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Al menos 1.200 melias están recibiendo tratamiento contra el cotonet en Valencia, según confirmaron ayer desde la concejalía de Ecología Urbana. La plaga ha provocado quejas en numerosas calles del centro debido a la cantidad de residuos que caen en las aceras, vehículos ... aparcados y aceras.
Una especie de melaza que deja pegajoso el pavimento y hace casi impracticable las aceras. La lluvia caída la noche del jueves alivió un poco la situación, aunque todavía quedan días de calor, propicios para favorecer la propagación de la plaga. Los comerciantes del centro han sido de momento los que más han alzado la voz pidiendo una rápida intervención al Ayuntamiento.
La respuesta ha sido el refuerzo en las brigadas de limpieza, con unas máquinas fregadoras, además de los tratamientos con productos que reducen el efecto del 'cotonet', aunque es más que difícil que lo eliminen completamente. Como dijo el jueves el concejal de Ecología Urbana, Sergi Campillo, las calles más afectadas son las del centro, aunque las melias enfermas están repartidas por toda la ciudad.
Ayer, sin ir más lejos, había brigadas trabajando en la calle Yátova y Archena, junto a la avenida del Cid, además de la calle Alzira. La técnica que utilizan es la endoterapia, inyecciones en el tronco del árbol, que tienen un efecto más rápido y eficaz que una mera fumigación.
Las mismas fuentes precisaron que la eliminación completa es casi inviable, aunque sí la reducción paulatina del efecto del 'cotonet' en las hojas y ramas de los árboles. En Valencia hay cerca de 5.000 ejemplares de esta especie, las melias, por lo que es probable que aumente el número de árboles que requerirán tratamiento para ser salvados.
Los técnicos de Jardines han detectado también otra plaga, en este caso peligrosa para los ficus. La psila del ficus (Macrohomotoma gladiata) tiene también un efecto devastador y el problema es que su erradicación completa es casi imposible, por lo que cada año debe repetirse el tratamiento en los árboles.
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La endoterapia se ha utilizado también en Valencia para combatir el picudo rojo de las palmeras. Tiene muchas ventajas y la primera pasa porque el tratamiento es mucho más duradero, dado que cada pinchazo tiene una vigencia que oscila entre los tres y cuatro meses. También se evita cualquier queja de los vecinos, dado que se trabaja en horario diurno y sin ningún ruido.
La fumigación es la alternativa para el cuidado de los árboles, con la desventaja del ruido de las máquinas y el posible daño en el medio ambiente por la propagación de las partículas. En cambio, las inyecciones entran directamente en la madera. La endoterapia empezó a ser utilizada de manera regular en 2014, después de un año de pruebas.
La misma técnica puede ser empleada para inyectar hormonas, por ejemplo destinadas a que el ejemplar no dé frutos. Pese a la selección de los técnicos a la hora de plantar el arbolado, en el caso de los más antiguos es conveniente el método con el que se eliminará otra de las molestias para los vecinos por la suciedad en las aceras. En Valencia hay alrededor de cuatro o cinco mil melias, por lo que las brigadas repasan la afección de los insectos en otros ejemplares.
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