de Actividades Económicas han registrado subidas.

De ahí que Catalá terminara diciendo que el gobierno municipal tiene la opción de una bajada de tasas e impuestos, a tenor del resultado de 2021 y del remanente aprobado por el Ayuntamiento el pasado viernes, que supera los 79 millones de euros y que revertirá tanto en gasto corriente como en nuevas inversiones, especialmente la compra de inmuebles.