Pitos y aplausos para la nueva Casa del Relojero

A pie de calle, las opiniones de los valencianos sobre el resultado de la obra están divididas. Nunca llueve a gusto de todos. Hay quien critica la arquitectura del nuevo edificio y quien asegura que le parece acertada. También curioso es el caso de un encuestado que afirma que por una parte le gustaba, pero por otra no.

En todo caso, lo que es cierto, que que este viernes las miradas de todo el mundo se dirigían a la nueva imagen de la Casa del Relojero, una atención que, quizá sin buscarla el arquitecto, ha conseguido hacer sombra hasta el propio Miguelete.

Entre los paseantes que estaban en contra del diseño del edificio adjunto que se levanta sobre un antiguo solar estaba Rosa Calvillo. «No pega nada este edificio tan moderno. Igual cuando acabe la obra queda bien, pero desde luego rompe la estética. Los balcones que han puesto no pegan y el tono de cobre no tiene nada que ver con el centro histórico».

Otra mujer, Pepa Fos, que además es vecina de una finca próxima, estaba mucho más que enfadada. «No entiendo cómo dejan hacer una construcción tan moderna justo enfrente del Miguelete. Esto es bochornoso». Y añade que si al menos «hubieran hecho en el solar una zona ajardinada y con una fuente bonita, sería otra cosa». Y detalla que también está muy molesta con el resultado de la reurbanización de la plaza de la Reina «porque nos quitaron los naranjos y lo han diseñado de manera que está lleno de gente yendo en bici o patinete y el otro día a una amiga le dieron un empujón, cayó y se rompió la cadera».

Matías Sepúlveda, chef de un restaurante próximo a la Casa del relojero, por contra, opina que le gusta el nuevo edificio. «Todo cambio de imagen e infraestructura que llegue al barrio, le doy la bienvenida». Asegura que antes el solar «mostraba una imagen de ruina y ahora traerá más vida. El edificio moderno es mucho mejor que un solar».

Con una opinión en parte a favor y en parte en contra se pronuncia Paul Doyen, belga afincado en esta zona céntrica de Valencia. «Está bien el hecho de que el edificio tenga la parte de abajo abierta, como una placeta, para que dé profundidad, pero me hubiera gustado que siguiera el estilo de la Casa del Relojero». Y añade que espera «que la zona, cuando se acabe, tenga vida, para que no se meta gente okupa».

Un matrimonio se para a ver la fachada y los dos, María Amparo Alapont y José Francisco Medrano, ponen caras de extrañeza. «Lo veo horrible. Tenía que ir en consonancia con los edificios del entorno». Y añaden que este «edificio tan moderno podría quedar bonito en otro sitio, pero no enfrente del Miguelete. No pega ni con cola. Es horrible en mayúsculas. Tenía que haber sido de estilo valenciano».

Ana Garín, otra mujer que pasea por la zona, lo tiene claro: «Este edificio moderno no pega para nada con el entorno. Se creen que esto es un Monopoli. Se van a cargar Valencia. Da vergüenza ver esto enfrente del Miguelete».

Otro caso diferente es el de Toni Andrés. Como curiosidad, detalla que el jueves vio por redes sociales gente que estaba a favor y en contra de este edificio «y me he acercado para verlo en primera persona. Para poder opinar, primero hay que conocer». Dicho esto, explica que sí le gusta el diseño. «Es un concepto arquitectónico relevante. Me gusta que se haya mantenido en la parte baja una plaza. El patio es íntimo y abierto, ojalá pongan una fuente tipo como la de la plaza del Negrito».

Añade que en la parte trasera «donde está el hormigón, estaría bien que pusieran plantas tipo jardín vertical, crearía aroma a flores en la zona». Reconoce que la fachada «es atrevida para la zona, pero opino que no tiene sentido hacer una imitación del edificio antiguo conjunto».

También comparte su aceptación Javier de Moya. «A simple vista sí me gusta. Es original, aunque sea un contraste. Me gusta el acabado de cobre, aunque tengan estilos diferentes y me gusta la parte inferior abierta».

Dos hermanas que también pasan por la zona tras ver el tapiz floral de la Virgen, Elena y Pilar Botella, coinciden en señalar que «nos gusta cero patatero. ¿El que ha hecho este edificio entiende de arte? La fachada no respeta la armonía del entorno». Pilar añade: «Si hubiera un sitio para protestar en el Ayuntamiento por la obra que han hecho, iría a registrar por escrito mi malestar».

Cerca observa el edificio otro valenciano, Ángel Torres, y comenta que le parece «bonito. Me gusta la estructura de cobre que han puesto en una pared y en las ventanas y balcón. Creo que el color y el diseño no desdice, no es agresivo. Mejor esto que la porquería de la plaza».

Ferran Santonja sí ve acertado el diseño. «Está chulo. Me encanta la terminación de cobre, aunque falta verlo terminado». En cambio, otra mujer, María Teresa Díaz, comenta que «no me gusta nada de nada. no pega con el entorno clásico. Que pongan este edificio en otro sitio vale, pero aquí creo que no procede. No puedes poner algo moderno que destroza la imagen de conjunto».

Además, Díaz opina que con esta nueva construcción «se ha desvirtuado la mirada. Porque en lugar de dirigirla hacia el Miguelete, todo el mundo está mirando este nuevo edificio». Por su parte, Vicente Bernat, opina que «está claro que no rompe la alineación, pero la solución estética no me gusta».

También llamativo es la opinión de otro matrimonio, Carmen Cantón y Antonio Villagrasa. Ella tiene una visión, y él otra. Carmen explica que «no me gusta nada. No pinta nada el edificio este tan moderno al lado de la Casa del Relojero». Por su parte, su marido, Antonio, reconocía que sí le parece acertado. «Me gusta que haya contraste y que las cosas modernas se mezclen con conjuntos arquitectónicos distintos».

Otra mujer, María Cristina Poliano, no duda decir al pasar por la zona que el barrio «tiene otro estilo y esto es un pegote. Los materiales serán exquisitos, pero no están en consonancia con la zona. No entiendo si es una zona protegida como no respetan el estilo».

Si esta es la opinión de los viandantes, un colectivo vecinal como Amics del Carme no se anda con rodeos. «Se debería de haber hecho algo que creara armonía, aunque no hacía falta que hicieran un falso histórico imitando a la Casa del Relojero», según Lluís Mira.

También indica que es una pena «que no se hayan hecho catas y hayan construido el nuevo edificio sobre la losa de hormigón que había, porque igual hubieran encontrado restos romanos».

Mira añade que pedirán «explicaciones en la Comisión Mixta de Patrimonio porque no estamos de acuerdo en la tramitación de estos tipos de expedientes». Y concluye que también les preocupan los usos. «Tiene que ser un edificio para crear dotaciones para el barrio, para los residentes, y no que acabe siendo un servicio más para los turistas y que contribuya a la turistificación de Ciutat Vella».

Otra opinión en contra es la del responsable del Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural, César Guardeño. «Este nuevo edificio es el 'Ecce Homo' de la arquitectura, rompe toda la estética del centro histórico».

Guardeño opina que «esta obra es para otro lugar, pero el arquitecto ha dejado su marca personal». Asegura que el nuevo edificio «no es respetuoso con el entorno patrimonial de la Catedral y el Miguelete. No es un proyecto integrador». Coincide con Mira en señalar que no se trata de «hacer una copia o recreación histórica del que había antes de ser un solar, pero no es lugar para usar el hormigón». Y concluye que ha quedado patente que detrás hay una decisión de arrogancia porque ahora el nuevo edificio es el centro de atención».