

Secciones
Servicios
Destacamos
BELÉN HERNÁNDEZ
Martes, 14 de diciembre 2021, 00:34
Las múltiples restricciones no han sido capaces de confinar al tabaquismo, que se mantiene prácticamente estable desde 2014 en la población de 14 ... a 18 años, según el Ministerio de Sanidad. Alrededor de un 16,4% de mujeres y un 23,3% de hombres fuman a diario en España, como muestra el Instituto Nacional de Estadística (INE). Lo que supone un 10% de la población entre 14 y 18 años, según el Ministerio de Sanidad. «Entre mis clientes un 60% son mujeres y un 40% hombres de todas las edades», afirma Fátima Álvarez, una estanquera del centro de Valencia. Considera que, quizá debido a su localización, el número de ventas en comparación con el año anterior se ha incrementado. Camel y Malboro son las marcas más cotizadas y, por el precio, los jóvenes suelen fumar tabaco de liar.
En palabras del médico Javier Blanquer, la pandemia ha supuesto 'un momento de reflexión'. «Aquellos fumadores que no tenían intención de abandonar el hábito han incrementado su consumo de cigarrillos». Sin embargo, «cada vez más personas acuden en busca de asistencia sanitaria para dejar de fumar».
Como si de un juego se tratase, Sanidad confirma que el tabaco llega a manos de los jóvenes casi a la misma edad en que sueltan los peluches: a los catorce años.
«En 1984 todo el mundo fumaba así que tú también tenías que hacerlo si querías ligar y parecer más maduro», confiesa entre risas y cierto aire nostálgico un hombre que prefiere no desvelar su identidad. Comenzó con su vicio dando la razón a las estadísticas de la edad del primer consumo y no ha abandonado.
A Álvarez tampoco le sorprenden los datos de Sanidad. Relata que los menores que entran con un DNI falso para comprar el producto son su ' pan de cada día'.
El fumador es capaz de contemplar la cajetilla como un amuleto. «No me lo he planteado seriamente, pero si algún día dejara de fumar sería con un paquete en el bolsillo», apunta el entrevistado. Sin preocuparse sobre los problemas de salud que pueda acarrear el hábito, comparte con la naturalidad de quien se muerde las uñas: «fumo simplemente por el gesto de hacerlo».
De carácter social, el primer cigarro suele encenderse en compañía. Se acepta buscando la aprobación de quien lo ofrece. «El primer cigarro que probé fue en un viaje de la estudios de Magisterio, me dio una tos horrorosa», recuerda de manera anecdótica Petra Cordero. La mujer, que lleva 52 años fumando, tampoco tiene intención de dejarlo. A pesar de haber perdido a su marido y a su suegro, ambos fumadores, que fallecieron por cáncer de pulmón, achaca estas enfermedades a la imprevisibilidad de la vida más que a la nicotina. «Mi suegra era fumadora pasiva, pues a su alrededor se fumaba bastante».
Mientras tanto, quien no fuma es rotundo en sus razones. Daniel Culebras, de 21 años, dice no haberse sentido nunca tentado a probarlo. Como contempla la última encuesta del INE, un 64,8% de mujeres y un 46,4% de hombres nunca han fumado. Además, especifica que el 87,5% de las mujeres y el 85,3% de los hombres nunca han estado expuestos al humo en lugares cerrados.
Ahuyentado por el olor que desprende el humo que «se adhiere a la ropa y a todas partes», el joven se toma al pie de la letra las advertencias de las cajetillas.
«Perjudica las capacidades físicas y supone una dependencia emocional para los fumadores», responde contundente. El mismo carácter social que incita a fumadores repele a quien no comparte el vicio: «es muy incómodo sentarse en una terraza en invierno si tu amigo fuma».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Los ríos Adaja y Cega, en nivel rojo a su paso por Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.