Dos mediadoras hablan con las participantes en una despedida de soltera. CONVIVIR RUSSAFA

Vuelven las despedidas de soltero a Ruzafa

Vecinos y hosteleros se unen para combatir un fenómeno que supone más de un tercio de las celebraciones en la calle que se viven en el barrio

Álex Serrano

Valencia

Sábado, 6 de mayo 2023, 00:33

Si ha estado usted en Ruzafa en algún momento de cualquier tarde de fin de semana entre abril y junio, tal vez se los haya encontrado. Son grupitos más o menos heterogéneos de hombres disfrazados de unicornio o mujeres vestidas de bailarina, con camisetas que ... hacen referencia al supuesto fin de la libertad que supone el matrimonio o al ardor sexual del soltero o la soltera, que van de bar en bar como bolas en un pinball, acompañados normalmente de megáfonos o, incluso, charangas integradas por músicos experimentados que tienen varios años de conservatorio a sus espaldas y que se saben de memoria la versión para trompeta de Despacito. Si comete el error de pasar cerca de ellos, es posible que le pidan un beso, o una foto. No se deje engañar: algunas de las pruebas más comunes incluyen buscar a personas guapas o feas, y no tiene manera de saber en qué grupo le meten a usted. Son las despedidas de soltero, o de soltera, porque en esto (y en esto sí) del incivismo previo a la boda no hay géneros, que son comunes en las calles del barrio más festero de la ciudad en cuando llega el calor y los chicos, y las chicas, se enamoran.

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Para ponerles coto, hosteleros y vecinos han unido fuerzas y han creado una especie de brigada de mediadores que sale a la calle para hablar con los miembros de las despedida para pedirles, en definitiva, un poquito de civismo y respeto al descanso. Y para recordarles, claro, que la ordenanza de contaminación acústica de Valencia es adamantina respecto al ruido que se puede hacer en la calle. Pista: muy poco.

La Plataforma Convivir Russafa, integrada por hosteleros, comerciantes, vecinos y entidades culturales, retoma este sábado, por cuarto año, la campaña informativa sobre la convivencia en las zonas de ocio dirigida a los grupos que celebran las despedidas de solteras y solteros u otro tipo de eventos. Bajo el título «¡Que vivan los novios que respetan Russafa!», mediadores sociales especializados, de la ONG Controla Club, se dirigirán a las personas que estén de celebración con mensajes de concienciación para promover la convivencia y un ocio responsable y de calidad en las zonas de ocio del barrio. Todo ello, coincidiendo con el inicio de la temporada en la que se incrementan todo tipo de celebraciones entre amigos y amigas.

Además, continuarán con la recopilación de información para el estudio sobre la incidencia que tienen estas celebraciones en Ruzafa, que iniciaron el pasado fin de semana. El estudio pretende contabilizar el número de celebraciones sociales, conocer el perfil sociológico de los grupos, la presencia o no de acompañamiento musical, la utilización y tipo de disfraces o la receptividad de los mensajes lanzados, entre otros aspectos. Las intervenciones de los mediadores se iniciaron el pasado fin de semana y concluirán este sábado, aunque la cartelería y mensajes informativos se mantendrán visibles en los locales.

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Cuando termine el trabajo de campo se darán las conclusiones del estudio, pero algunas de las primeras permiten comprobar que se ha reducido el número de personas que conforman el grupo de las despedidas y celebraciones con respecto a otros años. En 2019, más o menos la mitad de las fiestas que se hacían en las calles de Ruzafa eran despedidas. En 2022 se redujo la proporción, y ahora podrían suponer en torno a un tercio del total.

El porcentaje mayoritario de las celebraciones eran de fuera de la ciudad de Valencia. Los grupos de amigos acuden a Ruzafa en transporte público y reciben de buena gana los mensajes de los mediadores. Vicente Pizcueta, portavoz de Convivir Russafa, explica que el proyecto, pionero en España, se puso en marcha hace años «porque aparecía cíclicamente el debate sobre las despedidas, que parecía que era uno de los problemas más grandes que tenía la ciudad». Explica que la gente que viene a las despedidas «proviene de pueblos y demás donde los pasacalles pueden ser más habituales».

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«Llevamos mucho tiempo reclamando al Ayuntamiento un plan», lamenta Pizcueta que con todo, reconoce que el año pasado eran «muy minoritarias». Además, defiende la buena actitud de las propias despedidas: «Cuando le dices a la gente que no moleste deja de hacer ruido. El problema que se creaba era más virtual que real». Pizcueta asegura que en los últimos años «se ha reducido muchísimo su impacto». En 2019, según los cálculos de Pizcueta, eran más o menos una de cada dos.

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