Ésta es la historia de un viaje. Un largo viaje en el tiempo que, como ocurre en algunas expediciones de esa naturaleza, acaba regresando a la casilla de salida. Es el viaje que protagoniza Sastrería Peris, castizo negocio valenciano nacido en la calle Ruzafa, ... que hoy sigue ejerciendo esa misma misión (vestir a sus contemporáneos) aunque en otra sede: desde Madrid, Peris Costumes ha vuelto a sus orígenes. Al mandato fundacional de aquella sastrería valenciana que ejerce su función adaptada a un universo muy concreto, singular: las artes escénicas. De los viejos teatros de Ruzafa a algunas cimas del cine y la televisión de nuestros días como 'Los Bridgerton' o 'Piratas del Caribe'. Sin perder su nombre ni su esencia: y alcanzando la gloria de los Oscar, como acaba de suceder gracias a 'Cruella'.
«La compañía nace en 1856 en Valencia», explica Javier Toledo, actual dueño de Peris Costumes. Él mismo recuerda que la firma se puso ya entonces al servicio de la pujante escena teatral radicada por Ruzafa, como recuerda el erudito local Arturo Cervellera, quien anota la presencia de Ramón Peris (Sastrería de Teatros) en un bajo alojado en el número 49 de esa calle. Su archivo incluye la presencia de la misma firma en la calle Tránsits (por donde radicaban teatros como Apolo, Novedades o Principal, que sigue activo) con la particularidad de que al frente se situaba la viuda de Peris, cuyo negocio de trajes de máscaras se promocionaba con ese nombre en la prensa de la época. Otros anuncios desvelan los servicios que prestaba en la temporada de zarzuela del Teatro de la Princesa (luego llamado Libertad, por la plaza del Tosal) y testimonios que apuntan hacia su descendencia como legataria de esa actividad: como sastrería de teatros se anunciaba la firma Salvador Peris años después, sin salir de Tránsits.
Cervellera aporta una esquela, la de Carmen Peris, fallecida en 1936, como penúltimo vestigio valenciano de la longeva sastrería, que con un nuevo nombre (Salvador Peris, Sucesor de la viuda de Peris) se instala en el número 9 de la calle Hernán Cortés, especializada en disfraces: «De todos los caprichos los encontrareis en la antigua Sastrería de Teatros (sic). Gran variedad en caretas y antifaces de seda y terciopelo a precios baratísimos».
El rastro de los Peris por Valencia se difumina mediado el siglo pasado, aunque la empresa, como apunta Javier Toledo, «no dejó de confeccionar vestuario, que se ha utilizado en el Teatro Real en Madrid o en filmes icónicos como 'Espartaco'». Quedan lejanos los días en que abastecía a legendarios teatros instalados en el entorno de Ruzafa como recuerda Cervellera: «Ahí estaban por ejemplo el teatro Martí, donde están ahora los cines Lys, o el Eslava. Y el Teatro Ruzafa más hacia Colón. O, el Serrano, que estaba enfrente». Y añade: «En la esquina con el Convento Santa Clara estuvo el Trianón, después conocido como Lírico, aunque fue más de cine». Hoy, aquella tradición de indumentaria artística revive en las manos de Toledo, quien reconoce que el mundo del cine «nunca había sido una afición para mí», al contrario de lo habitual en su familia: «Mi hermano es director de cine y mi hermana figurinista, así que siempre había temas relacionados en las sobremesas familiares».
¿De dónde nace por lo tanto su interés por el gremio sartorial, subsector cinematográfico? «Mi incursión en el negocio de vestuario escénico fue una visión empresarial», explica. «Coincidió con el auge de las plataformas digitales y las series, cuando empezaban a despuntar. Adquirí a mi hermana la empresa que ella había comprado a los Peris», prosigue, «y aterricé en el negocio del espectáculo». Y parece que con éxito. Peris Costumes es una de las grandes referencias del sector a nivel mundial, como prueban los datos que maneja Toledo: «Comenzamos hace diez años con seis naves en Algete, a las afueras de Madrid, y hoy son ya 18, así como varias sedes en Europa y América Latina». «Pasamos de trabajar en 200 producciones al año a trabajar en más de 700 producciones en 2021», añade.
A despecho de la crisis que en otros ámbitos generó (y todavía genera) la pandemia, Peris cuenta con una plantilla de alrededor de 90 personas, con profesionales expertos en distintos ámbitos: vestuario de época, uniformidad, joyería, sastrería y modistería. «También nos dedicamos a trabajos en cuero, porque contamos con el único taller de guarnicionería de todo el mundo especializado en cine». Un ambicioso despliegue en lo que Toledo llama «ambientación de vestuario». «En Peris no diseñamos el vestuario: nos dedicamos a alquilar el que está en nuestro stock, porque tiene más de seis millones de piezas de todas las épocas», agrega. «También fabricamos lo que nos solicita una producción».
¿De qué producciones hablamos? ¿Cuál ha supuesto su reto más complejo? «No podría elegir uno, porque todos los proyectos tienen un componente de complejidad, ya sea por el tipo de confección de trajes que se necesitan en tiempo récord o porque nos exige reproducir un calzado original de época con bordados o pieles muy diferentes», responde. Luego cita una serie de producciones «que nos han dado grandes satisfacciones». Series como 'La edad dorada', 'Gambito de dama', 'Vikingos' o 'The Bridgerton'. O películas como 'El último duelo', 'El callejón de las almas perdidas' o la recién premiada 'Cruella'. Y sin salir de España, éxitos muy recientes como 'El buen patrón', 'Las leyes de la frontera' o 'Competencia oficial'.
¿Y el futuro? ¿Cuál es la siguiente etapa para Peris? Toledo es cauto cuando contesta. Alega que «en algunos casos firmamos un acuerdo de confidencialidad» pero luego acepta revelar algún secreto: «Estamos trabajando en la nueva película de Guillermo del Toro, el biopic sobre Miguel Bosé o la serie que narra la vida de Ángel Cristo y Bárbara Rey». También incluye en esa relación 'La contadora de películas', la cinta que Isabel Coixet rueda en Chile. Una cartera de negocios que no está nada mal. Un sueño hecho realidad para la sastrería que inició en Ruzafa hace un siglo un viaje con destino a la posteridad.