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PACO MORENO
VALENCIA.
Viernes, 30 de noviembre 2018, 00:37
«El concejal no tenía intención de generar un conflicto, pero no fue oportuno». Hasta ahí llegó la crítica del alcalde Joan Ribó al delegado de Movilidad, Giuseppe Grezzi, por la injerencia del segundo en un servicio de la Policía Local la semana pasada, cuando los agentes multaron a un músico callejero por carecer de permiso municipal. Fue el último episodio de un enfrentamiento casi constante del edil con el Cuerpo, tanto como estaba en la oposición como ahora.
Así se expresó el primer edil en una reunión ayer con los representantes de los cinco sindicatos con presencia en la Policía Local, según aseguró uno de los presentes en el encuentro, donde la promesa de Ribó fue que esto no se repetirá, ni con Grezzi ni otros ediles de gobierno.
Los cinco sindicatos, CC OO, UGT, CSI·F, STAS-IV y SPPLB, habían convocado la víspera una rueda de prensa para hacer mostrar su malestar y pedir el amparo del alcalde ante las últimas injerencias del edil Grezzi. A primera hora de la mañana, la comparecencia se desconvocó al estar ocupada la sala. Minutos después, llegó la noticia de que Ribó los recibiría en la alcaldía.
Tan rápida fue la sucesión de acontecimientos que algunos de los citados todavía no sabían nada de la desconvocatoria, como comprobó LAS PROVINCIAS. De este modo, el primer edil logró frenar la rebelión de los policías locales, un hecho inédito en el Ayuntamiento porque no se habían unido los cinco sindicatos ni siquiera para reivindicar la ampliación de la plantilla.
En esta línea, fuentes cercanas a la alcaldía indicaron que el primer edil mostró su «voluntad de calmar cualquier tensión en el seno de la Policía Local o entre concejales. Estos meses de mandato, con vistas a las próximas elecciones municipales, debe prevalecer la buena gestión municipal que ha desarrollado el Govern de la Nau». A la reunión asistió también el concejal de Personal, Sergi Campillo, y la jefa de gabinete de la alcaldía, Esther Tarín.
De ellos surgió la idea de una reunión entre los representantes sindicales y el propio concejal Grezzi, lo que fue rápidamente aceptado por los segundos. Una llamada telefónica sirvió para confirmar el encuentro, que alguno de los presentes confió después en que se celebre la próxima semana.
De ahí que los sindicalistas hablaran después en un comunicado conjunto del «talante conciliador» del encuentro, donde desde el primer momento, el alcalde dijo que el servicio de los policías locales en el conflicto con el músico callejero «había sido de diez, una actuación gestionada de forma exquisita antes una situación complicada», señalaron.
El incidente ocurrió el pasado día 21, cuando un músico callejero, Borja Catanesi, tocaba en la plaza de Ayuntamiento, casi en la esquina de la calle Lauria. Al carecer de permiso municipal y utilizar un amplificador para su guitarra eléctrica, lo que prohibe la ordenanza, agentes de la Policía Local impidieron que siguiera actuando y levantaron un atestado para sancionarle.
El asunto se fue complicando por las quejas de viandantes contra los agentes, quienes dieron todas las explicaciones necesarias, hasta que llegó el concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, según confirmaron fuentes policiales. Tras una tensa conversación con los funcionarios, donde se negó a apartarse del grupo cada vez más creciente de personas, no pudo evitar que se cumpliera la normativa y los instrumentos fueran decomisados por los policías.
Todas las fuentes consultadas por este periódico coincidieron ayer en señalar que el alcalde «elogió el servicio policial; dijo que había leído el atestado y visto el vídeo que circulaba por las redes sociales, para concluir que el trabajo había sido brillante». Sin ahondar en las críticas al edil Grezzi, sí elogió a la Policía Local. Desde el entorno de la alcaldía afirmaron que el alcalde había trasladado «su apoyo al trabajo de la Policía Local en su día a día», para subrayar que su objetivo es que «los agentes trabajen en las mejores condiciones, sin que, entre otras medidas, haya ninguna injerencia por parte de ninguna persona, incluidos cargos públicos como concejales, ya que, aunque la actuación pueda ser bienintencionada, no puede interferir en el cometido de los agentes», lo que también puede interpretarse como un toque de actuación a los conflictos abiertos por el edil con la Policía Local.
Lo sucedido con el músico callejero originó una Orden del Cuerpo de la Policía Local que fue leída el viernes pasado en todos los retenes en el inicio de los turnos, además de colgarse en los tablones de anuncios. La misma tenía el significativo título de «Injerencias en las legítimas actuaciones de la Policía Local» y hablaba de lo ocurrido con Grezzi, aunque sin nombrarlo.
En ella, tras detallar toda la legislación que da cobertura al procedimiento policial, se señalaban una serie de directrices ante injerencias, donde los tres apartados hablan de comunicar a la Sala del 092 el incidente indicando «si se conociera, el nombre y cargo del ciudadano o la autoridad que se encontrase entorpeciendo la intervención».
También se solicitará «apoyo inmediato de otras unidades, al objeto de garantizar la continuidad del servicio comenzado con suficientes garantías de seguridad». Por último, se señala la obligación de informar de los hechos a «sus mandos naturales, quienes darán cuenta de manera inmediata al jefe del Cuerpo y éste a su vez, a la concejala de Protección Ciudadana».
Fuentes sindicales reiteraron el compromiso de la parte política de que «no se produzca ninguna injerencia en la labor policial en el equipo de gobierno y, especialmente en su grupo político». Con esto último, precisaron, se referían a otros ejemplos que salieron durante las sucesivas intervenciones, como lo acaecido hace escasas fechas en el Consejo Local de Inmigración, donde se produjo una petición para investigar una actuación policial en relación con unos manteros.
Entonces se produjo un revuelo por el apoyo de los ediles de València en Comú a esta investigación. Fuentes sindicales señalaron que Ribó matizó que «haría lo posible, aunque lo que estaba seguro es que no habría más injerencias de los concejales de su grupo municipal». También salieron a colación otros ejemplos, señalaron, en un claro deseo de generalizar las acusaciones de injerencias contra Grezzi.
El delegado de Movilidad estuvo a unos metros de donde se celebraba la reunión, en el hemiciclo por la celebración del Día de la Infancia, aunque no coincidió con los sindicalistas. Desde la alcaldía indicaron sobre el encuentro que «no es el primero en este mandato, así como los que ha mantenido con distintas delegaciones o servicios cuando ha podido haber algún tipo de tensión, para evitar que situaciones como esta se vuelvan a repetir».
Todavía queda por resolver la moción de reprobación que presentarán los grupos de la oposición con toda seguridad en el próximo pleno, el 20 de diciembre. Tanto el grupo popular como Ciudadanos anunciaron esta iniciativa, de la que la portavoz socialista, Sandra Gómez, se descolgó a las primeras de cambio, al considerar que no debe romperse el gobierno municipal a seis meses de las elecciones. Esta formación es la que gestiona la concejalía de Protección Ciudadana, aunque su delegada, Anaïs Menguzzato, se ha abstenido de criticar en público el comportamiento de Grezzi durante la multa al músico callejero.
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