La Policía Local de Valencia tiene el ojo puesto en el Sidi Saler. Dos, incluso. En lo que llevamos de verano se han realizado varias actuaciones que se han saldado con tres detenidos y ocho identificados. El suceso más grave se dio el pasado ... 9 de agosto, cuando un okupa agredió a otro con una barra de hierro y le rompió el brazo. El presunto culpable es el mismo que una semana antes fue interceptado con una rejilla de la ventilación y espetó a los agentes: «Voy a seguir desvalijando el hotel y cogiendo lo que me dé la gana y si queréis me metéis en la cárcel que tengo ganas de entrar».
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La Policía Local acudió al hotel el pasado día 9 requeridos por uno de los okupas que aseguraba que otro le había golpeado con una barra de hierro. Aseguraba estar malherido. Los agentes se personan a las 16.10 horas en el hotel y hablan con el agredido, que explicó que el detenido, que responde a las iniciales R. S. A., había entrado en la habitación donde el agredido pernoctaba tras romper el cristal de la puerta con una piedra. Él intentó esconderse pero no pudo hacerlo: solo pudo poner el brazo entre la barra y su cabeza, donde apuntaba el presunto agresor, mientras le gritaba que le iba a matar. La intención era robarle el teléfono móvil y el ordenador porque decía que la víctima había entrado en su habitación y le había quitado droga, por lo que quería vender las pertenencias del agredido para comprar más sustancia estupefaciente.
Tras trasladar al herido al hospital en una ambulancia, identificaron al presunto agresor en una habitación de la cuarta planta. Se trataba de la misma persona que el día 2 fue identificada por agentes de la Policía Local que patrullaban la zona al verle huir por las dunas que rodean el hotel con una maleta roja a las 6.30 horas. Acudieron tras él y le interceptaron. En la maleta guardaba una rejilla de ventilación de aluminio, que posteriormente fue devuelta al guarda de seguridad. El identificado entonces, detenido una semana después, se mostró muy retador con los agentes, a los que llegó a espetar que le metieran en la cárcel porque tenía ganas de entrar: «Voy a seguir desvalijando el hotel».
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No fue apresado hasta que golpeó a otro okupa siete días más tarde. Esta persona fue detenida y trasladada al cuartel de la Guardia Civil de Alfafar cuando la Policía Local tuvo la confirmación del Hospital Clínico del que el okupa agredido tenía una fractura distal del cúbito izquierdo, sufrida presuntamente al defenderse de los ataques del detenido.
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Además, la Policía Local ha actuado en varias ocasiones en el Sidi Saler en lo que llevamos de verano. El 15 de junio, a las 6.45 horas, los agentes fueron requeridos por el vigilante de seguridad del hotel, que había oído ruidos en el interior. Los policías localizaron a cinco jóvenes que dijeron que habían entrado al edificio para ver el amanecer. En el registro al que fueron sometidos se les incautaron 4 frascos de popper y 8 bolsas con casi 100 pastillas de distintos colores que presuntamente eran de sustancias estupefacientes. Dos personas, que manifestaron ser los dueños de las bolsas, fueron detenidas.
Días después, el 20 de junio, de nuevo el guarda de seguridad avisa a la Policía Local porque le ha parecido ver a dos jóvenes que se habían llevado algo del hotel. Los agentes los localizaron, pero no llevaban ningún objeto que pudiera proceder del hotel. Fueron identificados pero no detenidos.
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Algo parecido ocurrió el 9 de julio, aunque en este caso sí parecían llevar grifos que habían sido robados en el hotel. El vigilante escuchó ruidos en el interior de la mole abandonada a las 15 horas. Llamaron a la Policía Local, que no halló a nadie sospechoso dentro del edificio. Pero desde una de las ventanas vieron a dos varones que huían entre las dunas con una maleta. Los agentes salieron tras ellos y los hallaron en una pista forestal cercana. Los dos varones no tenían asuntos pendientes con la justicia, pero en la maleta portaban material de grifería que presuntamente venía del hotel. Los grifos fueron devueltos al vigilante para que la propiedad decidiera si presentaba o no denuncia. No fueron detenidos.
Un día más tarde, un vecino ve 3 individiuos en un balcón del tercer piso y avisa a la Policía Local. Los agentes acuden y ven indicios de que en una de las habitaciones del tercer piso podría estar pernoctando alguien, pero no ven a nadie. Lo mismo ocurre el día 19, cuando es el vigilante de seguridad el que avisa. Tras la inspección ocular no se encuentra a nadie.
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La última actuación en este sentido llega el día 18 de agosto, este domingo, cuando los vecinos informan de que hay gente en los balcones. De nuevo se persona la Policía pero no ve a nadie. Cabe recordar que el Sidi Saler tiene casi 300 habitaciones distribuidas por seis plantas, por lo que esconderse resulta relativamente sencillo en el interior abandonado.
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