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El robo millonario a la EMT acorrala ahora a Grezzi tras fulminar al gerente

El robo millonario a la EMT acorrala ahora a Grezzi tras fulminar al gerente

El edil destituye al responsable de la entidad para eludir un cisma en el equipo de gobierno con las conclusiones de la comisión

Álex Serrano

Valencia

Miércoles, 30 de septiembre 2020

Hostigado por una presión insoportable, cansado de estar en boca de todos y con las conclusiones de la comisión de investigación pendiendo sobre su cabeza, el presidente de la EMT, Giuseppe Grezzi, se cortó ayer el brazo derecho para evitar una peligrosa gangrena. Un año después del fraude, el concejal despidió a Josep Enric Garcia, gerente de la EMT. Lo hizo de forma fulminante, tras anunciar hace 48 horas que su salida no estaba encima de la mesa. La presión, que se ha acrecentado esta semana, terminó en una rueda de prensa mucho más corta de lo habitual de un concejal más serio que de costumbre. No era para menos: la salida de Garcia Alemany le priva de un estrecho colaborador y le pone delante del espejo tras pasar meses defendiéndole por activa y por pasiva.

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No hace falta irse muy lejos en el tiempo para encontrar alabanzas del edil al ya exgerente. «Su salida no está encima de la mesa», decía el lunes. Ayer, 48 horas después, lo destituía. Se deshacía en elogios hacia él, sí, pero lo dejaba caer. El motivo hay que buscarlo en una intrahistoria jalonada de reuniones al más alto nivel, dos días de presiones cada vez más incesantes y el aniversario del fraude, que se cumplió el domingo sin que nadie en la EMT asumiera responsabilidad alguna.

Claro que la salida de Garcia Alemany no ha de entenderse en clave del fraude. Al menos eso aseguró ayer Grezzi ante unos periodistas estupefactos. El cese «no tiene nada que ver ni con la comisión de investigación ni con las conclusiones» de la misma, dijo el concejal. Sin embargo, también dijo ayer que había decidido «empezar una nueva etapa al frente de la empresa» tras años «de excelente gestión» de Garcia Alemany. «El trato que se le ha dado en todo este tiempo me parece injusto porque desde su llegada a la empresa en 2015 ha realizado una gran labor», indicó Grezzi.

Sandra Gómez: «Se necesita un proyecto fuerte e incuestionable»

El PSPV en el Consistorio ve con buenos ojos la salida del gerente. «Si no era así, habría sido de otra forma», explicaron ayer fuentes conocedoras de la situación. La vicealcaldesa y portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Sandra Gómez, remarcó que era necesario empezar una nueva etapa en la EMT, después de un año sometida a la presión por el fraude de 4 millones. «La EMT es la empresa municipal más importante y el gobierno necesita que su proyecto sea fuerte e incuestionable», dijo la vicealcaldesa. Gómez señaló que los nuevos retos que tiene que abordar el equipo de gobierno en el segundo mandato «necesitan que haya un impulso renovado».

Finalmente, dedicó unas palabras de reconocimiento a Josep Enric García, de quien comentó que ha formado parte del proyecto de gobierno: «Queremos agradecerle los años que ha estado al frente de la empresa». «Ahora inicia una nueva etapa en la que le deseamos suerte y aciertos», concluyó.

Y es que el gerente siempre ha sido la piedra angular en torno a la cual ha girado la investigación de la EMT. Los socialistas no estaban cómodos con ella, sobre todo cuando justo después del fraude se le renovó y subió el sueldo. Ya entonces hubo serias dudas de que tuviera que seguir en la empresa, pero para no crear un incendio en el Rialto, aceptaron. Desde hace varios meses, nadie en las dependencias municipales socialistas dudaba de que Garcia Alemany estaba más fuera que dentro, pero la decisión de su despido no dependía de ellos.

No es el único que ha defendido al exgerente a capa y espada. Garcia Alemany ha tenido un 'padrino' inmejorable: el mismísimo alcalde de Valencia, Joan Ribó, que a mediados del pasado mes dijo abiertamente, con una silenciosa (y presuntamente sorprendida) Sandra Gómez a su lado, que no pensaba que Garcia Alemany tuviera que irse. «Yo no soy partidario de la salida del gerente de la EMT porque creo que no es responsable de ese tema. Yo no soy partidario, creo que no es una responsabilidad suya», dijo. Además, en octubre de 2019, durante el pleno monográfico tras el fraude, reiteró su confianza en él hasta en tres ocasiones. Parece que el paso del tiempo sólo ha afianzado la opinión que de Garcia Alemany tenía el alcalde desde que ocurrió el fraude: nunca ha culpado al máximo responsable de la empresa de lo que sucedió bajo su guardia.

Lo cierto es que esta semana se han intensificado las reuniones en el seno del equipo de Gobierno y las conversaciones más o menos oficiales entre Compromís y PSPV e incluso desde dentro de la formación nacionalista. La posición de Grezzi en su grupo municipal está auspiciada por el alcalde, que siempre le ha protegido, incluso cuando las voces internas pedían asunción rápida de responsabilidades en la EMT hace ahora un año. El PSPV ha presionado de forma soterrada para que fuera Compromís quien despidiera a Garcia Alemany. Ninguno de los socios de Gobierno quería que los socialistas cesaran al exgerente en las conclusiones de la comisión. Compromís creía que eso les dejaba en una posición de debilidad y los socialistas, que las rencillas con los nacionalistas se exacerbarían si Grezzi se sentía atacado.

Lo cierto, en cualquier caso, es que el cerco se cierra cada vez más sobre el concejal. Con la salida de Garcia Alemany, el edil intenta alejar de sí mismo los focos. La intención es que el despido alivie la presión a la que está sometido: la oposición pide su cabeza mientras el equipo de Gobierno, de forma oficial, no quiere ni oír hablar de una salida de Grezzi. Él tampoco, claro: ayer hablaba de «empezar una nueva etapa» en la EMT con el despido del que fuera uno de sus más estrechos colaboradores.

Ahora, ya no hay motivo para que las conclusiones no se publiquen, lo que podría ocurrir, ahora sí, la semana que viene. El documento podría apuntar a Garcia Alemany como responsable de la falta de controles que propiciaron el fraude o, al menos, la impunidad que permitió que el dinero estuviera saliendo de la EMT durante 20 días sin que nadie se diera cuenta, pero también podría no hacer referencia al exgerente ahora que ya no está. Se evitaría, así, hacer la herida más grande.

En cualquier caso, lo cierto es que ha sido un año muy complicado para Grezzi al frente de la EMT y, por tanto, para Garcia Alemany, que es su hombre de confianza tanto en Correo Viejo como en la concejalía de Movilidad. Tras el fraude, que ya supuso una más que evidente erosión de la imagen del exgerente y del presidente de la entidad, la EMT se ha enfrentado a una caída de viajeros e ingresos (27 millones perdidos) por la pandemia y a determinados cambios en las líneas que han generado no pocas dudas entre vecinos y comerciantes, como la reordenación de la red en el centro tras el cierre de la plaza del Ayuntamiento. Además, la empresa se ha encargado de comprar los maceteros verdes de la Plaza que tantas críticas despertaron.

También es verdad que la EMT ha aumentado en viajeros, en autobuses y en presupuesto. Se han contratado nuevos conductores y se ha reducido la edad media de la flota con la compra de cientos de nuevos vehículos tras años de inacción. Un legado, en cualquier caso, opacado por el fraude que ocurrió en 20 fatídicos días de septiembre.

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